La Banana Republic se hunde entre movilizaciones y bochornos diplomáticos
La decadencia de la lumpen burguesía local volvió a relucir en estos últimos días, entre una cumbre que no logra ni ser autocomplaciente, y una represión desmedida en Quito. Mientras Noboa era el único mandatario a nivel continental en asistir a su propia cumbre, la Contra Cumbre de los Pueblos en Resistencia le sobrepasaba con creces en términos organizativos y políticos. En momentos de campaña, el bochorno diplomático y la incompetencia autoinflingida en términos de política pública desempeñado en el año de gestión y la cumbre, parecen estar pasando cuentas a un presidente-candidato de cartón. Noboa, quien probablemente selle su destino político como marioneta inefable del imperialismo y su paupérrima clase empresarial, parece encontrarse ante un momento en el cual el pacto de su clase puede desvanecerse, anunciando tan solo la más reciente de las disputas inter-burguesas.
Ante el peligro de un desplome definitivo de la imagen de Noboa frente a las elecciones del 9 de febrero de 2025, la suspensión de la vicepresidenta y legitima presidenta interina, Verónica Abad, mutiló la ya de por sí decadente imagen del Gobierno Nacional, sobre todo en términos de política exterior. Sin importar el tinte del espectáculo político que pretendan perpetrar la ultra derecha oligárquica o el progresismo, ni siquiera el régimen del fascista Augusto Pinochet se atrevió a invadir una sede diplomática. Adicionalmente y jactándose nuevamente de su supuesto enaltecimiento del orden constitucional y democrático, el bloque político-corporativo, instrumentalizando como a dé lugar a la defenestrada justicia burguesa, inhabilita a Jan Topic como candidato, una de las fichas empresariales más prometedoras: el robocop y mercenario.
Por su parte, el bananero de cartón, un oligarca que resultó presidente de chiripa y se convirtió en un alfil del imperialismo militarista yanqui y minero chino-canadiense, pretende lavarse las manos hablando de supuesta sostenibilidad, mientras impone nuevamente bases militares en territorio. Tan solo el 17 de octubre, Noboa envió un proyecto de ley a la Asamblea Nacional que pretende reformar la Constitución -en específico el artículo 5- para permitir el establecimiento de bases extranjeras en el país, favoreciendo directamente la política imperialista yanqui frente a un inminente conflicto geopolítico global, así como garantizando la perpetuación del narcoestado en el Ecuador.
Mientras tanto, la crisis eléctrica autoinducida provoca un total aproximado de USD 5.700 millones en pérdidas -como aproximado conservador- a causa de dos meses de apagones. La cifra de los medios corporativos de USD 120 millones diarios. Cuando durante el Levantamiento de Junio 2022 la burguesía escupía odio de clase por el Paro Plurinacional y la lucha popular, al grito de “yo no paro, yo trabajo”. El odio nunca fue por las “pérdidas económicas”, el odio era por la desobediencia al orden burgués.
Ante la farsa evidente que representan las elecciones dentro del marco democrático-burgués, se presenta una novedad sin precedentes. Por primera vez en la historia republicana y “democrática”, se presenta una única candidatura desde y para la clase trabajadora, amenazando directamente al proyecto de dominación político-económica de la burguesía: la candidatura de Leonidas Iza. La única candidatura popular de la historia del Ecuador representa el momento de la lucha de clases en el que es importante socializar de forma masiva el sentido común anticapitalista en la opinión pública. Colocar sobre la mesa la necesidad de construir de un Poder Popular Plurinacional para alcanzar esa sociedad una realidad económica de justicia social e igualdad económica, que sobrepase la lógica capitalista.
Por otro lado, la presión que se imprime contra el pueblo y la clase trabajadora es cada vez mayor. Al desempleo que se arrastra desde hace al menos dos años, al acceso precario a salud y educación, y a la inseguridad causada por la imposición del narcoestado, se suma ahora la crisis eléctrica. El pueblo, que se emplea a sí mismo, ha reducido drásticamente su capacidad de producción, agravando la precariedad en la que ya se encuentran sus condiciones materiales. La angustia y la desesperanza poco a poco se van transformando en rabia, que clama dignidad. Aun estando a puertas del inicio de un proceso electoral, la autoconvocatoria que múltiples sectores populares y movimientos sociales plantearon, fue significativa. Movilizaciones masivas en Cuenca, Quito, Latacunga y Guayaquil demuestran que la gente no aguanta más. Continuar la vida es cada vez más difícil, requiere muchas más horas de trabajo y aun así no hay garantías de llegar a fin de mes.
Es decir, se están generando condiciones para la construcción de organización popular estructurada y dispuesta a articular consignas complementarias unas de otras, que puedan construir una plataforma de lucha con una posición ideológica anticapitalista. Estamos en un momento en que las condiciones materiales y las condiciones subjetivas poco a poco entran en sinergia para potenciar la organización de la clase trabajadora. Como planteaba Gramsci, las expresiones de espontaneidad no son en lo absoluto tiempo perdido, sino la oportunidad de acumular esa espontaneidad, mientras se logra la organización consciente. Al menos 7.000 personas marcharon en la capital el pasado viernes. En Quito, la marcha por el 15 de noviembre, se convirtió en la ocasión perfecta para recordar que lxs trabajadorxs masacradxs en 1922, luchaban por el establecimiento de la jornada laboral de 8 horas, y ahora nosotrxs estamos denunciando el pico placa eléctrico, que flexibiliza justamente esa jornada laboral. Es decir, 102 años después, las condiciones de vida de la clase trabajadora siguen siendo vulneradas.
Contrario a las disposiciones que se dio a la policía para la marcha del pasado 31 de octubre, el viernes 15 la represión fue desproporcionada. Sobre todo en términos de ataques puntuales con exceso de fuerza a ciudadanos específicos, exceso de fuerza en detenciones arbitrarias. Es decir, la Policía Nacional aprovechó para descargar un poco de las ganas que tienen de dar palo y bala a la clase trabajadora. Escenas preocupantes de abuso de la fuerza y arbitrariedad se presenciaron en Quito, donde se pudo ver a agentes disparando balas de goma a quemarropa contra manifestantes, uso de gas pimienta y una actitud frenética, casi excitada con el disfrute de imprimir violencia contra el pueblo. Parecería ser que parte del trato con el narcopoder, sea el abastecimiento de cocaína a cierta institución. La violencia y poder de los aparatos represivos del Estado incrementa y se agrava en el autoritarismo del mercado.
Por su parte, Iza y el Movimiento Indígena demostraron fuerza y organización popular en territorio. Más de 10.000 personas marcharon por Latacunga con consignas claras: respeto a los derechos colectivos, soluciones precisas y urgentes a la crisis eléctrica, política y social causada por el mal gobierno, y una firme posición antiminera.
Un país más justo, es la noción colectiva que caracterizó a las jornadas del cierre de semana, así como se evidenció una claridad mayor respecto responsabilidad de la clase dominante frente a la gravedad de la crisis. Así mismo, la Contra Cumbre de los Pueblos en Resistencia también se autoconvocó desde una posición anticapitalista franca y posicionó con fuerza el discurso de la correlación que existe entre capitalismo, explotación minera, neocolonialismo y crisis climática –condición material en la que se desarrolla la crisis energética-. Unas 2.000 personas acudieron a la marcha de la Contra Cumbre, demostrando una creciente fuerza de la organización popular a nivel nacional.
Mientras tanto, Noboa no deja de hacer el ridículo. En su famosa 29ᵃ Cumbre Iberoamericana, él fue el único jefe de Estado presente de toda América Latina, quien era anfitrión, y solo asistieron tres autoridades de Estado: el presidente de Andora, el rey España y primer ministro de Portugal. Noboa tampoco logró su tan anhelada declaración de Cuenca, de la que alardeaba como un símbolo de diplomacia de América Latina, es más ni siquiera se pudo sacar una declaración conjunta, no llegaron al consenso. Es decir, la semana cerró a favor de la clase trabajadora: Noboa perdió y el pueblo ganó. Vamos por buen camino.
En términos históricos, los pueblos del mundo nos encontramos frente a una diatriba sistémica, estructural y por lo tanto determinante, misma que se vuelve cada vez más evidente: o nos deshacemos del sistema capitalista, o este se deshace de nosotrxs. Que en este momento histórico resuenen las palabras del Nino Gramsci: “Instrúyanse, porque necesitamos toda nuestra inteligencia. Conmuévanse, porque necesitamos todo nuestro entusiasmo. Organícense, porque necesitamos de toda nuestra fuerza”. Es la hora de crear organización popular clasista y combativa.