El cerco en torno a Moreno comienza a cerrarse
Lenín Moreno se encuentra atravesando uno de los momentos políticos más complejos de su administración. En las últimas semanas, salieron a la luz una serie de entramados tanto personales como también familiares y empresariales del actual Presidente de la República, implicándolo directamente con una cuenta offshore en la Balboa Bank de Panamá, además de una empresa fantasma constituida en 2012 en Belice bajo el nombre de INA Investment Corporation. En un acto de puro amor paterno, Moreno habría llamado a su empresa de tal forma para honrar a sus tres hijas, CristINA, IrINA, CarINA. Tanto la cuenta, como la empresa se encontraban bajo la misma directiva, representada por el hermano de Moreno y María Auxiliadora Patiño.
La fiscal Ruth Palacio, ha dispuesto la apertura de una investigación respecto a las denuncias, llevadas adelante por Ronny Aleaga. La Asamblea Nacional, por su parte, rectificó el pedido del asambleísta Aleaga de iniciar un proceso legislativo contra el primer mandatario, después de que la Presidenta de la Asamblea, en conjunto con la Ministra del Interior, intentaran obstruir la moción en el pleno el 7 de marzo pasado.
Ante este escenario, resulta pertinente cuestionar la implicación del Presidente en las presentes acusaciones, con su respectiva severidad y frontalidad, entre las cuales se incluyen lavado de activos, tráfico de influencias, además de una serie de adquisiciones personales, entre las cuales se encuentran artículos de lujo y un departamento de 140 metros cuadrados en Alicante. Siguiendo las acusaciones, se presupone que estos actos se llevaron a cabo mientras Moreno era Vicepresidente, entre 2007 y 2013. Ante el inicio de la indagación previa, el entramado compromete directamente a Moreno como a su hermano, Edwin Moreno, al empresario Conto Patiño, Xavier Macias Carmigniani y María Auxiliadora Patiño, hija de Conto Patiño. Este último habría recibido una suma equivalente a 18 millones de dólares por la adjudicación del contrato de construcción de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, por parte de la empresa china Sinohydro.
INA Investment, además de la cuenta panameña, habrían facilitado la compra tanto de bienes inmuebles, como muebles y artículos personales de lujo de la familia del primer mandatario. Deben responder de manera tanto política como judicial, todas las autoridades implicadas en el encubrimiento de este escándalo sin precedentes. La amnesia mediática con la que se ha tratado el caso, también dista mucho de una prensa que merezca los calificativos de independiente y profesional, ya que evidencian la obvia cercanía que los grupos económicos y dueños de los medios privados en el país, tienen con respecto al Presidente. En el pasado, en referencia por ejemplo al caso de Jorge Glas, tanto los medios como las autoridades políticas no titubearon en denunciar al supuesto caso de coimas al ex Vicepresidente. En este caso sigue abierta la incógnita en cuanto a evidencias que incriminen directamente a Glas ante las acusaciones.
El escándalo que involucra a Moreno, pasó a caer en una suerte de autocensura por parte de los medios, dando paso a un amplio margen especulativo. El fin de semana se multiplicaban las voces que predecían de forma casi mesiánica la renuncia de Moreno en cuestión de horas como consecuencia de su implicación en los INA Papers. El mismo Rafael Correa argumentaba que Moreno renunciaría alegando un supuesto empeoramiento de su estado de salud. Casi simultáneamente con el descubrimiento del entramado por una investigación del portal La Fuente, Moreno pasaba a denunciar un supuesto intento de desestabilización por parte de Correa, en conjunto con financiamiento venezolano y el apoyo mediático de Wikileaks. El portal periodístico dirigido por Julian Assange, que se encuentra refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres desde junio de 2012, habría contribuido al complot, publicando fotografías de Moreno y su familia, en las cuales se evidencia la supuesta vida de lujo y ocio en la que se encuentra. Según Michelena, estos tres actores, el gobierno venezolano, Correa y Assange, serían los principales responsables por la campaña de persecución que sufre Moreno en estos momentos.
Siguiendo esta lógica y parafraseando la contra acusación formulada por el gobierno, resultaría plausible argumentar que el cerco alrededor de Moreno se está cerrando. Su discursividad y el intento forzado de desvincularse con todo lo respectivo a la década pasada y su propia implicación en entramados que poco tienen que ver con el ejercicio genuino de un cargo público, parecen estar pasando factura al primer mandatario. De tal manera, resultaría ser una cuestión de tiempo hasta que al fortín discursivo desde el cual Moreno construyó su imagen pública en tiempos post-Correa, quede completamente deslegitimado y se desbarate a base de sus propias incongruencias. ¿Cuán honesto resultaría ser un Presidente que se enriqueció, gracias a su cargo, durante una década entera?
Fotografía:
Wikileaks