Guerra imperialista en Siria
La reciente escala militar contra Siria, orquestada por Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, abre la puerta a un posible conflicto de repercusión mundial, entre el occidente imperialista y los aliados del régimen sirio. Desde el inicio de la Guerra Civil (2011), el país ha sido laboratorio de distintas estrategias de desestabilización, mediante las cuales se ha legitimado la intervención militar en el país, con un saldo escalofriante de 400.000 víctimas mortales y 6.000.000 de desplazados, más una ola de refugiados que ha llegado hasta Europa, en la que también se cuentan miles de muertos. La importancia geopolítica de Siria, dada por su ubicación estratégica, las fuentes de recursos naturales que posee - gas, petróleo y agua -, han vuelto a ese país un preciado botín de guerra para el imperialismo. Oriente Medio se encuentra al borde de un conflicto militar que rediseñaría la geopolítica mundial, e incluso, las fronteras de la región.
Matar mintiendo
Estados Unidos justifica el bombardeo a Siria a partir de una mentira elaborada – como ha hecho históricamente en casi todos los conflictos bélicos en los que se ha involucrado -, en este caso un supuesto ataque químico perpetrado por el gobierno de Bashar Al-Assad en la localidad de Guta Oriental, con el saldo de numerosas víctimas civiles. Hasta la fecha no existe ni una sola prueba que evidencie el uso de armas químicas por el Ejército Árabe Sirio en dicha localidad.
Estados Unidos, utilizando su maquinaria propagandística, ha armado todo un show asegurando tener pruebas del ataque químico, hecho que ha sido desmentido por Rusia; pues no existen víctimas o pacientes que presenten síntomas de intoxicación por armas químicas, ni restos de material en el ambiente. Los ataques químicos contra la población o combatientes han sido patrimonio de grupos islamistas radicales, apoyados por Estados Unidos.
Las fuerzas en conflicto
Los Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, violando el derecho internacional, y sobrepasando al Consejo de Seguridad de la ONU, iniciaron el bombardeo contra Siria. Hasta el momento se han disparado más de 100 misiles de los cuales el sistema anti aéreo sirio ha derribado 71, los restantes han impactado en supuestos lugares donde se fabrican armas químicas. Rusia, aliado de Siria que ha virado el curso de la guerra desde su intervención en el conflicto hace más de dos años, ha advertido enfáticamente que responderá a los ataques de la colación liderada por Estados Unidos, lo cual calienta aún más el escenario.
Alineados con el bando sirio, Rusia, Irán y Hezbollah de el Líbano, advierten de las consecuencias desastrosas de la ilegal intervención militar de Estados Unidos, Francia y Reino Unido; mientras que éstos últimos cuentan con el apoyo de Turquía y sus fuerzas armadas (el segundo ejército más grande de la OTAN), el Estado sionista de Israel y las monarquías del golfo, particularmente Arabia Saudita, cuna del terrorismo islámico.
A las puertas de un conflicto que podría recrudecer más la violencia que vive Oriente Medio - resultado de la injerencia de Occidente en complicidad con las clases dirigentes de la región -, presenciamos el toque de las trompetas de guerra que bien podrían anunciar un conflicto a escala mundial. En estos momentos las fuerzas revolucionarias y progresistas del mundo entero deben rechazar las pretensiones imperialistas, movilizarse hacia las embajadas de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, llamar al boicot económico contra estos países y esclarecer ante la opinión pública, que ninguna intervención militar realizada por el imperialismo ha traído ni paz, ni democracia.