Volveremos y seremos millones: Leonidas Iza 2025
Es difícil hablar desde la esperanza, en un país donde el no futuro impera. Episodio autoritarismo. Salimos de una primera semana de año de feriado mandatorio, donde el autoritarismo se ha materializado como en pocas ocasiones en la historia nacional, con el addendum de que ahora las fuerzas armadas que respaldan irrestrictamente al hacendado presidente, son estatales y paraestatales. Empezó cuando el 2 de enero Noboa decretó un nuevo Estado de excepción, con el Decreto Ejecutivo 493, por grave conmoción interna en varias provincias y el Distrito Metropolitano de Quito. Los derechos de inviolabilidad de domicilio y correspondencia quedan revocados, y en varios cantones existe toque de queda de 22H00 a 05H00. Luego, el 4 de enero el comando conjunto de las Fuerzas Armadas publicó una carta pública donde declara respaldo a los Decretos Ejecutivos, tanto de asignación de funciones como de designación de Vicepresidenta del Ejecutivo, intercambiando respaldo por impunidad, en un contexto de rabia y dolor colectivos por la desaparición forzada, tortura y ejecución extrajudicial de Ismael, Josué, Nehemías y Steven por parte de los aparatos represivos del Estado.
Así inicial la contienda electoral. En un país sumido en la violencia estatal y paraestatal, sin trabajo, sin acceso a salud, ni educación, y hasta hace poco, sin acceso a electricidad. El escenario se repite parcialmente: dos proyectos burgueses compitiendo entre sí, enclaustrados en el discurso mediocre del correísmo – anticorreísmo. Uno alimenta históricamente al otro en una hoguera que de una u otra forma se come vivo al pueblo. Recordemos que los marcos simbólicos, estatales, institucionales y legales que devienen en el capitalismo extractivo, el poder de los aparatos represivos del Estado y el autoritarismo, se cimentaron durante el periodo progresista; y se explotan ahora, en el shock neoliberal. También mantener en la atención, que tanto progresismos como neoliberalismos, se han caracterizado por un giro conservador y represivo, que ha generado la agudización de la lucha de clases a nivel global.
La única diferencia en este escenario es la candidatura de Leonidas Iza, dirigente histórico del Movimiento Indígena, ex Presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador CONAIE, y compañero respetado y reconocido por todxs de quienes militamos en la izquierda consecuente. El fenómeno de la candidatura de Iza es un tema que genera polarización entre la izquierda y su variopinta naturaleza. Izquierda entendida como la variedad de corrientes del marxismo, el anarquismo y el autonomismo que desconocen la legitimidad de la democracia burguesa, y la comprenden como un mecanismos más de sometimiento y alienación del Estado burguesa.
Quienes apoyamos a Leonidas Iza en su tránsito por la democracia burguesa, primero reconocemos que esta no es una candidatura que viene ni del convencimiento ideológico ni del ego, sino de un mandato colectivo, que tiene que ser respetado y honrado; segundo, que es nuestro deber militante cuidar la figura revolucionaria del compañero y aprovechar la oportunidad de amplificación de nuestras posturas ideológicas sobre el mundo de las y los trabajadores; y tercero, vamos a trabajar lo más duro que podamos para que el compañero tenga un respaldo porcentual importante, que impida que derecha y ultraderecha deslegitime su liderazgo político y lo reduzca su influencia de forma racista a lxs trabajadorxs étnicos y campesinos, cuando representa a los intereses generales de la clase trabajadora.
Del otro lado de la izquierda, en cambio, se baten entre el ultrismo recalcitrante, y quienes no quieren aceptar la organicidad como principio, y quienes se sentirían más cómodxs con que el ego del compañero Iza se eleve ahí sí, sobre el mandato colectivo, y se niegue a la candidatura. Habría que preguntarse ahí, si quien sumar a riesgo de todo, o prefieren la seguridad de la comodidad. Seriamente, tenemos un acuerdo generalizado entre unxs y otrxs: la democracia burguesa no es nuestra estrategia de lucha, es un escenario en el que nos encontramos, y por lo tanto y por el momento, donde hay que actuar.
Este país está tan desequilibrado e inmerso en una polarización cada vez más profunda y enfrentando un periodo de angustia prolongado, que increíblemente, después de un gobierno criminal y desastroso, Daniel Noboa tiene reales posibilidades de reelección, siguiéndole Luisa Gonzales que tiene mayores probabilidades que en anteriores ocasiones, y Leonidas Iza, uno de nosotrxs, que va en tercer lugar en tres encuestas nacionales. MR de noviembre 2024, y las mas recientes encuestas de Telcodata y Comunicaliza le da a Leonidas Iza el tercer lugar en intención de voto. Es importante sostener y fortalecer esta tendencia, que les queme el cuerpo a neoliberales y racistas, que insisten en desconocer la humanidad del pueblo.
Es difícil escribir desde la esperanza, y es más difícil escribir desde la esperanza que es compleja, porque está donde no es. No tenemos esperanza de que Leonidas Iza gane las elecciones, porque no depositamos la esperanza en el Estado. Vamos a pelear por estas elecciones, porque el compañero está ahí, y si él está, estamos todxs. Estamos todxs porque estuvimos en Octubre de 2019 y en Junio de 2022, y todxs estamos todo el tiempo en cada trinchera nuestra. Es responsabilidad compartida, estar con Leonidas Iza.
Se viene el tiempo del Inkarri. Hemos de volver al mito, porque del mito hemos criado del sueño a la movilización. Tenemos la voluntad colectiva por la dignidad, la justicia y la verdadera libertad. Dice el mito, que la tierra como vientre de madre primera, le construye el cuerpo a la cabeza viva y enterrada del Inkarri. El cuerpo es la masa viva y la cabeza el pensamiento. En el mito de la vuelta del Inkarri se colectiviza en el horizonte político y cultural, prohibido y desterrado por la colonia y el capital, del mundo de las y los trabajadores, que somos uno con la Tierra, que nos negamos a dejar de ser pueblos, que nos negamos a entregar a nuestros hijos e hijas a las garras perversas del mercado, que soñamos con una sociedad bonita, porque sabemos que somos capaces de construirla.
Volveré y seré millones, dijo Tupac Amaru II, antes de que su cabeza decapitada fuese exhibida en una plaza en el Cuzco. Por la construcción del Poder Popular Plurinacional, desde cada trinchera y en cada oportunidad.
