Narcoestado: Buenaño asume el Ministerio del Interior con denuncias de vínculos con el crimen organizado

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Martes 18 de Febrero de 2025

Resulta imposible desconocer que las contradicciones de clase en el Ecuador y el mundo, se encuentran en un momento de profunda agudización. La ultra derecha y sus tendencias fascistas se encuentran instaladas en el Estado de Israel, EE.UU., Argentina, Ecuador e Italia, con una tendencia abrumadoramente al alza en España, Reino Unido, y sobre todo Alemania, que el próximo 23 de febrero teme revivir la putrefacción nacionalista que en términos históricos ya sabemos lo que fue.

La expresión local es una derecha radicalizada en los discursos ultra conservadores que se conjugan con los principios mismos de la ideología liberal: la acumulación privada y el espíritu de supuesta libre empresa, que impone un modelo basado en la explotación absoluta, al costo que sea. En el Ecuador esto se traduce a la imposición, reproducción y sostenimiento del Narcoestado, como maquinaria de control y poder absoluto, y de exportación de la mano de obra y las materias primas -minerales, petróleo, banano, camarón y cocaína-.

Esta versión (aún más) perversa del sistema capitalista se debe comprender desde dos factores materiales que determinan el momento histórico del Ecuador: su expresión  interna, que incluye la imposición del enemigo interno, el perfilamiento racial, el exterminio popular y la persecución política; y su expresión externa, con la dependencia de la demanda y directriz del centro capitalista por excelencia. El flujo masivo de narcóticos a los Nortes, no se sostiene sin una violencia deliberada en contra de las clases populares a nivel nacional, misma que ha cobrado la vida de más de 1.051 personas desde el inicio de 2025, siendo enero el mes más violento  de la historia con 780 asesinatos.

Al mismo tiempo, tanto los aparatos represivos del Estado burgués -policía y fuerzas armadas- como el poder judicial, buscan perpetuar los círculos de violencia estatal. Un ejemplo es el intento de lavar la imagen de las FF.AA. de crímenes de Estado y de lesa humanidad. La “noble” institución está presionando para que se desestime el reconocimiento de desaparición forzada, al crimen cometido contra los niños Steven, Saul, Ismael y Josué a manos de un comando de la Fuerza Aérea el pasado 8 de diciembre de 2024. Se cumplen más de tres meses de aquel crimen de Estado.

En este contexto, el pasado 15 de febrero el bananero presidente nombró a Fausto Buenaño como Ministro del Interior. De esta cartera se despide Mónica Palencia, una de las figuras que más ha servido de acólita a Noboa. Palencia estuvo al frente del Ministerio del Interior desde el inicio del mal gobierno, cerrando el 2024 con 6.964 muertes violentas y cerrando enero y mitad de febrero del 2025, con 25 asesinatos por día -más de uno por hora-, con la cifra record de 1057 asesinatos, de las cuales 80 víctimas son niñxs. No se puede arrancar de la retina que en el Ecuador, bebés gatean alrededor de los cuerpos desvividos de sus madres.

En octubre de 2024 Palencia se enfrentó a un juicio político del que salió victoriosa, en el que se le acusaba de incumplimiento de funciones. Acusación miserable. Todo lo contrario, Palencia logró ejecutar a la perfección el plan de gobierno: el terrorismo de Estado y la profundización del narcoestado.

En la imposición de esta línea, Palencia ejecutó graves arremetidas en contra de la organización popular, sobre todo antiminera. La participación de Palencia como Ministra demuestra el complejo entramado entre los aparatos represivos, el sistema de (in)justicia y el crimen organizado. Durante su periodo se fugaron 130 PPLs, incluido “Alias Fito”, se invadió la embajada de México y se reprimió con extrema violencia a la resistencia en Palo Quemado, Las Pampas y Las Naves, represión que degeneró en la judicialización de 150 campesinxs en Palo Quemado y la criminalización de 4 defensores del agua en Las Naves con una condena de 4 años de prisión. Ciertamente Palencia fue ficha fundamental en la conformación de la política impuesta con la declaración del Conflicto Armado Interno, que recuerda a la doctrina de Seguridad Nacional de Reagan. La construcción de un enemigo interno, una retórica antisubversiva que legitima el abuso de la fuerza, la criminalización de la pobreza y la persecución a la organización popular son pan de cada día.

Como si fuera poca la sangre derramada en este país a gusto y paciencia de la más degradada burguesía nacional, el hacendado presidente delega como sucesor de Palencia a una figura aún más siniestra: Fausto Buenaño. El nuevo ministro viene con una carga que solo podría describirse como turbia y criminal. Buenaño en efecto consta en la lista de narcogenerales presentada por el ex embajador de EE.UU. en Ecuador Michael Fitzpatrick a finales del 2021. Acusación que ratificó su vínculo con el crimen organizado cuando en octubre del mismo año estuvo involucrado directamente en el ingreso ilegal de Narcisa Briones, amante y suboficial de Adolfo Macías “Alias Fito”, a la cárcel vestida como una guía penitenciaria del SNAI. En el reporte del suceso, se denuncia que Briones ingresó fusiles en medio de la crisis carcelaria más perversa jamás vista a nivel mundial, misma que dejó más de 600 PPLs masacrados. El reluciente Ministro Buenaño, en ese entonces cumplió con la función de facilitar tanto el ingreso como la salida de la cárcel de Narcisa Briones, y su impunidad.

Buenaño fue tanto responsable de Esmeraldas durante la crisis de violencia más grave, así como supervisor del sistema carcelario nacional. Su trabajo habla por sí solo. Definitivamente la figura de Buenaño como nuevo Ministro del Interior ratifica la doble ejecución del poder en este pobre país: el Narcoestado, que opera a doble mano cómplice la una de la otra, desde la fuerza estatal y la fuerza paraestatal.

Buenaño viene a reforzar la política terrorista de Daniel Noboa. Entre Policía Nacional y Fuerzas Armadas han ejecutado las disposiciones consecuencia de la retórica del enemigo interno, que se ha impuesto con fuerza desde 2019 cuando Moreno presidía el poder ejecutivo. Colocar a cuadros militares o policiales al frente de ministerios sensibles siempre es señal de radicalización de la violencia estatal, misma que hasta el momento suma al menos 35 denuncias de desapariciones forzadas, 16 denuncias de ejecuciones extrajudiciales y existen al menos 145 investigaciones abiertas por abuso de la fuerza y extralimitaciones.

Es importante señalar la carga colonial con la que el terrorismo de Estado que está siendo ejecutado por este mal gobierno: el perfilamiento racial ha colocado en una situación de extrema vulnerabilidad a los cuerpos de jóvenes negros y afros, colocándolos como criminales; así como a los cuerpos indígenas y campesinos como subversivos. Alerta máxima frente a los próximos movimientos de los aparatos represivos del Estado. El fascismo poco a poco ha dejado su latencia, para imponerse con absoluta franqueza a nivel global.

En términos estructurales, el sistema mundo se encuentra atravesando por una profunda crisis de la hegemonía capitalista, tanto en sus centros como en las periferias. Esto se refleja con la evidente radicalización de la clase dominante en el poder, que imprime niveles de extrema violencia sobre las clases explotadas. El mecanismo del estado de excepción se expresa como una herramienta para inmunizar al poder político estatal de garantías y contrapesos liberales. El Ecuador ha pasado al menos 13 de los 15 meses de la Banana Republic comandada por Daniel Noboa en estado de excepción. El autoritarismo, en términos políticos, refleja una debilidad interna dentro del bloque de poder burgués, y externa en las contradicciones irreconciliables con la clase trabajadora. El estado de excepción demuestra que el capitalismo es imposible de sostener como estatus quo bajo otros términos que no sean la violencia directa. En el Ecuador esto se refleja en el Narcoestado.

No cabe lugar alguno para la duda, la militarización interna y el supuesto “conflicto”, constituyen la implementación del mecanismo de control social por excelencia: el Narcoestasdo. La violencia estatal y paraestatal en contra de las masas precarizadas, maximizan su propio negocio, la exportación a menudeo de minerales, sustancias ilícitas y frutas. Los intereses que representa Noboa y compañía se reflejan en los incontables tentáculos alrededor, por debajo y por encima de las estructuras estatales. Se precisa de un alto grado de conciencia de clase y organización para enfrentar la arremetida reaccionaria de una burguesía fascistizada. Urge organizarse. En estos momentos solo corresponde encontrarse del lado correcto de la historia.

 

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