El renacer de la esperanza
Fueron muchos los días, que se convirtieron en meses, esos meses se convirtieron en años, y esos años en una década. Esa década dejó sentando (en una silla de ruedas) un legado marcado por un silencio atroz -pocos eran los que se atrevían a levantar su voz y exigir derechos- en una constitución que servía más en un baño público que en las manos de jueces y fiscales. Algunos atrevidos fueron asesinados -como José Tendetza, Jorge Gabela, o los 10 muertos del 30 de septiembre- otros fueron encarcelados, otros judicializados, y para efectivizar el control, pusieron en práctica el divide y vencerás, crearon sindicatos, organizaciones paralelas y rompieron toda huella del movimiento social que les llevó al poder.
Durante todos estos años los movimientos sociales vieron un velo verde flex sobre sus cuerpos inmovilizados, sintieron la fuerza del cordón correísta y se auto silenciaron. Fueron pocos los procesos de lucha que sobrevivieron a esta poderosa estructura de censura. Llegó en silla de ruedas su primer vicepresidente que, valiéndose de su estructura represiva, mantuvo lo que pudo del silencio durante un tiempo. Pero, el hambre alimenta la rebeldía, y la pobreza de su gobierno no han podido controlar la nueva emergencia de movimientos sociales que, cansados de callar, empiezan a salir a la luz. Estos levantan la voz y arriesgan nuevamente sus cuerpos, saliendo a tomarse las calles, a impedir que lo único que les queda les sea arrebatado.
Entre ayer y hoy se han dado varios casos que dan ejemplo de la esperanza que empieza a germinar tanto entre el pavimento como en los campos. La primera empieza en Piatua Resiste al centro sur de la amazonía ecuatoriana en la provincia de Pastaza. Aquí, la lucha contra la empresa hidroeléctrica Genefran ha desencadenado una victoria judicial que demostró la violación de los derechos del Rio Piatúa. La sentencia emitida en segunda instancia obliga a la empresa Genefran a paralizar las operaciones del proyecto, hasta que se esclarezcan los procesos legales que tiene pendientes. Sin embargo, el movimiento indígena de la amazonía, liderado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE) y la nacionalidad kichwa de Pastaza (PAKKIRU, por sus siglas en Kichwa), han tomado la decisión de elevar la apuesta y quieren que inmediatamente se obligue la salida de la maquinaria de las instalaciones de la empresa hidroeléctrica. Hace más de 25 horas está tomada la vía Puyo Napo a la altura del puente del Rio Piatua.
Otro movimiento de extraordinaria fuerza que levanta su voz frente a las injusticias en estos días es el feminismo. Después de un revés en la Asamblea Nacional la noche del 18 de septiembre, cuando se decidió no dar paso a la despenalización del aborto en casos de violación y otra serie de causales. La despenalización del aborto necesitaba 70 votos a favor y se consiguieron 65. Varios votos se escabulleron entre ausencias, coimas y traiciones ideológicas, como el caso de los 3 votos de Pachakutik, quienes -dándole la espalda a una exigencia histórica- decidieron votar en base a sus creencias personales. Los colectivos feministas, respaldados por una gran parte de la población, saldrán a las calles hoy viernes 20 desde las 16 horas, desde la avenida 10 de agosto y Patria. Nuevamente empiezan a salir a la calle con tambores, y la alegría y ganas recargadas para botar al patriarcado a la basura.
En la provincia de Bolívar, parroquia Telimbela, sector Choropamba, las comunidades bajaron de las montañas, cruzaron los riachuelos, se encontraron en las carreras y desde ayer paralizan el desplazamiento de maquinaria y equipamiento de la minería metálica a cargo de la empresa Yankuang Donghua, empresa de capitales chinos. Las concesiones mineras ocupan el 50% del territorio provincial, poniendo en riesgo la enorme biodiversidad, las fuentes de agua y territorios productivos de las comunidades de la sierra centro del país. Según la CONAIE: “Las empresas mineras han entrado a los territorios, irrespetando el derecho de consulta previa, libre e informada con respaldo de autoridades y ministerios.”
Parece que las calles retoman su color a gente, su olor a calle mojada de sudor de lucha y resistencia; el largo sueño o más bien pesadilla del silencio ha terminado. Es hora de lamerse las heridas, buscar la unidad de los tambores, los megáfonos, las pintadas callejeras y volver a vernos en las desgracias; mirarnos a los ojos de la esperanza, tomarnos de la mano con lanza y enfrentar a quien se nos venga en frente.
Fuente fotográfica:
Facebook Piatua Resiste