Ollas comunitarias en Cali: el cuidado que sostiene la vida
La comunidad caleña que ansía la paz e igualdad para sus habitantes, inició esta gran labor de la olla comunitaria desde el año 2020, para contrarrestar la crisis sanitaria y social que se generó por cuenta del confinamiento decretado por la pandemia en nuestra ciudad. Los espacios de atención comunitaria para las personas más vulnerables se han desarrollado como un recurso de auto gestión, que responde a una de las necesidades más básicas para nuestra sociedad: el alimento.
Las ollas comunitarias tuvieron más presencia en los puntos de resistencia que se volvieron iconos, como símbolos de colectividad y solidaridad del pueblo con las personas más necesitadas. Así, madres de cada punto se encargaron de organizar el alimento que llegaba, prepararlo y distribuirlo a las personas que no tienen para comer como abuelos y abuelas, niños y niñas en situación de calle y en pobreza absoluta.
En estos dos meses de resistencia, hablan las madres de la primera línea. Han sido dos meses de agonía y esperanza. Agonía, por no encontrar justicia para nuestrxs hijxs desaparecidxs, asesinadxs a órdenes del Estado. Agonía también por aquel mundo de fantasía de algunos estratos, que aún no sienten la empatía de nuestra economía local, o que aún sufren por querer sostener lo insostenible para los estratos 1,2,3 y 4.
El programa de las ollas comunitarias o solidarias, como han sido identificadas por las diferentes participaciones de la alcaldía en estos llamados comunitarios. La consigna es: “cada día es un reto obtener los insumos, pero las personas altruistas y bondadosas siempre aparecen para bendecir a esta comunidad.”
Información del Gobierno Local
Fabiola Perdomo, secretaria de Bienestar Social, señaló que la estrategia de seguridad alimentaria se fortaleció con 440 comedores y 120 ollas comunitarias, con lo que se atenderá en promedio en cada una entre 150 y 200 personas. Según la funcionaria, a pocos días de cumplirse los dos primeros meses de la apuesta solidaria, se logra llegar a 450 mil caleños con soluciones alimentarias.
¿Porqué si el pueblo se organiza, el Estado no lo acompaña?
Cali, donde cerca de un millón de los 2,2 millones de habitantes viven en condiciones de pobreza, las madres de la primera línea se encargan de alimentar aquellos habitantes de la comunidad, en solidaridad con el pueblo caleño. Las madres son mujeres del barrio o de comunidades aledañas, que se organizan por turnos para cumplir con una labor que debería ser promocionada y garantizada por el Estado.
Una vez más, se evidencia que la política del cuidado ejercida por las mujeres es condición para sostener la vida.
Las siguientes imágenes muestran ollas comunitarias en Portada El Ancla, Paso del Comercio, Puerto Resistencia y Siloé, en la ciudad de Cali.