Quito en la primera jornada de resistencia al neoliberalismo
El pasado martes 26 de octubre, iniciaron las movilizaciones progresivas en resistencia al neoliberalismo a nivel nacional. La diversificación de la protesta en todo el territorio del país, ha logrado generar muchas expectativas acerca de la consolidación paulatina del poder popular necesario para constituir un frente antineoliberal efectivo y en capacidad de responder a las infamias del gobierno de Guillermo Lasso. Poco a poco y de manera contundente, los múltiples sectores y movimientos sociales se han ido plegando a la convocatoria impulsada desde la Parlamento Plurinacional de los Pueblos.
En Quito se dieron cita en la Caja del Seguro entre 5 mil y 7 mil personas de distintas organizaciones, reivindicando las demandas de los pueblos: congelación de los combustibles a $1,50 y $2,10; revisión de créditos bancarios del último año para el sector agrícola; no más privatizaciones; atender los bajos precios de los productos del campo; consulta previa en áreas de explotación minera y petrolera; no más precarización laboral; y políticas públicas específicas para mujeres y población LGBTIQNB+. El miércoles 27, se mantuvieron las movilizaciones en territorio con cierres viales en múltiples provincias y movilizaciones en Ambato, Cuenca, Loja y Otavalo, Manta y Guaranda, etc.
Estas primeras jornadas, constituyen un punto de partida de rechazo organizado a un sistema que encuentra perpetuándose, y una burguesía local que durante décadas, ha impuesto su dictado de ampliación y garantía de sus privilegios e intereses de clase sobre el pueblo. En el momento histórico actual, en el cual imperan el neoliberalismo y el imperialismo de la deuda externa y la militarización del espacio público, la conformación de un tejido social con capacidad ideológica de enfrentar la arremetida antipopular, materializada en la doctrina del shock, se vuelve urgente y fundamental.
Frente a un Estado que desata toda la violencia del capitalismo sobre las clases populares, es necesario un pueblo consciente y organizado. Ni el neoliberalismo, ni el Estado burgués podrán con un pueblo con consciencia de clase.
¡Viva el pueblo organizado!