Palestina libre, del río hasta el mar

viva palestina libre
Lunes 13 de Noviembre de 2023

El continuum del genocidio contra el pueblo palestino, ha demostrado como se aplica de forma impecable la pedagogía de la crueldad. En menos de 8 días, el promedio de niñxs asesinadxs en Gaza pasó de 1 cría cada 10 minutos, a 1 cría cada 5 minutos. Es dolorosamente real que Palestina se ha convertido en el cementerio de infantes más grande del mundo, teniendo al sionismo del Estado de Israel como su sanguinario verdugo. Así mismo, más de 1.700.000 palestinxs se han convertido, una vez más, en exiliadxs en su propia tierra, en un fenómeno pocas veces visto, en donde una persona que ya tenía un estatus de refugiada, es obligada a desplazarse una vez más, para convertirse en doble refugiada a causa de una nueva arremetida colonial. El proceso de despoblamiento forzado que las Fuerzas de Defensa Israelís ejecutan, conjuntamente con las permanentes masacres, enarbolan el fascismo sionista en su máxima expresión.

El conflicto palestino-israelí, como ya hemos ido recordando, tiene su inicio al momento de la firma del acuerdo de Balfour en 1917, en el que estableció a Palestina como el territorio donde se edificaría el proyecto sionista: el Estado de Israel. La negación de humanidad al pueblo palestino, se graficó perfectamente en la famosa frase de Israel Zangwill de principios del s.XX: “Una tierra sin pueblo, para un pueblo sin tierra” y que ahora se manifieta como “personas animales” en la voz de Galant. La corona Británica, que curiosamente está envuelta en casi todas las experiencias coloniales de la historia, fue la encargada de llevar a cabo el proceso de asentamientos sionistas, sin embargo, prontamente los sionistas radicales encontraron a los británicos poco severos. En respuesta se armaron dos ejércitos paramilitares, uno más cruel que el otro para ejecutar el desplazamiento forzado y el genocidio que vemos agudizado hoy en día. Estos dos grupos fueron La Haganah -La Defensa- y el Irgún –Organización Militar Nacional de la Tierra de Israel-. Ambas organizaciones paramilitares fueron clasificadas como terroristas por el mismo Occidente, que ahora intenta lavar la memoria de cómo se irguió el Estado de Israel.

A partir de 1948, después de casi 30 años del inicio de la ocupación, cuando Ben-Gurión declara la constitución del Estado de Israel con el acto fundante de la Nakba -la catástrofe-, que fue un proceso de despoblamiento forzado y genocidio que tuvo como consecuencia el desplazamiento de más de 800.000 palestinxs y al menos 15.000 muertxs; la Haganag se convirtió en IDF y los ideólogos del Irgún pasaron a ser gobierno del Estado de Israel. Para 1967, durante la Guerra de los 6 días, cuando la coalición de Egipto, Siria, Jordania e Irak le declararon la guerra al Estado de Israel por la ocupación a Palestina, más de 300.000 palestinxs fueron desplazadxs y más de 20.000 árabes fueron asesinados por el Estado de Israel con el apoyo bélico de Occidente, y tanto la Franja de Gaza, como Cisjordania pasaron al control del Estado de Israel. A este segundo gran proceso de despoblamiento forzado y genocidio, el pueblo palestino lo llamó la Naksa -el retroceso-. Sin embargo, antes y después de la Nakba, como antes y después de la Naksa, las prácticas genocidas y de despoblamiento forzado del Estado de Israel han sido continuas, y se han visto intensificadas en episodios específicos.

El genocidio al pueblo palestino y el despoblamiento forzado de Palestina, no inició el 7 de octubre de 2023. Se ha llevado a cabo desde hace más de 100 años con la aplicación de la pedagogía de la crueldad, no solo a vista y paciencia de Occidente, sino que apoyado y financiado por el mismo. La posición geoestratégica del Estado de Israel, se ha convertido en la piedra angular del sostenimiento de la hegemonía decadente de Occidente. Si cae el Estado de Israel, casi el 90% del control de los recursos en gas natural y petróleo de Medio Oriente, estarían en manos de Rusia, China, Irán y el resto del mundo árabe, causando indiscutiblemente la transición final al multipolarismo.

Por otro lado, la billonaria industria militar israelí es estratégica para el sostenimiento de Occidente. Esta se caracteriza por dos elementos: un aparato de espionaje e inteligencia extraordinario, y por vender armas y equipo bélico probado en terreno, justamente en los cuerpos palestinos. Un ejemplo de este mecanismo es la mutilación ocular, estrategia de disuasión y tortura desarrollada precisamente por las IDF en la represión brutal contra el pueblo palestino en los últimos 25 años. Otras tácticas de inteligencia y tortura fueron exportadas a América Latina por agentes de la Mossad en los 70s y 80s, como cuando León Febres Cordero trajo a Ran Gazit para que montara el SIC-10 y sus escuadrones de la muerte, que se dedicaron a matar, torturar, violar y extorsionar a comunistas, trans, maricas y gente pobre. Nos equivocaríamos si pensamos que el Estado de Israel está fuera de control en este momento. Todo lo contrario, está ejecutando un plan de estrategia geopolítica y hegemonía del imperialismo yanqui-occidental de hace más de 100 años.

El Estado de Israel, como todos los Estado coloniales, está fundado en un proceso barbárico de genocidio y apropiación ilegal de tierras. La cuestión es que en el s.XX y s.XXI ya existen tratados internacionales como el Derecho Internacional Humanitario, o instituciones como la Organización de Naciones Unidas. La agudización del conflicto palestino-israelí ha demostrado tres cosas importantes: 1. Las vidas de color no importan, el orden mundial se mantiene en el supremacismo blanco; 2. La acumulación capitalista y la hegemonía política son los más importante para el sistema; y 3. La democracia burguesa –en la que se inscriben estos acuerdos e instituciones- es una pantomima, una falacia tejida por el mismo sistema de clases, y nada más.

Una vez más, ratificamos la solidaridad con el pueblo palestino y el irrestricto respaldo a sus heroicos esfuerzos por lograr su proyecto de liberación nacional. Es absolutamente comprensible que la desesperación, la sensación de impotencia y la muletilla liberal haga caer a la conciencia colectiva en soluciones que no son soluciones. En territorio palestino se está jugando el destino de todos los pueblos del mundo, como pasó en los 40s del siglo pasado con el ascenso del nazismo. La repuesta que poco a poco ya se está dando, necesariamente debe ser la radicalización de las posturas políticas y profundización de la organización popular en cada territorio del planeta. Para el pueblo palestino, esta siempre ha sido una cuestión de vida o muerte, y ahora con más razón que nunca. Una sola paz es posible, y es la justicia. Una sola justicia es aceptable, y es la devolución de todas las tierras ocupadas y el fin del Estado colonial de Israel y su fascismo sionista. Por una Palestina libre, del río hasta el mar, hasta la victoria.

 

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