Un Lasso "feminista" y otros disfraces de la derecha
Guillermo Lasso se refuerza y reconfigura frente a la segunda vuelta. Los grupos de poder disfrazan sus discursos en torno al tablero electoral, evidenciando su oportunismo con el nuevo posicionamiento de Lasso respecto a algunas luchas históricas. Frente al 11 de abril, la ultra derecha parece reforzar sus filas estratégicas en torno a la creación de una imagen renovada del candidato del continuismo neoliberal. El nuevo empaque de Lasso pretende maquillar el catastrófico legado político que le hace corresponsable del éxodo de casi tres millones de personas como migración forzada por el feriado bancario en 1999.
Guillermo Lasso reconfiguró su imagen discursiva y estética, para presentarse, no como el banquero y dinosaurio político vinculado al feriado bancario, sino como el “rejuvenecido” candidato que se dirige a la juventud electoral. Indudablemente, las personas entre 16 y 22 años, resultan en un voto potencial de suma importancia, que se sitúa en aproximadamente un millón de nuevxs votantes, casi un 10% del total del electorado. Este, en gran medida, fue captado por Xavier Hervas, que se enfocó en las nuevas redes sociales, quien resucitó del cementerio de la política nacional a la Izquierda Democrática -ID-, situándose en cuarto lugar después de Yaku Pérez, con un total de 15,68%, equivalente a 1.453.916 votos.
Lasso, en un cálculo político destinado a captar aquel sector de la población votante, sumó a su equipo al asesor de campaña de Hervas, Juan Mateo Zúñiga. Anteriormente había desestimado a la red social Tik Tok, pero ahora ha incurrido en la misma, con una primera intervención que versa: “estamos en segunda vuelta”. Adicionalmente, entre los potenciales directores de campaña para la segunda vuelta, figura Jaime Durán Barba, ideólogo electoral de Mauricio Macri en Argentina.
Después de la proclamación de resultados oficiales para la segunda vuelta, tanto el CNE -como organismo regulador del proceso electoral-, así como el candidato de la banca, Guillermo Lasso, entran a la segunda vuelta, con una legitimidad en duda. Después de romper su acuerdo con Pérez, Lasso ha logrado reiterar la imagen acerca de su pobre voluntad para honrar los acuerdos con cualquier sector popular, reafirmando el perfil usurero que el candidato de CREO-PSC.
Para la segunda vuelta presidenciable del 2017, Guillermo ya confesaba a viva voz que él no tiene ningún escrúpulo al utilizar las luchas populares y a líderes, para lograr captar electorado: “No sería natural que yo salga en una manifestación, de la mano de Carlos Pérez Guartambel (...) muy difícil construir un espacio de unidad en ese caso, quizás para ganar una elección sí, pero no para gobernar”. Bajo estos mismos parámetros de utilitarismo electorero, ahora Guillermo Lasso hace el intento de apropiarse de las luchas ecologistas y feministas.
La semana pasada, Lasso convocó a una rueda de presa en la que describió cual será la narrativa para la segunda parte de su campaña electoral. Se colocó junto a una mujer indígena, materializando en escenario, la conjunción simbólica de las luchas que ahora pretende cooptar: al sector campesino e indígena y a las luchas “de las mujeres”. Al tiempo que el vicepresidenciable Borrero, se refirió a las clínicas de “deshomosexualización”, pidiendo disculpas por sus declaraciones anteriores, y reconociendo que estas instituciones no deberían existir.
Parece que Guillermo Lasso apela una vez más a la desmemoria para colarse en el electorado más joven. Sin embargo, siendo miembro activo de la secta católica más retrógrada y derechista del país, el Opus-Dei y con las tantas intervenciones públicas y peticiones especiales que ha hecho a sus amigos del Gobierno Nacional, Lasso se reafirma como el representa de la clase política ultra conservadora.
Por ejemplo, en medio del debate legislativo del 2019, donde se trató la despenalización del aborto por violación, Guillermo Lasso expresó: “Yo creo que el debate de la despenalización del aborto por violación es una pantalla de humo para legalizar el aborto de manera general. Y si eso se produjese, yo con total valentía, defendiendo mis principios, presentaría un proyecto de ley para revertir esa situación”.
Así mismo, en Agosto de 2020, Lasso envió una carta a Moreno, en la que le exhortaba el veto total al Código Orgánico de Salud: “Algunos artículos de este texto legal atropellan varios preceptos constitucionales y causan profundo malestar en la mayoría de los ciudadanos de este país, además de afectar a la dignidad de los profesionales médicos. El COS merece de su parte, señor Presidente, el veto total”. En la carta, Lasso hace especial alusión a los artículos que materializaban avances en materia de derechos: el cuidado de la vida de las mujeres y cuerpos gestantes, de educación sexual y la eliminación de las clínicas de tortura, mal llamadas de “deshomosexualización. En efecto, Moreno dio le veto total al COS ese mismo septiembre.
Una de las lecciones de la primera vuelta electoral es que el electorado joven está más fuertemente politizado alrededor de las demandas de género, y medioambientales, que desde la pequeño burguesía, se enuncian desde la perspectiva liberal, totalmente desclasada. Así, tanto las propuestas en torno al cuidado del medio ambiente de Pérez, como la imagen joven proyectada por Hervas -neoconservadurismo renovado-, lograron captar una gran mayoría del electorado entre 16 y 22 años. Votos que ahora Lasso busca depositar sobre sí, reposicionándose en espacios de mujeres y juventudes.
La ultra derecha vinculada a la oligarquía local y las iglesias, no logra comprender que los derechos no pueden ser sujetos a debate, que los votos no son transferibles, y que las identificaciones políticas son evidentes. La pugna por la hegemonía del poder político electoral dentro del Estado burgués se agudiza, entre campañas de deslegitimación del proceso electoral. Esta pugna se enmarca en una disputa geopolítica regional para impedir una reconsolidación del bloque progresista latinoamericano. En Guillermo Lasso confluyen los intereses de la oligarquía y pequeña burguesía locales, y los intereses del imperio.