El fascismo no sorprenderá durmiendo el sueño de lxs justxs

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Lunes 17 de Febrero de 2020

El siguiente año determinará de forma contundente el futuro del Ecuador y lxs ecuatorianxs. El debate si fascismo o democracia liberal pasará de los lentes de académicos, los egos políticos, el sectarismo organizativo, a la realidad concreta. De hecho, dicho debate nunca fue patrimonio de los anteriormente mencionados, siempre estuvo presente de diferentes formas en la memoria y el estómago del pueblo.

Hoy la amenaza del fascismo, disfrazado de neoliberalismo, se vuelve una verdad ineludible, misma que no puede ser enfrentada únicamente desde lo declarativo, las buenas intenciones, el cálculo electoral o la autocrítica de puertas adentro, peor aún, desde los grandes estándares de quienes fungen como académicos y “militantes”, casi siempre tan alejados del pueblo y sus organizaciones.

Urge por lo tanto, en la medida de las posibles, y con el tiempo en contra, la batalla ideológica más allá de las zonas de confort de la pequeño burguesía progresista y de izquierda. Clarificar con compañerismo, militando desde no abajo, no para en una suerte de flagelo franciscano decir “quien es o no es el puro militante de izquierda”, sino para constituir una alternativa popular organizada, estructurada, con ideología, dispuesta a pelear y resistir en el caso de que la victoria no esté al alcance.

Para que toda la fauna, y con esto nos referimos a todxs quienes se hallan del progresismo a la izquierda y ultra izquierda, no alcanzan a vislumbrar que es lo que realmente está en juego en 2021. Tras el Paro Nacional de octubre quedó evidenciada la brutalidad con la que el Estado actuó y actuará con el fin de preservar a quienes detentan el poder, por encima de la Constitución, los derechos humanos, el debido proceso. Lo ha hecho incluso por encima y en contra del espíritu liberal que suponen defender.

Mientras no pocos se entrampan vanidosamente en sus críticas al correísmo, al movimiento indígena, a las vocerías y actores que se visibilizaron tras octubre, el adversario avanza, busca apoyo en el imperialismo, en los cipayos que hoy gobiernan la región. Moderniza aún más el aparato represivo, compra armas y material para la represión, promueve abiertamente la impunidad en las fuerzas de seguridad al cuestionar las sanciones penales por el uso indiscriminado de la fuerza. Fabrica el enemigo interno, se sirve que la lucha torpe entre correístas y anti correístas para dividir y enfrentar.

No sabemos si son los privilegios, la vanidad pequeño burguesa, el comportamiento hacendatario de nuestrxs progresistas e izquierdistas, lo que impide que estxs sientan la angustia de una derrota para el pueblo en 2021, la poca posibilidad de resistir etc. Por eso nos plantean autocríticas a medias, “bajar al pueblo”, por no forma parte de el, converger sin renunciar mínimos; su sensibilidad no tiene nada de popular.

Ojalá el fascismo no nos sorprenda en 2021 durmiendo el sueño de los justxs, ojalá…

 

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