¿Está en juego la continuidad de Moreno?
Tras la sorpresiva renuncia de María Alejandra Vicuña a la vicepresidencia de la nación, el ejecutivo envió a la Asamblea Nacional el 6 de Diciembre de 2018, en medio de todo el barullo fruto de la celebración de los 484 años fundación española de Quito, la terna de perfiles que Moreno considera son los más idóneos para reemplazar a la ex segunda mandataria.
La terna la integran Otto Sonnenholzner, Nancy Vasco de Maldonado, y Agustín Albán; quienes en palabras del primer mandatario "son personas que tienen un pasado claro, transparente, honesto, de trabajo y esfuerzo por sacar adelante al país”.
Mencionó, además, que son personas "integras" que "trabajan por el bien del país" y que no tienen vinculación aparente a ningún partido político. El hecho de que los tres candidatos estén fuertemente ligados al sector empresarial y a los grupos de poder del país, aparece difuminado entre los pronunciamientos felicitando el abolengo de los integrantes de la terna, mostrando que el criterio sobre probidad y capacidad política, es un elemento puramente casual.
Para la designación de quien ocupe la Vicepresidencia, la Asamblea Nacional se regirá por el artículo 43 de la Ley de la Función Legislativa, que establece los plazos, razones y forma de elegir a el segundo mandatario, escenario que requiere del acuerdo político mayoritario de las distintas bancadas.
De no existir un acuerdo entre los legisladores que permita a alguno de los aspirantes obtener los 70 votos necesarios en el plazo establecido (15 días a partir de la fecha de recepción del documento con los nombres), el artículo anteriormente citado establece que será la primera persona de la terna quien ocupe el cargo.
Los bloques legislativos del PSC, CREO, SUMA, AP, y BIN, fueron los primeros en expresar su apoyo a quien encabeza la terna: el guayaquileño de 35 años Otto Sonnenholzner. Parte del círculo cercano de uno de los yernos de Moreno, el empresario y también dueño de Radio Tropicana, se presenta como la opción más sonada para asumir la segunda magistratura.
Frente a tal escenario varios son los elementos que deberían alertarnos sobre el casi consumado retorno al poder de las derechas más retrogradas y las más reaccionarias oligarquías nacionales.
El primer elemento a analizar tiene que ver con la facilidad con la que Vicuña, después de negar enfáticamente las "calumnias" vertidas en su contra en relación al reciente escándalo de los diezmos al interior de la Asamblea Nacional, presenta su renuncia al cargo y sale de la forma más silenciosa posible. ¿Se ocultan acaso algún tipo de negociaciones? ¿Qué relación guarda esta salida tan "discreta" con los casos identificables de nepotismo a la hora de designar funcionarios en las instituciones públicas?
En segundo lugar es necesario tomar en cuenta a la hora de pretender realizar cualquier análisis la fuerte crisis institucional por la que atraviesa el país. Un CPCCS plenipotenciario, una Asamblea Nacional que funciona como operadora mecánica del proyecto neoliberal de país que despliegan el gobierno central y las élites, un presidente que con torpe imprudencia ha manifestado públicamente que le importa "un bledo el país" y la evidente inestabilidad que produce la sucesión de dos vicepresidentes en menos de un año, configuran el caldo de cultivo perfecto para que la derecha emprenda la fase final en su proyecto de reconquista del estado por la vía de la muerte cruzada o la sucesión.
Moreno, al no tener la capacidad de articular un proyecto de país, ni un horizonte de gobierno, que no sea el neoliberalismo y al haber concesionado el país a los grupos de poder, repartiendo "a cada quien lo quería", aparece en la coyuntura actual como un peón perfectamente descartable en el juego de la dominación.
La derecha ha usado a Moreno a su conveniencia; se ha fortalecido y está lista para asestar el golpe final. En el virtual caso de que Sonnenholzner asuma la vicepresidencia, no sería iluso pensar que la misma continuidad de Lenín Moreno en el poder se vea fuertemente amenazada, por no decir sentenciada. La trama que se dibuja en cuanto al destino del país no por su simpleza dejada de ser así cómo efectiva, aterradora.
En ejercicio de la especulación podemos inferir que probablemente "nuestro" presidente, electo democráticamente, la única "virtud" que parecería mantener, está casi que eligiendo un sucesor "ilegitimo" en lugar de un compañero de trabajo.
Que para nadie sea sorpresa que después de nombrar a Sonnenholzner vicepresidente, (o a cualquiera de sus otros compañeros de terna) meses después hallaran la forma de derrocar a Moreno, si es que este no dimite primero en acto de cobarde "nobleza", y se consolidará el retorno de la derecha al poder.