Israel exporta ideología militar al Ecuador
Después de que durante el correísmo las relaciones con el Estado de Israel se deterioraran de manera notoria, con el actual gobierno de Lenín Moreno, el Estado ecuatoriano volvió a retomar la compra de armamento de Israel. Adicionalmente, soldados ecuatorianos son entrenados en Medio Oriente por el ejército israelí en materia de contraterrorismo. Parece que el Estado ecuatoriano -ante la reorganización de los movimientos de resistencia y la multiplicación de los conflictos sociales a base de la nefasta política crediticia autoimpuesta y la nueva política minera- se prepara para enfrentarse a su propio pueblo.
Durante los experimentos dictatoriales militares entre 1960 y 1979, el Estado ecuatoriano y el de Israel fortalecieron considerablemente los lazos militares entre ambos países. En los años 60, militares ecuatorianos eran enviados a Israel para capacitarse. Durante esa época hasta la vuelta formal a la democracia en 1979, Israel expresaba su apoyo a la dictadura militar en el país, por medio de una amplia cooperación en asistencia bélica. Durante década de los 70as, el Estado de Israel también brindaba asistencia técnica y asesoría a las fuerzas armadas del Ecuador. Esta relación se deterioraría con la elección de Jaime Roldós en 1979, volviendo a su previa situación después de su muerte y la elección de León Febrés Cordero.
En la década de los 90as, Israel asistió activamente a Ecuador durante el último conflicto militar con Perú. Israel alquilaba aviones de combate y jets a un precio supuesto de 500,000 $USD por día como también comandos por 100,000 $USD al día. La compra de equipamiento bélico israelí por el Estado ecuatoriano en términos generales consta desde morteros a aviones de transporte y combate, drones y cíbertecnología militar.
Después de la elección de Rafael Correa, la última compra de tecnología militar correspondió a 6 drones de reconocimiento en el 2008, por un valor total de 23 millones de dólares. En el año 2009, ocurrió un congelamiento de las relaciones entre Ecuador e Israel a raíz de la neutralización violenta de una flota de barcos de solidaridad que se dirigía a Gaza. Las relaciones de cooperación en materia de agricultura, ciberseguridad y defensa se retomaron en el 2017, con el gobierno de Moreno,- y desde ese entonces hasta ahora, se han efectuado compras de material bélico por un total de 30 millones de dólares. El nombramiento de Oswaldo Jarrín parece haber tenido relación directa en la mejora de las relaciones bilaterales entre Ecuador e Israel, el cual cursó sus estudios en el último. Acorde a sus propias declaraciones, entre los países en los cuales se capacitan soldados ecuatorianos constan además España, Inglaterra, E.E.U.U. y China.
La política exterior de Ecuador, al igual que su política comercial y de integración regional, vuelve a alinearse así a las democracias que exportan su modelo al resto del mundo, como lo son E.E.U.U. y también Israel. Como coincide un miembro del Colectivo de Solidaridad entre los Pueblos, José Ariza: “Israel no solo vende tecnología militar, -que de hecho son uno de los (países) más avanzados- sino que sobre todo vende ideología militar”. De tal manera, con el entrenamiento de soldados ecuatorianos en Israel, estos pretenden capacitarse en tácticas anti insurgentes y anti terroristas, las cuales son implementadas en la actualidad en contra del pueblo palestino. Estas estrategias militares no convencionales resultarían sumamente efectivas en la neutralización y desarticulación de movimientos sociales y militantes opuestos a las políticas de dominación defendidas por el Estado ecuatoriano.
El ejército ya se encuentra facultado para reprimir con el uso de la fuerza a los grupos de campesinxs, indígenas, obrerxs y militantes ecologistas, que se pongan en el camino de las mineras, petroleras e hidroeléctricas que se quieren apropiar de los recursos que se encuentran en estos territorios por cualquier medio. Esto después de que la Asamblea Nacional aprobara una resolución que faculta al ejército a desarrollar acciones referentes la seguridad interna del territorio nacional. Estas incluyen el control de explosivos, armamento y sustancias, además de operativos militares a escala interna. La militarización del territorio, como recientemente en Pitua, Bolivar y San Pedro de Yumate, Azuay, demuestra el advenimiento de un panorama sombrío en cuanto a la intervención de fuerzas militares en conflictos internos con mayor frecuencia, normalizando efectivamente un Estado militar, con regiones y hasta provincias enteras militarizadas. Pensar en que puede ser solo cuestión de tiempo hasta que Matraca asuma el aparato represivo del Estado no parece ser un disparate. Entonces si, Nebot no pensaría dos veces en llevarse por delante todo lo que se encuentre entre su figura y la absoluta liberalización y subsecuente venta de lo que quedaría del patrimonio natural y humano que existe en el Ecuador, a la vieja escuela de su mentor Febrés Cordero.
Ante la sofisticación de los aparatos represivos del Estado en materia de contrainsurgencia, los movimientos y organizaciones que pretenden responder al proyecto de reacumulación por medio de la precarización de las condiciones de vida materiales y sociales, como medioambientales de la población en general, necesitamos reorganizarse y ponerse al día para estar cara a cara con estos desarrollos. Como los manifestantes de Hong Kong, que desarrollan nuevas tácticas de resistencia acorde se siguen implementando innovadoras técnicas de desarticulación y represión por parte de las fuerzas policiales y militares, los movimientos de resistencia necesitamos circular en torno a una dinámica de reinvención constante, para no dar tregua a un Estado al que abiertamente le importa un carajo el bienestar ni de las personas ni del medio ambiente.