Moreno en su ajedrez
A tres meses de las elecciones presidenciales del 2021, el gobierno continúa en una espiral de escándalos que parecería interminable respecto a sus autoridades más prominentes. Algo que ha caracterizado al gobierno de Moreno, además del neoliberalismo franco y la represión brutal, es el vicioso juego de poder que descarta a sus vínculos políticos. Esto invisibiliza responsabilidades, da apertura a fugas extraoficiales, y no permite reconocer claramente el tablero de juego. Desde la vicepresidencia, los ministerios y el reciclaje de figuras del neoliberalismo de ataño, Moreno ha sabido jugar bien todas sus fichas, en medio de escándalos de corrupción, tráfico de influencias o incumplimiento de funciones.
El más reciente movimiento de Moreno, sucedió el pasado 24 de noviembre, cuando de forma sorpresiva, la Asamblea Nacional -en un claro intento de limpiar su nombre frente al pueblo ecuatoriano a pocos meses de las elecciones- censuraba y destituía a la ministra del terror, María Paula Romo. Romo se perfiló desde el inicio como la predilecta de Moreno: ella no solo se encargó de todo el trabajo sucio del Gobierno Nacional, reprimiendo y persiguiendo toda oposición, sino que facultó directamente el vínculo con la Embajada de los Estados Unidos -reforzando el aparataje de inteligencia-, así como operó las negociaciones preliminares del TLC. Fue colocada al frente del COE Nacional, que le dio oportunidad única para el supuesto reparto de hospitales, donde aparecen nombres como el de Daniel Mendoza.
Queda la duda de a dónde movió –extraoficialmente- Moreno su ficha más preciada. Mientras tanto queda como flamante Ministro de Gobierno, el general en servicio pasivo, Patricio Pazmiño, quien ya ocupaba el cargo de viceministro de la misma cartera de Estado. Cabe destacar que Pazmiño estuvo a cargo de los operativos represivos y brutales de octubre de 2019, fue la mano derecha de María Paula Romo, y ostenta varios reconocimientos como policía ejemplar, entrenado en las artes de la represión, la persecución y el terror.
Richard Martínez, ex Ministro de Finanzas, y acólito preferido de los grupos de poder vinculados a las instituciones crediticias multilaterales, presentó su renuncia el pasado 7 de octubre, para ocupar su merecido cargo como Vicepresidente del Banco Interamericano de Desarrollo en Washington. Como su sucesor, Moreno nombró de inmediato a Mauricio Pozo, dinosaurio político vinculado al gobierno antipopular de Lucio Gutiérrez. Considerado uno de los artífices de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio entre Ecuador y EE.UU. en 2003, Pozo vuelve a retomar las mismas en donde quedaron tras el derrocamiento de Gutiérrez.
Esta puede ser considerada una clara señal política en medio de las retomadas negociaciones del TLC con EE.UU., en el cual Pozo tiene el mandato explícito de formalizar el tratado de una vez por todas antes del fin de los mandatos de Moreno y Trump. El TLC en su primera fase se firmará en Quito el próximo 7 de diciembre, elogiado por el Ministro de Producción Ontaneda como un “acto histórico”. Histórico sin duda será el acuerdo que permita a EE.UU. profundizar su dominación por sobre el Ecuador. El Estado ecuatoriano quedaría a la disposición de EE.UU. en política comercial, ante el avance de China en la región.
Adicionalmente en el reciclaje de dinosaurios políticos, el pasado 13 de noviembre, Moreno anunciaba la vinculación de Alberto Dahik como parte del Consejo de Asesores Económicos del gobierno actual. Dahik se desempeñó con infamia como ex Vicepresidente bajo el gobierno de Sixto Durán Ballén entre 1992 y 1995, fue acusado de peculado y malversación de fondos. Una vez decretada su orden de captura en 1995, Dahik huyó de la justicia para refugiarse en Costa Rica hasta su retorno al país en 2011. En 2019, Dahik demandó al dirigente indígena, Jaime Vargas, por terrorismo, después de las protestas de octubre.
Así mismo, el actual Ministro de Telecomunicaciones, Andrés Michelena, protagonizó un desenlace polémico con La Posta, el jueves de la semana pasada. Este medio denunciaba que Véritas DBB había recibido más de 7 millones USD en contratos a su favor, mientras Michelena fue gerente de esa empresa publicitaria. Como respuesta, Michelena aceptó que a La Posta, antes cercana a la maquinaria propagandística del gobierno, “se les acabó la pauta”, pasando a publicar varias facturas que el medio había expedido por contratos publicitarios con el gobierno de Moreno. Contra Michelena existe una indagación previa por parte de la Fiscalía General del Estado, por supuesta malversación de fondos.
En las vicepresidencias, que son cuatro hasta el momento, varios escenarios se han puesto en juego. A solo tres meses del inicio de su mandato, Moreno retiraba toda función a Jorge Glas, quien para el 2 de octubre de 2017 ya se encontraba en la cárcel No 4 de Quito. Posteriormente, Moreno colocó a María Alejandra Vicuña como vicepresidenta interina hasta que la Asamblea Nacional la reiteró como titular oficial en enero de 2018. Cuando explotaba el escándalo del “Caso Diezmos”, Vicuña renunció a su cargo el 4 de diciembre de 2018, caso por el cual, fue sentenciada a un año de prisión.
Otto Sonnenholzner fue elegido como vicepresidente por la Asamblea Nacional el 11 de diciembre de 2018, quién figuró principalmente como el vínculo directo entre el Gobierno Nacional y las cámaras de comercio. Después de estar en frente del nefasto manejo de la pandemia junto con María Paula Romo, el 7 de julio de 2020 renunciaba a la vicepresidencia, en un intento de deslindarse políticamente de Moreno, en el marco de una posible candidatura, para la presidencia ante las elecciones del 2021.
Para la cuarta vicepresidencia, fue elegida la Abogada María Alejandra Muñoz, el 17 de julio de 2020. Inició su carrera política como asesora de Gustavo Novoa en 2005, pasando por otras carteras de Estado, hasta la dirección en el Servicio de Aduanas. Cargo por el que Muñoz fue llamada a comparecer ante la Asamblea Nacional en el escandaloso e indolente caso de los carnés de discapacidad. En su primer discurso como vicepresidenta, que lo dio desde el púlpito de una iglesia –como buena representante del Opus Dei- habló de servir al país desde la caridad, y su mayor logro como segunda mandataria ha sido una visita oficial al Vaticano, donde se reunió con el Papa Francisco, el 9 de noviembre de 2020.
Tal parecería que como fichas de ajedrez, lxs ministrxs y vicepresidentxs de Moreno van cayendo unx a unx, ante el destape de una olla de grillos tras otra. Este gobierno no solo se ha ganado el título del peor de la historia, sino también del más corrupto en funciones. El neoliberalismo muestra su cara más feroz bajo el gobierno de Moreno, culminando el desmantelamiento del Estado con las fichas más corruptas y vendepatrias de la clase política nacional. Después de este periodo, quedan grabadxs en la memoria del pueblo, quienes hoy son sus verdugxs.