El desenfreno del capitalismo: El Amazonas en llamas y el cambio climático

incendios
Lunes 16 de Septiembre de 2024

El Amazonas es el bosque tropical más grande y el reservorio biológico más rico y variado del mundo. En estos momentos el bosque está enfrentando una sequía extrema, el Amazonas se está incendiando. El 98% de los incendios se concentran en Brasil y Bolivia, y se extienden hacia el occidente del Amazonas en los territorios de Perú y Ecuador. Las enormes nubes de humo también representan una amenaza, afectando la calidad del aire de los países vecinos como Argentina, Paraguay y Uruguay. Sin duda el fuego está afectando a todo el Sur. Los incendios forestales están fuera de control. Solo durante agosto se registró un enorme incremento del fuego en la Amazonía con 28.697 focos de incendios en el bioma. Desde que empezó el año son 53.620 los incendios registrados, un 80% más en comparación con el mismo periodo de 2023, cuando se registraron 29.826. En Ecuador, se han registrado 2.621 incendios forestales en 21 provincias desde que comenzó el año. De acuerdo a los reportes de laSecretaría Nacional de Gestión de Riesgos, los incendios han afectado a 285 personas, 11,881 animales se han visto afectados y 6.199 murieron. Además 8.931 hectáreas de cobertura vegetal han sido afectadas.

Las principales causas de incendios forestales suelen estar ligadas con actividades humanas relacionadas a la agroindustria y ganadería. Sin embargo, los datos recientes están mostrando una situación diferente. En una examinación de los informes de FIRMS (Fire Information for Resource Management System), una herramienta desarrollada por la NASA para proporcionar datos sobre incendios en tiempo real basada en monitoreo satelital, se puede ver como los focos de incendios en el Amazonas no son necesariamente áreas que corresponden a actividades de agricultura o pecuaria. En Brasil se registró que el 73% de los incendios empezaron en zonas de vegetación natural y no en zonas de cultivo.

¿Qué significa esto? El Amazonas está en peligro ya no solo por la desmedida expansión y explotación del bosque por la agroindustria y el extractivismo, sino también por los efectos de llevar estas prácticas al límite. Los daños que causa la industria en el Amazonas por la deforestación, la erosión del suelo, la contaminación del agua, la alteración del ecosistema y todas las demás formas que encuentra el capital para explotar el bosque, no vienen de a gratis. La agroindustria ha provocado alteraciones significativas en el ecosistema del Amazonas, ahora estas alteraciones están contribuyendo a un fenómeno aún más amplio: el cambio climático.

Amazonas

 

La forma en que opera el cambio climático es la siguiente: el calentamiento global está causando sequías más frecuentes. Las sequías son cada vez más intensas y causan que los bosques se incendien. Mientras más se queme el bosque más se intensifica el cambio climático. Es un destructivo bucle que se alimenta por sí solo. El incesante intento de la industria por convertir al bosque en un reservorio de madera, soja y carne por una parte, y de oro y petróleo por otra, no para de superar los límites de la razón, poniendo los intereses del capital por sobre la vida misma. Los incendios son ahora una consecuencia concreta del sobrepasar estos límites, y nos muestran una vez más las recurrentes crisis en las que cae siempre el capitalismo.

Los incendios en el Amazonas son un ejemplo de la amenaza de la crisis climática en la que nos encontramos. No es mero accidente o falla técnica, sino una manifestación inherente de las contradicciones del modo de producción capitalista. En este marco, el bosque se ha utilizado principalmente en la producción de alimentos y materias primas. Es importante entender que estos recursos tienen un doble valor: el valor de uso, relacionado con sus propiedades naturales, y el valor de cambio, asociado al intercambio monetario. La tensión entre estos dos valores es fundamental para entender las contradicciones del capitalismo y su impacto en el entorno natural. El capitalismo ignora los costos ecológicos al calcular únicamente el valor de cambio, y trata a los recursos naturales como "obsequios gratuitos" de la naturaleza. Está  lógica de acumulación del capitalismo se dirige sólo a la maximización de la producción y no considera los límites ecológicos del planeta.

Mientras los grandes capitalistas disfrutan sus riquezas, el bosque se incendia, la vida se extingue y como es usual, los pueblos del sur enfrentan las más devastadoras consecuencias.

Pensaron que la Tierra no era más que un regalo de la naturaleza para el capital, ahora ella viene por nosotrxs. Y nosotrxs vamos por aquellos que se atrevieron a meterse con ella. La defensa de la tierra es la defensa de la vida ¡Socialismo o extinción!