Lenín Moreno: ¿proyecto político o personal?

Han transcurrido 10 años de estabilidad política, 10 años de relativa calma, tiempo en el cual los ecuatorianos, en su mayoría, apostaron por un proyecto de gobierno que garantizaría obras y cambios en la política pública. 10 años, en los que fueron evidentes y visibles algunos cambios positivos en el sistema de gobierno. Además, en este período de tiempo, surgen nuevos personajes y líderes, cuyos promotores y auspiciantes fueron las autoridades mismas de gobierno. La sociedad ecuatoriana observaba el ascenso de personajes hasta entonces desconocidos en el ámbito político, personajes que permanentemente se jugaban (o eso aparentaban), el todo por el todo en defensa del proyecto político que el gobierno ejecutaba, un proyecto denominado como Revolución Ciudadana.

Entre las cabezas más visibles de estos 10 años, surge Lenín Voltaire Moreno Garcés, quien fungió como Vicepresidente del Ecuador por seis de los 10 años de gobierno de la línea hoy llamada corresta. Este mismo personaje logró asentarse en la mente y corazón de los simpatizantes del proyecto gubernamental y del movimiento político que lo cobijaba, el movimiento PAIS listas 35, mediante la promoción gubernamental y el constante uso de la imagen de la figura emblemática de este proceso, Rafael Correa. Moreno se convirtió en un ícono a nivel mundial, esto debido a la coyuntura que se produce entre la propuesta de gobierno en relación al cambio de política pública en favor de las personas con discapacidad y su discapacidad física producto de un accidente. Este escenario resultó ideal en momentos de campaña política, pues la imagen suave del hombre en silla de ruedas, adicionada a la bondad de corazón, al empoderarse del proyecto “Las Manuelas” –cuyo fin era crear oportunidades de inclusión a personas con discapacidad- eran el complemento perfecto para otorgar los mejores números de aceptación al proyecto de Correa y su Revolución.

Llega el año 2017 y la propuesta de una década había sufrido algún desgaste propio, debido a la imagen personalista del proceso. Además, una oposición inmisericorde y recalcitrante, obliga a buscar (al apuro) nuevos líderes que garantizaran que el proyecto se mantuviera y mejore. Este proceso sería sucedido por una contienda electoral donde evidentemente, sin el principal personaje del proceso, el péndulo debía mantenerse inclinado hacia las políticas acertadas, además de mejorar los errores cometido y terminar por comple(men)tar el proceso. A los ojos del público en general, las listas oficialistas presentaban a un candidato que ya había integrado la terna gubernamental, además de a su ex – vicepresidente. La propuesta de este binomio era que la cabeza de la nueva era de la Revolución Ciudadana sea aquel hombre que inspiraba ternura y agrado a la vez: Lenín Moreno.

Dos años de gobierno después, en el 2019, el proyecto original ha tomado rumbos inusitados, e inclusive, rumbos indeseables. Anterior al gobierno de Moreno, la sociedad ecuatoriana fue testigo de la construcción de obras ejemplares como hospitales, unidades educativas, cárceles, oficinas legislativas, carreteras, además de acostumbrarse a políticas gubernamentales donde los servicios públicos mejoraron en un 100% en comparación a lo que sucedía en tiempos anteriores. Por supuesto que no habíamos llegado a un paraíso terrenal en este sentido; sin embargo, no cabe duda de que el cambio fue evidente. Lamentablemente, la línea anterior debe ser escrita en pasado simple, ya que los últimos titulares indican que ya existen personas durmiendo afuera de los colegios y escuelas para conseguir un cupo. Nuevamente los servicios ciudadanos como la cedulación o la salud, sufren golpes duros, como por ejemplo la reducción del mismo personal que brindaba estos servicios. En el Ecuador, somos testigos del deterioro respecto a la toma de medidas económicas. En la última década, no se había sufrido un solo incremento en los productos de la canasta básica, y al finalizar el año anterior, el gobierno decidió elevar los precios de combustibles, lo que a su vez resultó en el aumento de los precios en el mercado popular. Somos testigos de despidos masivos de servidores públicos, además de observar como entre autoridades, puestas a dedo por el círculo de gobierno, estas mismas se reparten las instituciones a su mayor conveniencia. Estamos siendo espectadores inertes de las medidas más agresivas aprobadas en los últimos 12 años, que incluyen el dictado directo de las políticas económicas por parte del Fondo Monetario Internacional y los organismos multilaterales.

El gobierno de Moreno, a cambio de los desembolsos, se ha negado a hacer públicas las exigencias en política económica impuestas por las instituciones crediticias. in embargo, los rumores y mensajes emitidos por autoridades cercanas a la presidencia, hablan de medidas anti-populares, riesgosas para la economía ecuatoriana. Entre estas se incluyen: el aumento de la edad de jubilación; la disminución y cobro de servicios a hijos de afiliados; el aumento de precios de combustibles; la precarización laboral mediante nuevas formas de contratación, incentivos inmisericordes para grandes empresas a costa del trabajo de la clase obrera; y algunas otras medidas que se barajan, todavía, como especulaciones. Estas, además, no han sido ni desmentidas ni transparentadas por el oficialismo, lo cual genera un aumento en la incertidumbre.

El Ministro de Comercio Exterior se encuentra proponiendo un nuevo proyecto de ley de fomento productivo. El mismo proyecto de ley pretende regular medidas referentes a los nuevos modelos de contratación, la condonación de deudas a ciertos grupos de poder, entre otras. Adicionalmente, por parte del máximo dirigente de IESS, Paúl Granda, ya se han evidenciado ciertas intenciones con respecto a aumentar la edad de jubilación, además de disminuir servicios médicos y cobros a los mismos. Evidentemente, el gobierno se encuentra implementando las medidas más desastrosas sugeridas por estos organismos de crédito. Estas han llevado a incontables crisis a países latinoamericanos y al parecer, el Ecuador es el siguiente en la lista.