2019: preparar la resistencia
El nuevo año se proyecta como un escenario altamente conflictivo para el pueblo ecuatoriano, la incapacidad del gobierno de Moreno y la oligarquía, ha encauzado al país hacia una inevitable crisis económica que recaerá en los hombros de los sectores populares. Existe una clara intención del sector más reaccionario del empresariado, quien hoy ocupa puestos claves en el aparato estatal, para volver a los años 90, es decir a los paquetazos, el encarecimiento de la vida, la privatización de los servicios públicos, los créditos del FMI, etc. Mientras todo esto sucede, la mayoría de la sociedad se encuentra expectante, pocos han sido los sectores que se han movilizado, fatalidad que aún se expresa en la contradicción correísmo – anti correísmo.
El año que pasó fue clave para que la oligarquía se haga con instituciones estratégicas del Estado, hecho que nos recuerda que el Estado burgués es por naturaleza un aparato de dominación de clase, y que independientemente quien se siente en el sillón presidencial, su naturaleza no cambiará sino se transforma radicalmente el régimen de propiedad, las relaciones de poder, las fuerzas represivas, la estructura clasista que lo sostiene. La historia nos ha demostrado, una vez más, que de nada sirve “transformarlo” sino se apuesta por un proyecto alternativo al capitalismo.
2018 estuvo plagado de victorias para la oligarquía, recordemos el triunfo del Sí en la Consulta Popular, evento tras el que los aliados y cuadros de la oligarquía coparon el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), interviniendo en el sistema de justicia y fiscalización, la emisión de la Ley de Fomento Productivo (Trole III), la condonación de impuestos y deberes del empresariado con el Estado, la subida del precio del diésel, ecopaís, súper, el irrisorio aumento salarial de apenas 8 US$, las claras intenciones de privatizar instituciones públicas, así como el declarado interés en solicitar la intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI), son tan solo una muestra del oscuro devenir del año que empieza.
Medida tras medida, empezamos 2019 en condiciones desfavorables. Es cierto que han existido muestras de descontento, marchas, concentraciones, cortes de calle, pero no han sido suficientes para componer – y difícilmente pasará en el mediano plazo – un bloque anti neoliberal con la fuerza suficiente para constituirse en una alternativa al gobierno de Moreno y la oligarquía, con Nebot a la cabeza. Creemos que la emergencia de una nueva identidad que aglutine las diferencias debe partir de la superación de las estructuras y formas de hacer política tradicionales de los movimientos sociales y la “izquierda”, así como de la contradicción correísmo – anti correísmo. 2019 será un año prueba para el pueblo ecuatoriano, la derecha de Nebot está cada vez más cerca del poder, urge por lo tanto preparar la resistencia con creatividad y espectacularidad, pensando en el mediano y largo plazo, con el objetivo de organizar un movimiento político social con intención de poder, sin caer en el aventurerismo o la desesperación.