Informe a la Nación: Breve antología de Lenin Moreno
Como es costumbre desde hace algunos años, el 24 de Mayo ha sido escogido como el día predilecto para brindarle un Informe a la Nación, en medio de un espectáculo mediático y político que realza la bandera de la Patria, de la Nación, de un Estado ficticio, en el cual el Presidente Moreno nos quiere impulsar a creer a toda costa.
El presente año, Moreno y su Gabinete festejan (literalmente) sus dos años de gobierno, después de haber asumido la presidencia exactamente el mismo día, pero en el año 2017. Recordemos la pugna política y social que generó el proceso electoral de aquel año, en el cual Alianza País, entonces presidida por Correa, apostaba a la figura de Moreno como sucesor de la llamada Revolución Ciudadana, mientras la oligarquía nacional perfilaba a Guillermo Lasso como candidato de la derecha empresarial ecuatoriana. Moreno alcanzó la presidencia en una segunda vuelta, después de que ambos candidatos hayan generado una notable pugna sociopolítica en el país. No tuvo que trascurrir mucho tiempo para que Moreno y Lasso pasaran de ser enemigos íntimos a ser compadres, añadiendo por supuesto también a Jaime Nebot, proclamado y férreo anticorreista. Con Moreno, Lasso y Nebot a la cabeza, el giro neoliberal comenzó a tomar su rumbo, a trazar su mapa y su meta final, y por supuesto, a generar más beneficios a la oligarquía nacional, mientras la constitucionalidad del país continúa sin rumbo alguno.
Esto marcó el inicio del gobierno de Moreno y resulta de suma relevancia para poder entender los dos años del "Gobierno de Todos" de Lenin Moreno. En mayo del año pasado, Moreno anunció que le entregará amnistía fiscal tanto a empresas nacionales como transnacionales que operan en territorio ecuatoriano. Un total de aproximadamente 4.600 millones de dólares quedaron perdonados y sin fiscalizar. Como era de esperarse, la banca y la empresa privada fueron y continúan siendo los más beneficiados de esta acción, no solo en materia de capital, sino también mediante las nuevas medidas laborales que han sido aprobadas en el país.
En febrero del año en curso se anunciaba ya la llegada del Fondo Monetario Internacional (FMI) al país, después de su ausencia en el Ecuador de poco más de una década. La entidad financiera internacional, que cuenta con una vasta historia de privatizaciones, recortes y medidas laborales antipopulares, desembolsó un total de 4.200 millones de dólares con el fin de "impulsar la creación de empleo y el crecimiento económico del país, al igual que mejorar ciertas áreas como la educación o salud a nivel nacional", teniendo como prioridad a “los más necesitados”, según el mismo Moreno. En total, el gobierno nacional recibirá una suma que supera los 10 000 millones de dólares de entidades monetarias extranjeras. ¿Cuáles son las cláusulas que contiene dicho acuerdo?
Mientras Moreno se acerca con los brazos extendidos hacia el gobierno de Trump y en especial al Embajador estadounidense en Ecuador, Todd Chapman, proyectos de integración como UNASUR comienzan a quedarse atrás. Por su parte, el gobierno prefirió unirse al tratado de PROSUR, una plataforma creada por la rancia derecha latinoamericana, muy cercana a Sebastián Piñera y al neofascista Jair Bolsonaro. Simultáneamente, el gobierno decidió romper relaciones con la Revolución Bolivariana, llegando incluso a invitar al autoproclamado Juan Guaidó al país, para realzar su supuesto “compromiso con la democracia”.
Mientras tanto, el creciente flujo migratorio de hermanos y hermanas venezolanas comenzó a llegar al país, convirtiéndose en un blanco político programado: la xenofobia. Tras el feminicidio ocurrido en Ibarra el pasado 19 de enero, en el cual Diana fue cruelmente asesinada frente a decenas de uniformados de la Policía Nacional en total pasividad, el Gobierno Nacional no sólo incrementó un aparato represivo y de control en contra de los y las venezolanas residentes o en tránsito en el país, sino que se dedicó a recalcar únicamente la nacionalidad del victimario, ignorando por completo que el el patriarcado se trata de un problema estructural que se despliega y germina en una sociedad patriarcal. Así mismo, frente a la gravísima cifra de feminicidios en el país, el gobierno de Moreno se ha llenado de un discurso falsamente feminista, más no de acciones pertinentes y preventivas frente a la problemática que continúa asesinando a miles de mujeres al año en el Ecuador, dejando a miles de feminicidios en la impunidad amparados por un sistema de justicia patriarcal y negligente.
Paralelamente, mientras miles de trabajadoras y trabajadores son despedidos, las reformas laborales continúan siendo uno de los principales caminos hacia el proyecto neoliberal ya en marcha. Una posible jornada laboral de hasta 12 horas, la privatización masiva disfrazada de concesión, como ya lo vimos con la CNT y lo continuamos viendo con las concesiones mineras a nivel nacional, la reducción de derechos laborales de trabajadores, la reducción presupuestaria en materia social, al igual que la reducción de presupuesto para la Educación Pública. Para ello, ya contamos con un experto en la materia: el FMI. Otro punto clave, que no puede verse como aislado, constituye la entrega de Julian Assange a sus perseguidores. Assange, quien permaneció bajo el estatus de asilado político en la Embajada del Ecuador en Lóndres desde el año 2012 hasta el 9 de abril de este año, refleja hasta que punto llega el gobierno de Moreno con tal de complacer y subordinarse frente a otro.
Han pasado dos años. Dos años en los cuales ha incrementado el trabajo informal, la pobreza y el intervencionismo. Dos años de neoliberalismo planificado, de medidas que aprietan los bolsillos, de políticas antipopulares, de discursos de doble moral. Sin embargo, quedan dos años más, en los cuales tenemos que seguir en las calles, obstaculizando el camino trazado en el mapa neoliberal de la oligarquía, construyendo un nuevo camino entre todas y todos, poniéndole el freno a la arremetida neoliberal que intenta hundir a quienes somos mas y priorizar a los de siempre.
