La liquidez del Estado es central para salir de la crisis

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Martes 28 de Abril de 2020

Nicolás Oliva es economista especializado en economía del desarrollo y economía aplicada. Colaboró en la implementación de mecanismos económicos alternativos y fue parte del Frente Económico que implementó el dinero electrónico como instrumento de creación de liquidez en el Estado ecuatoriano. Fue investigador y director del Centro de Estudios Fiscales (CEF). En la actualidad, colabora con el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG)

En Revista Crisis le entrevistamos en el marco de la grave crisis sanitaria, humanitaria, económica y social que vivimos, tratando de analizar alternativas al pago de la deuda externa que contribuirían a garantizar una liquidez extraordinaria por parte del Estado para atender las necesidades más urgentes del pueblo. Una radiografía de la economía ecuatoriana y el (mal) manejo que se ha hecho de la misma en los últimos tres años.

FK: ¿Cómo se lee la crisis económica actual desde CELAG?

NO: Es necesario mencionar que la crisis es brutal en dos ámbitos. No es sólo que a veces la sociedad observa que hay un problema de déficit fiscal, por ejemplo, o que el Estado no pueda pagar sueldos, que es importante y crítico; pero el otro sector importante de la economía es el déficit de divisas en el exterior, la capacidad que tiene la economía para financiar su relación con el exterior, su pago de importaciones, su pago de deuda externa, etc. Hoy por hoy existe un descalce fuerte en los dos.

El mantra neoliberal establecido en América Latina es que el problema es el déficit del Estado. En realidad las economías explotan por este déficit con el exterior, es decir, la incapacidad que tienen las economías de poder cubrir estos pagos o la vida que necesita una economía en el exterior, ese es el caso de la Argentina, Venezuela. Hoy por hoy, la crisis es generalizada en los países latinoamericanos por que perdieron sus divisas, digamos.

No cuidar el sector externo es un suicidio. Hay muchos problemas a la hora de pagar el sector externo y la deuda externa. Son 6.500 millones de dólares que tenían que cerrar el 2020, de los cuales se han pagado entre 2.500 y 3.000 millones hasta el momento, menos del 50%. Los datos más recientes respecto a las reservas del Banco Central del Ecuador indican que las mismas bajaron de 3.000 millones a 1.900 millones. Salió un comunicado de la Asociación de Cámaras de Comercio sugiriendo que el Banco Central necesita prestarle al Estado, lo que venimos diciendo durante meses e incluso años, desde el 2018, cuando amputaron esta posibilidad y esto desembocó en una crisis profunda.

El Banco Central necesita inyectar liquidez a la economía para sostener los pagos locales. Con los pagos externos, nos encontramos en un serio problema. Es necesario dimensionar ambos mundos, que no siempre son compatibles. Puedes cerrar el déficit público a cero, pero en ese escenario es posible que no se puedan pagar las importaciones, se necesitan suficientes reservas.

Las instituciones estatales han creado una confusión profunda en la ciudadanía respecto al tema económico. En estos momentos, resultaría desastroso quitar el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD), todo lo contrario. Hay que restringir la salida de divisas para absolutamente todo.

Se acaban de dar cuenta de la crisis. En estos momentos, el ISD ya no es suficiente, necesitamos una restricción fuerte de salida de divisas y de importaciones.

La dificultad es que el BC no dispone de un control sobre las reservas, como en otros países. Desde la dolarización se entregó una parte de la reserva a la población, además de los 3.000 millones de los que se habla siempre de reserva fija en el BC, pero los exportadores no liquidan las divisas en el BC como en otros países. En el Ecuador, los exportadores no tienen que ir al BC a comprar divisas, por tales razones, el control de capitales resulta más difícil, por que estas transacciones no pasan por el BC. Entonces, el control de capitales implícitamente es cerrar las importaciones, más un ISD desorbitante y un control del efectivo. Este es otro factor que puede poner a la economía en problemas, por que si la demanda de efectivo es muy grande, crea un descalce.

FK: ¿Cuál es tu lectura respecto al instrumento de sobregiros extraordinarios del que puede disponer el BC?

NO: Cuando entramos en la dolarización, no es que la creación de dinero paró, esta se da o por el sector privado o por el público. En las economías que disponen de moneda propia, el sector público es importante. Cuando desaparece el Sucre, la creación monetaria sigue dándose en la banca privada, mediante la Banca de Reserva Fraccionaria (BRF). Cuando tenemos una moneda que no tiene respaldo, en el oro, por ejemplo, son monedas fiduciarias y por tal razón no existe ningún límite físico como por ejemplo en el caso de la convertibilidad en el patrón oro de los 30as del siglo XX.

Entonces, en términos de banca no necesitas un depósito estricto para efectuar un crédito. Siempre se trata de guardar una fracción como respaldo.

El Ministro de Economía repite que no se puede expandir el crédito por que no hay dólares. En términos estrictos, es que es un análisis falaz. Sería mejor disponer de una mayor cantidad de dólares como respaldo, pero la banca privada desde la dolarización siempre ha emitido con requerimientos no tan altos, no es que guarde más que el Estado.

En este sentido, la pregunta central reside en: ¿si la banca privada lo hace constantemente, por qué el Estado no? No existe ningún límite ni físico ni teórico, estas decisiones terminan por ser puramente ideológicas, siempre es la satanización de que el Estado está mal, entonces el Estado no puede prestar.

Siempre existe cierto grado de fragilidad al momento de emitir un crédito, pero esta fragilidad finalmente se acepta por salvar al pueblo, no a los bancos, y no se compara a la fragilidad de no intervenir. Si no se interviene, se destruye el sistema económico.

Nos encontramos ante un escenario incierto. El sobregiro del BC siempre puede darse, sin importar si las reservas están bajas. Se tienen que tomar medidas fuertes, como por ejemplo, imponer altos impuestos a los activos en el exterior en el caso de que este capital no se repatrie, obligándole a la banca privada a que inyecte liquidez externa y con esa fortaleza de la liquidez, respaldar la misma en la emisión crediticia del BC al Estado para el pago de salarios.

En nuestra opinión, desde CELAG, creemos que la única opción es pagar salarios. Los salarios se tienen que pagar. Tenemos una crisis de liquidez. Tanto la izquierda como la derecha no tenían una lectura clara de la problemática hasta hace un par de semanas. El cobro de impuestos no es necesario en una primera instancia. Si la gente no cuenta con liquidez, el cobro de impuestos es insostenible. Necesitamos expandir de forma vigorosa el crédito del BC al Estado, lo que representaría un 7% del PIB y otro 3% del PIB en créditos a micro y medianos comerciantes, créditos de alimentos.

Es fundamental que la gente pueda sostener la vida, por eso es necesario un sistema de crédito alimenticio, por eso insistimos tanto en el dinero electrónico. Se tienen que dar créditos bajos, sin posibilitar que esto golpee el sector externo.

El gobierno actual liberó el sector externo, contentando a la banca privada en estos años de ganancia. Esta misma ganancia se generó en base a importaciones, dando préstamos a los importadores. Lo que se ha hecho estos tres años es una bicicleta con la deuda externa y con la mejora del precio del petróleo, estuvieron financiando la ganancia de la banca y de los importadores.

El BC tiene que prestarle dinero al Estado, como única solución. La solución no consiste en el cobro de impuestos. Nos encontramos distraídos con el tema del cobro de impuestos. La izquierda defiende un impuesto a las fortunas, mientras la oligarquía insiste en que paguen los pobres. Pero es una lectura falaz de la crisis. En el corto plazo, toda la fuerza se tiene que concentrar en el sobregiro al BC, la liquidez en estos momentos es lo más importante.

El Dinero Electrónico: una salida

FK: Cuéntame un poco sobre el mecanismo de la implementación del dinero electrónico

NO: Nosotros, desde el SRI y en medio de la implementación del dinero electrónico lo enfocamos en la devolución desde el SRI, de dinero electrónico. Para fortalecer el dinero electrónico, pensamos que se necesitaba una acumulación originaria para que este mecanismo pueda arrancar con fuerza. Creamos un sistema para que cada persona que lo use, se le efectué una transferencia para que pueda acumular dinero electrónico en forma de devolución del IVA. La idea principal en su implementación siempre fue reducir las necesidades de las personas de efectivo y al mismo tiempo contar con una herramienta efectiva para momentos de crisis, como los que estamos viviendo, para poder inyectar liquidez de una manera instantánea, solucionando el problema. Si en la actualidad tuviésemos liquidez en forma de dinero electrónico, el sufrimiento tanto social como económico representaría una fracción del escenario actual. Estos créditos podrían ser de una suma de 50 $ al inicio, por que aunque sea una suma relativamente baja, si esos 50 $ los das para comer, a cuánta gente salvarías.

FK: ¿En qué se diferencia el dinero electrónico de criptomonedas como el Bitcoin?

NO: Las monedas fiduciarias no tienen respaldo en un activo físico, la fiducia es el compromiso de que alguien te va a pagar ese dinero. Hasta los años 70, existía el respaldo en patrón oro en dólares. Ahora, todo depende de confianza. Los esquemas de Bitcoin, la estructura fundamental es que son respaldados por “algo” físico, al tener una oferta limitada de dinero no se puede emitir al infinito.

En cambio, el dinero electrónico en este caso, el respaldo podría ser el mismo dólar, pero el dólar en qué se respalda? En confianza. El dólar goza de confianza, ese es su respaldo, pero en una última instancia, es papel. La primera confianza y valor que se le da a una moneda representa la aceptación de esta moneda por medio del Estado para el pago de impuestos. En cambio, la mejor manera de limitar la moneda y su circulante, cuando existe un exceso, es el cobro de impuestos. Siempre el sistema tributario es efectivo en este contexto, por que funciona como ente regulador, no solo para equidad, para financiar el gasto, sino también para regular la cantidad de dinero que puede haber dentro de una economía. El primer valor de una moneda fiduciaria es el pago de impuestos.

FK: ¿Cuál es el primer obstáculo para la reintroducción del dinero electrónico?

NO: El problema reside principalmente en la banca interna local, por reducir su poder. Es una cuestión de economía política. Se camufla sobre el argumento falaz de la irresponsabilidad del Estado, pero en el fondo pierden el poder de manejar la arquitectura financiera.

Aunque este mecanismo se politice, se trata de un instrumento técnico, el cual bypassea el tema financiero privado. El sistema financiero privado latinoamericano y mundial cuenta con serios problemas estructurales. Confieren préstamos a personas y entidades que no los requieren por que gozan de una buena situación económica. En el caso del Ecuador las tasas de interés son extremadamente altas y los plazos en general son muy limitados.

Lo que necesitamos es una banca de desarrollo, con tasas bajas, plazos amplios y una penetración bancaria amplia para poder llegar a otros sectores más productivos y no tanto importadores, además de relocalizar el crédito. La ganancia no puede ser la única constante, ya que siempre se dará una preferencia a los importadores.

Entonces se trata de un instrumento técnico, que termina entrando en el campo de la economía política por el hecho de afectar intereses.

FK:¿En qué difiere el pago con dinero electrónico de otros mecanismos, como por ejemplo una tarjeta de crédito?

NO: El dinero electrónico puede ser utilizado como cuenta de ahorros, una tarjeta de débito, o como tarjeta de crédito. Al inicio se pensó como un mecanismo de débito, pero también se puede utilizar como mecanismo de crédito. No existe ninguna diferencia entre el papel en billete o en su forma electrónica. El crédito tiene la diferencia de que la persona lo repagará, pero también es un mecanismo de creación de moneda. Lo que se puede hacer es crear crédito y luego definir quién te paga y quién no. En el contexto actual, la creación de crédito termina por ser un elemento central.

El mecanismo más urgente que se debe implementar en el escenario de pandemia y crisis que enfrentamos, es el crédito, entre un 10 y un 15% del PIB. Es necesario expedir crédito para que el Estado pague salarios tanto públicos como privados, por al menos tres meses. En CELAG publicamos datos que se aproximan a un 7% del PIB para la atención urgente del pago de salarios. A esto se le sumaría un 10% adicional en liquidez en forma de créditos para insumos.

Comparemos el costo financiero -ni hablar del costo social- de no atacar la crisis. Este será mucho mayor en lo que se pensaba ahorrar en déficit por no intervenir. Si el Estado no actúa, va a tener pérdidas fundamentales en recaudación, existirán despidos, sin cotizar los aportes a la seguridad social. En este caso, el Estado tendría que salvar al sistema de seguridad social, al mismo tiempo las personas dejarán de pagar seguros de salud privados, presionando al seguro público. No se podrían pagar los colegios privados e igualmente las personas acudirán al sistema público. La presión al sistema público sería descomunal. ¿Quién paga todo eso?

El costo para el Estado sería mucho mayor en un mediano y largo plazo, tan solo en términos financieros, al costo de actuar oportunamente.

Hay que declarar el default

FK:¿Cuáles son mecanismos adicionales que se pueden tomar en medio de la crisis?

El quédate en casa es una medida central y necesaria. Pero el “consume lo nacional” debe complementarse a la campaña, es la única alternativa que nos salvará en medio de esta crisis. Se debe combinar un crédito grande con el consumo de productos locales y nacionales, cambiar el sentido común en este sentido. Si la clase media no se concientiza lo que representa consumir productos importados, estamos agravando la crisis económica.

FK: ¿Como evalúas el pago del último plazo de la deuda externa con la convertibilidad del oro del BC por el mismo monto?

NO: Esta maniobra se puede leer como un intento desesperado de liberar liquidez por parte del Gobierno Nacional, ya que este préstamo tiene un periodo de tan solo un mes.

Cuando una entidad emite un contrato crediticio, lo lógico es que a mayor riesgo, mayor tasa de interés. Consecuentemente, en el caso de que se emita una tasa baja, se presupone un bajo riesgo, con un colateral que en este caso es el oro comprometido. Pero en cambio el último pago de la deuda externa de 324 millones de dólares, existía un respaldo colateral de aproximadamente 3.000 millones de dólares. En el caso de no pagar este plazo, se activaba una deuda que comprometía este colateral. En este contexto, a pesar de contar con tasas altas de interés, un escenario de pérdida terminaba siendo imposible para los acreedores, había un riesgo bajo al mismo tiempo que una tasa alta.

En el contexto nacional, es una irresponsabilidad increíble desatender el sector externo en la manera en la que lo ha hecho el Gobierno Nacional durante estos últimos tres años. No se hizo nada más que contraer más deuda para seguir pagando la misma.

En estos términos, la deuda se convirtió en un factor insostenible. El Estado ecuatoriano se tiene que declarar en una situación de impago, con el único obstáculo de que lo mismo dependa de cálculos ideológicos y políticos.

El mercado de bonos, en estas circunstancias, ya se encuentra cerrado. Ahora es necesario declararse en default para que los acreedores y este tipo de esquemas condonen o reestructuren la deuda externa al Estado ecuatoriano.

Una interrogante central en este contexto corresponde a que el Ecuador no haya entrado en la lista de países a los cuales los acreedores internacionales están dispuestos a condonar la deuda externa. ¿Qué se hizo para no poder entrar en este grupo de países? Es fundamental esclarecer este tipo de incógnitas para tener un panorama más claro de la situación económica actual del país.

En el caso de no poder incidir en los elementos antes mencionados, desde CELAG creemos que seremos la Grecia de Latinoamérica, sin contar con el respaldo de un BC como en su momento lo tuvo Grecia con el Banco Central Europeo.

 

Fotografía:

www.sela.org

 

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