Palestina: la vanguardia de los pueblos del mundo
Hoy se cumplen 219 días del inicio de un genocidio frontal por parte del Estado sionista de Israel en contra del pueblo palestino. Lo que bien podría confundirse con un inicio del extermino el 7 de octubre de 2023 -como la narrativa prosionista pretende imponer- a esta política de Estado de limpieza étnica, se le suman más de 76 años de ocupación blanco-europea, Apartheid y exterminio.
Este 15 de mayo, se conmemoran 76 años del inicio de la Nakba -la catástrofe en árabe- en la que se desplazaron más de 750.000 palestinxs de sus territorios, además de la masacre de más de 15.000 personas que se rehusaron a abandonar sus tierras. Uno de los episodios más traumáticos en la memoria colectiva de Palestina se repite frente a los ojos impávidos del mundo. Más de 1,5 millones de personas han sido desplazadas a la última frontera con la que cuenta Gaza, que ha sido desde hace décadas el campo de concentración a cielo abierto más grande del mundo.
Desde el 7 de octubre de 2023, más de 43.640 personas –entre ellas 15.000 niñxs- han sido exterminadas tan solo en Gaza a manos del proyecto imperialista de Israel, 150 mil personas heridas y otras 20 mil bajo los escombros. Más 800 personas -de las más de 10.000 desaparecidas- han sido encontradas en fosas comunes recientemente alrededor de hospitales -tres en Al Shifa, tres en el hospital Al-Nasser en Khan Yunis y una en el hospital Kamel Adwan en el norte de Gaza-. Tan solo la semana pasada, se identificó un campo de concentración en la base militar de Sde Teiman -a las afueras de Jerusalém en el desierto de Negev-, en el que se encuentra retenido un número indeterminado de civiles, develado por el medio corporativo yanqui CNN.
La ocupación sionista, que por su parte ha sufrido bajas que exceden las decenas de miles, asesinó a Talal Abu Zarifa el 12 de mayo, comandante del buró político del Frente Popular de Liberación Palestina -PFLP-. Honor y gloria. 79 años después de la derrota del fascismo por la gloriosa Armada Roja, los pueblos volvemos a enfrentarnos al retorno del fascismo que ahora toma la forma del sionismo, que utiliza y distorsiona los crímenes del holocausto y al judaísmo para justificar discursivamente una cruzada colonial fascista en contra del pueblo palestino, y constituye la mayor amenaza a la continuación de la especie humana.
La enérgica posición de respaldo irrestricto al Estado genocida de Israel por parte del gobierno de Estados Unidos denota la clara intencionalidad de globalizar progresivamente el fascismo sionista a lo largo y ancho del planeta. La represión injustificable en contra de lxs estudiantes levantadxs en protesta contra el genocidio en Palestina en EE.UU. lo demuestra. La burguesía transnacional también ha optado por poner su cuota pública en apoyo al fascismo sionista. En un anuncio publicitario, Darren Woods, exdirector nacional de Exxon Movile –una empresa petrolera yanqui- manifestó: “No traeremos gente como “esta” nuestra empresa, y si estos valores reflejan los valores de las universidades (donde se están dando las protestas), entonces no reclutaremos gente de esas universidades tampoco”. El castigo colectivo y la persecución son característicos del nuevo orden de ideas que rige al capitalismo imperialista Occidental: el fascismo sionista.
La nueva forma de fascismo que se está edificando como constitutiva de la ideología burguesa, es el fascismo sionista. Este tiene sus propias características etnonacionalistas y una vez más, con la mística teolológico de “las escrituras”, la “tierra prometida” y por supuesto, “el pueblo elegido por”. Como ha sucedido dialécticamente a lo largo de toda la historia, nos estamos enfrentando una vez más a un episodio de fascismo, que es la respuesta del capitalismo a la crisis de hegemonía que ahora miso padece. En consecuencia, es inevitable una creciente polarización de los campos políticos, en la que la posición pasiva frente al genocidio ejecutado por el Estado de Israel, y la guerra de resistencia palestina, se torna cada vez más intolerable para ambos polos. La lucha de clases se hace más aguda con cada semana, y el contexto exige tomar partido a todo el mundo, más temprano que tarde.
Mientras el 6 de mayo las bombas caían sobre Rafah y el resto de la diminuta franja de Gaza, cuando Netanyahu y su comité de exterminio llamaban a llegar a las últimas consecuencias, se desarrollaba el MET Gala en Nueva York, como muestra de indiferencia y decadencia de la clase parasitaria en Occidente. La hipocresía occidental frente al primer genocidio en la historia que se transmite en vivo y en directo, degenera en una deshumanización que bien representa el momento histórico.
Miles de jóvenes, estudiantes, profesorxs y trabajadorxs administrativos universitarixs han tomado la posición de arriesgar su futuro, su libertad y en cada vez más casos sus vidas por demostrarle al mundo que los pueblos demandamos una Palestina Libre, YA. No nos olvidamos de Aaron Bushnell y su ofrenda. Desde el mismo corazón del imperio, las protestas populares que se oponen al sionismo y sus crímenes de lesa humanidad, han obligado a que se evidencia el carácter profundamente antidemocrático que realmente ejecuta la burguesía en el poder. Ahora EE.UU. demuestra abiertamente lo que el comunismo ha denunciado toda la historia: el capitalismo es totalitario, represivo y somete sistemáticamente a los pueblos.
Las ocupaciones de universidades y centros estudiantiles que iniciaron en EE.UU. rememoran el papel de la resistencia interna durante la Guerra de Vietnam en los 60s. A partir de las acciones de resistencia del estudiantado estadounidense, el efecto dominó se apoderó de más de 20 universidades ocupadas solo en Brasil, así como en Berlín -donde la represión también fue brutal-, en el Estado Español, en Inglaterra, Suiza, Holanda, Italia, Francia, Argentina, Sudáfrica, Australia y tantas más.
Las tácticas de represión y exterminio ya se exportan, como indican informes de que en México y Colombia, el paramilitarismo y narcotráfico, se nutren de armamento israelí. Además, las fuerzas represivas de un gran número de Estados americanos reciben capacitación y armamento “probado en combate real” en contra del pueblo palestino. La ocupación sionista sirve para ensayar y exportar tácticas e instrumentos para el exterminio capitalista. Somoza en Nicaragua, Uribe en Colombia, Pinochet en Chile y Videla en Argentina recibieron el férreo apoyo militar israelí para exterminar a grandes fracciones de la clase trabajadora organizada, utilizando el manual contrainsurgente probado en civiles palestinxs.
Así también el Ecuador no podía quedarse atrás y desde la nefasta época del Febres-Corderismo, Israel ha suministrado al Ecuador de armamento, inteligencia y entrenamiento militar. El campeón mundial en violaciones sistamáticas a los derechos colectivos e individuales del pueblo palestino, esa “única democracia en Oriente Medio” -como la alaba Occidente- ha servido de laboratorio represivo para el capitalismo mundial, además de enclave blanco-europea para asegurar la dominación de Europa y EE.UU.
Palestina y su horizonte histórico de liberación es ahora mismo la vanguardia de los pueblos. La Resistencia Palestina está marcando el rumbo que tomará la larga y sombría caída definitiva del imperialismo yanqui, conjuntamente con el orden capitalista mundial. Es la obligación y responsabilidad de lxs marxistas del mundo, reconocer y reafirmar el papel histórico que nos pertenece. La lucha por la liberación de los pueblos requiere de una minuciosa y masiva organización popular en cada rincón del mundo. Esta es quizás la última oportunidad que este planeta nos brinde a la humanidad para construir una sociedad libre de clases y explotación de las personas sobre las personas, y de las personas sobre la naturaleza y animales. En la defensa de la lucha palestina se juega la dignidad de todxs. Del río al mar, Palestina Libre.