Gabinete Estratégico , FMI y Desgobierno
Desde hace meses en el Ecuador la sensación de que el país se enrumba a paso veloz hacia una profunda crisis social, política y económica es creciente y a todas luces, al parecer tristemente acertada; lejos de ser simplemente una opinión "subjetiva" perteneciente a la gran mayoría de ecuatorianos. Es posible afirmar que en el transcurso del mes de febrero, nuestro gobierno ha dado dos anuncios que, en el mejor de los casos, no hacen sino respaldar el pesimismo en cuanto al futuro de la nación.
La estulticia cuántica de Moreno, en conjunto con la "viveza" de las élites que gobiernan con él como su títere, han dado en primer momento un golpe fulminante a la institucionalidad del país con la entrada en vigencia del decreto 660, y en segundo momento han entregado, nuevamente, el control del país a los organismos financieros internacionales con el acuerdo al que llegó el gobierno con el equipo técnico del Fondo Monetario Internacional para abrir una nueva línea de crédito para el país. Y todo esto en menos de un mes.
En cuanto al mencionado decreto 660, que deroga el decreto 439; mediante el cual se establecía la existencia de consejos sectoriales con el fin de "coordinar la gestión del gobierno" a partir del decreto 660, que se expide según consta en sus consideraciones, con el fin de " fortalecer la revisión, articulación, coordinación, armonización y aprobación de la política intersectorial dado el Plan de Optimizaciones del Estado que reorganiza la Función Ejecutiva” , el nuevo decreto cambia la función del Gabinete Estratégico que será presidido por gente "de confianza " del ejecutivo de coordinación a “dirección estratégica del gobierno”, elimina los consejos sectoriales y crea 6 gabinetes sectoriales al mando de diversos ministros de estado.
En la práctica y corriendo el riesgo de simplificar de manera burda la complejidad jurídico política de esta situación, esto implica, que el presidente delega sus funciones a cuatro "mini presidentes" que nadie eligió y que nadie conoce y en un acto, más propio de la prestidigitación que de la política, se excluye a el mismo de la supervisión y la dirección de estos espacios de gobierno. Situación sui generis que se vive a consecuencia de que ahora el presidente no preside los espacios de gobierno que el mismo crea.
En cuanto al acercamiento con el FMI, la noche del miércoles 20 de Febrero, se anuncio que los representantes del gobierno, de las cámaras industriales y del organismo de financiamiento internacional llegaron a un acuerdo que le permite al país acceder a una línea de crédito que ascendería a los 10.200 millones de dólares. En este momento falta únicamente que el directorio del FMI formalice los términos del acuerdo, que aún no han sido divulgados, y que establezca cuales serán las condiciones, en términos de adopción de determinadas políticas públicas a implementar, para poder realizar el primer desembolso. Moreno pretende justificar este financiamiento a partir del discurso de la "crisis heredada" de la década anterior. Cómo dato para el debate, desde el inicio de la gestión de Lenín la deuda pública del país se ha incrementado en un 13,30%.
Ante este panorama las especulaciones sobre el futuro del país quedan abiertas. Resulta posible por ejemplo cavilar que la designación del Gabinete estratégico, previo al cierre del acuerdo con el FMI, resulta ser una maniobra política para blindar la figura de Moreno ante la adopción de medidas antipopulares ( reducción/eliminación de subsidios, aumento de los servicios básicos, privatizaciones, despidos, paquetazos, etc.) que se avizora adoptará el ejecutivo, posterior al cierre del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Resulta igual de factible plantear la hipótesis que Moreno, en su afán de ignorar el desastre que ha causado, pretende simplemente abandonar el poder, quizá no por la vía de la muerte cruzada (la cual sería la opción más democrática en este momento) sino a través de una estratagema cuántica que ya se encuentra puesta en marcha. Sin embargo, este escenario resulta ser poco alentador, ya que según los últimos sondeos de opinión, Jaime Nebot repunta como posible presidenciable ante una eventual convocatoria a elecciones.
Lo cierto es que en este momento parecemos avocados a tener que elegir entre un gobernante "ausente" o aupar la movilización para derrocarlo y enfrentar en las urnas al PSC que cada día, gracias a la enorme maquinaria mediática, se consolida como una opción espeluznantemente real.
Nota: La última encuesta de CEDATOS (con cierre al 30 de enero) dice que el 70% de los ecuatorianos se siente preocupado, incierto, frustrado o triste acerca del futuro del país.