Huelga internacional de repartidores
Las dinámicas sociales y económicas se han modificado de forma importante durante la pandemia. Si bien un sector grande la producción se ha visto inmovilizado por las medidas cautelares a la expansión de los contagios, así como quienes vivían del espacio público, como trabajadoras y trabajadores informales. Existe un sector que ha sostenido la dinámica y el movimiento del capital, y a que otrxs puedan guardar una cuarentena más rígida, que son las trabjadoras y trabajadores repartidores de aplicaciones como Glovo, UberEats, Rappi, entre otras.
Los servicios que brinda esta modalidad de trabajo se basan en la tercerización de entregas a domicilio, que suponen una doble exposición, ya que no cuentan con garantías laborales como seguridad social, y en general ni siquiera ofrece insumos de protección y para la prevención del contagio por Covid19. Al tiempo representan una población más vulnerable por su gran exposición al contacto con muchas personas y la permanente movilidad. Varias entidades estatales han declarado como esencial el trabajo de las y los repartidores, pero poco es el reconocimiento social a este sector.
Como en otros escenarios, las lógicas del mercado provocan que las grandes plataformas y corporaciones aprovechen la emergencia y la desprotección del pueblo, para precarizar aún más las condiciones laborales. La semana pasada reventaban en Quito una serie de denuncias al aumento del costo de pedido al público, mientras que al mismo tiempo se les reducía el pago por tarifa básica a estas trabajadoras y trabajadores. No se les han entregado insumos de protección, o ha sido insuficiente.
Parecería que el capital tiene demasiada confianza en el ejército laboral de reserva, ya que se plantean las mismas lógicas neoesclavistas una y otra vez. Sin embargo, las trabajadores y trabajadores de reparto se han organizado a nivel internacional, llamando a una paralización internacional para este miércoles 22 de abril.
En el comunicado general de repartidores, presentado por el comité organizador de la huelga, se lee: “Esto se tradujo en explotación a fondo de lucro por las empresas de reparto a costa de la exposición de trabajadores al contagio de Covid19”. Un vacío legal basado en la lógica de comisiones, permite a las empresas manejarse en una de las relaciones laborales más laxas que existen.
“Los repartidores de todo el mundo, sin importar la nacionalidad ni la aplicación en la que trabajamos, tenemos que unirnos en la lucha para derrotarlas. La unidad y la organización de los repartidores de todos los países de todas las apps, es el único camino para conquistar nuestros derechos”.
Como sociedad y clase trabajadora podemos involucrarnos en la demanda de los repartidoras acompañando su huelga absteniéndonos de hacer pedidos por medio de estas aplicaciones. Porque solo el pueblo salva al pueblo, y de esta crisis sanitaria y económica, solo saldremos si logramos reconocer en la unidad de la clase trabajadora, un potencial de lucha y de poder contra el capital, que nos quiere pobres o muertos.