Las demandas de justicia de la Tierra
En términos históricos, el derecho ha sido un instrumento de mucho poder que define quién es persona, qué es o no un ser humano, qué es y no un bien apropiable, etc. Desde esa concepción clásica: el derecho nació para regular, ordenar, civilizar; sin embargo, la naturaleza viene a desordenarnos constantemente y rompe la rigidez antropocéntrica, recordándonos que nuestra existencia es interdependiente de ella, desde lo más simple como cambiar nuestra rutina por un día muy lluvioso hasta lo más complejo como la presencia de microorganismos que conviven en armonía en el cuerpo humano y con una alteración se vuelven nocivos.
En ese sentido, el derecho debe responder también a las demandas de justicia de la Tierra.
Pues, desde la visión del derecho clásico donde al hombre en el centro; el animal condensa esa vida sacrificable, desechable, irracional, salvaje. Y es aquí donde cobran especial importancia los agentes polinizadores que no están presentes, muchas veces, ni en nuestro imaginario, ni en las políticas públicas de un Estado, pero son los principales agentes que mantienen el tejido de vida en el planeta, mientras el hombre civilizado precipita su extinción. Ante esto, es urgente comprender que devolver la palabra al animal y reconocerlo como fin y no como un medio, es devolvernos como especie algo de lo cual se nos priva, que es poder comprender otras formas de vida y organización distintas a la humana.
Entonces, para dar contenido a estos derechos, tenemos que ver a las distintas formas de lo viviente como iguales, como válidas, como importantes. La justicia con la naturaleza debe aplicarse en base a la interdependencia de derechos – un medioambiente sano, alimentación, salud, entre otros- desde una perspectiva más amplia que la del sentido de propiedad, pues la naturaleza es ese ser vivo indivisible desde las montañas hasta el mar, incluyendo sus propios ciclos vitales. Nosotros simplemente somos su rostro humano.
Que se realice este primer Foro Internacional sobre DD.NN. y Agentes Polinizadores en Ecuador es esperanzador, pues ya estamos dando los primeros pasos para ir más allá de la enunciación constitucional de la naturaleza como sujeto de derechos, estamos dotando de contenido a estos preceptos.
Ahora, es momento de imponer obligaciones a los seres humanos para que respeten a los demás miembros de la comunidad de la Tierra como sujetos y titulares de derechos. Para lograr este propósito, se requieren nuevas miradas del derecho y de la gobernanza, lo cual supone un cambio radical que tendrá mucha resistencia, porque ceder poder como especie es algo que nunca lo imaginamos.
“Como pasa con todos los cambios de paradigma, si se da el desplazamiento hacia un nuevo paradigma centrado en la Tierra, es probable que este suceda dentro de un espacio de tiempo corto. La naturaleza de ese cambio también requerirá abandonar las viejas nociones en favor de lo nuevo, ya que son incompatibles. El cambio es pues, por definición radical”.
Referencias bibliográficas:
Cormac Cullinan, Wild Law. A manifesto for Earth Justice, trad. Ramiro Ávila Santamaría et. al (Quito: Huaponi, 2019).
Nota: Nuestra articulista Erika Escorza Camacho, participó como ponente en el Primer Foro sobre Derechos de la Naturaleza y Agentes Polinizadores. Esta es parte de su ponencia.