Llegó el día para el cannabis medicinal

CANNABIS MEDICINAL ECUADOR

Con cierta resistencia por parte de algunas legisladores y legisladoras, pero con la aceptación de que muchas familias en el Ecuador han adoptado el cannabis medicinal como fuente de bienestar, independientemente de su estatus legal, el pleno de Asamblea Nacional se encuentra a puertas de debatir el Código Orgánico de Salud, garantizando así la ampliación de los derechos constitucionales de un sector de la población que usa el cannabis como una alternativa a la industria farmacéutica.

La propuesta permite normar la producción, procesamiento y comercialización de la marihuana con fines terapéuticos, desarrollando de esta manera el primer inciso de la Ley de Prevención del Uso de Drogas y estableciéndose como el ente rector para tales fines. Esta iniciativa además de proponer el uso terapéutico del cannabis es clave, puesto también que es un mecanismo legal para la lucha contra el narco.

Más y a pesar de la abultada evidencia científica existente al respecto, y la aceptación de un sector importante de miembros de la Asamblea Nacional, grupos ultra conservadores, especialmente en la ciudad de Guayaquil, han desplegado una importante presión política para evitar que esta efectiva medicina llegue de manera legal, con calidad y garantías a los miles y miles de pacientes que en el Ecuador la utilizan.

CANNABIS MEDICINAL

 

La lucha contra el crimen organizado

Los efectos de los distintos componentes activos del cannabis, como el THC o el CDB, entre otros, han sido exhaustivamente estudiados y analizados por parte de una gran cantidad de universidades y centros científicos a nivel internacional, al punto que hoy en día, recién empezamos a entender que rol tienen estas sustancias en nuestro sistema cerebral, al igual que en nuestra evolución como especie, hechos que contradicen la política asumida a nivel global en las últimas décadas.

Pero la mayor prueba de la efectividad que tiene la planta sobre el ser humano es el bienestar que los pacientes de una variada gama de enfermedades sienten al usarla. Este factor es el que hace que las personas que recurren a su utilización medicinal, tengan que someterse a la cadena de producción y distribución del narco, la que, por el estatus que tiene la marihuana legalmente, es quien gana réditos debido a su masivo consumo.

Por el otro lado, el consumo de personas con diversos tipos de enfermedades, y con la finalidad de garantizar su calidad y efectividad terapéutica, debe estar basado en una serie de relaciones de producción, las que generarán economía popular y solidaria entre quienes cultivan, procesan medicamentos y productos naturales, distribuyen y recetan, pensando en el bienestar de los usuarios y usuarias.

¿Qué quiere la derecha?

Basados en el dogma y la desinformación buscan el establecer sobre el uso medicinal del cannabis una base electoral que les permita seguir avanzando con miras al 2019, especialmente alrededor de la candidatura de la socialcristiana Cynthia Viteri. Para fortalecer su iniciativa utilizan campañas de desinformación direccionada por supuestos profesionales del área de salud, quienes irresponsablemente establecen una serie de puntos de vista que no tienen el menor rigor, y que, de hecho, buscan que la situación de ilegalidad se amplíe, debido a que muchos de estos intereses concretos al ser propietarios de centros de rehabilitación o representan en el país a transnacionales de la salud.

Más la contradicción que sostienen no es clara; entre los argumentos que la parte conservadora plantea, sostienen que el libre acceso generará un incremento en el consumo de “H” y de otras drogas fuertes, negando que el hecho que dispara este tipo de consumo es la falta de información, control y pobreza en la que viven sumidas las barriadas de Guayaquil.  Sin embargo, la realidad es mucho más simple, este negocio que no controlan pone en peligro una serie de intereses económicos. No por esto, se puede obviar la evidencia científica, peor aún, negar el derecho que las y los pacientes y sus familias tienen de relacionarse con un medicamento natural que se ha demostrado mucho más efectivo que otros, también producidos a través de substancias sujetas al control, como el opio.

Este importante paso que dará el Ecuador tendrá un beneficio a varios niveles. Primero las y los pacientes y sus familias, segundo los y las productoras locales que normalizarán sus relaciones y podrán dedicarse sin problema a lo que saben hacer, tercero, la sociedad en general, que podrá tener una herramienta eficiente para luchar en contra del narcotráfico. No se puede permitir que por negocios se vulnere la salud de las ecuatorianas y los ecuatorianos, es hora de dar un paso adelante y legalizar el uso medicinal del cannabis.

 

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