Quito: guerra de clases en las calles
Según datos oficiales del Ministerio del Interior, el día de ayer, 3 de octubre, tan solo en Quito fueron detenidas 118 personas. El centro de Quito estuvo copado de miles de manifestantes que bloquearon y combatieron en las principales vías de acceso a la Plaza Grande. La Policía Nacional encontró fuerte resistencia en las calles, que en momentos supo imponerse sobre las fuerzas represivas, pese a eso, el uso sobredimensionado de la violencia terminó por disolver los puntos de resistencia dejando decenas de heridos.
Quienes estuvimos en las calles pudimos nuevamente encontrarnos en un escenario de revuelta popular de amplias proporciones que no habíamos visto desde ya hace varios años. Quito fue nuevamente, uno de los epicentros de la lucha de clases en el país. Mientras tanto, el gobierno hace todo lo posible por distorsionar el carácter de las movilizaciones, aduciendo que estas se encuentran fundamentalmente vinculadas a los intereses de los gremios de transporte y no a los del pueblo, principal víctima del paquetazo.
Es necesario identificar a los adversarios de los intereses populares. Lo que estamos viviendo, no es más que otro episodio, claro y contundente de la lucha de clases, ricos contra pobres, empleadores contra trabajadorxs, gobierno contra pueblo. Entre estos adversarios están los grandes medios de comunicación, aliados y cómplices de Moreno, Teleamazonas, Ecuavisa, entre otros, quienes se han convertido en los grandes encubridores de la represión, desvirtuándo las movilizaciones del carácter popular. Los medios hegemónicos tendenciosamente vinculándolan las movilizaciones a los intereses de los transportistas o actividades delincuenciales.
Las fuerzas de seguridad, Policía Nacional y FFAA, ahora amparadas en el Estado de Excepción, están facultadas para usar la fuerza como les venga en gana, cuentan con el respaldo total del gobierno, y continuarán reprimiendo con mayor contundencia las movilizaciones. Por lo tanto, es necesario profundizar la organización popular con los medios que garanticen la seguridad, en el marco del derecho legítimo de la resistencia de lxs manifestantes.
El Estado aplicará todo lo que esté a su alcance para frenar la furia popular, es fundamental mantener la moral alta, no desmayar. La lucha recién ha empezado, convocamos a incrementar la resistencia y llamar a la unidad más amplia posible para frenar el paquetazo debe ser la consigna.