Raúl Zibechi: "Lo que se consigue en las calles, no puede consiguirse en las urnas"
Segunda parte de la entrevista a Raúl Zibechi, pensador militante cercano a los movimientos sociales latinoamericanos de base. En esta entrega, Zibechi se refiere al escenario actual que atraviesan las organizaciones sociales y los procesos populares más recientes en la región.
DM: Regresamos a Uruguay. El pasado 1 de julio el Canciller Ernesto Talvi renunció a su cargo después de 4 meses. Una renuncia pesante dentro del Gobierno Lacalle. ¿Cómo interpretas este acto?
RZ: El Partido Colorado es uno de los partidos tradicionales más importante de Uruguay. Fue partido del Estado y hoy está debilitado porque tiene solo un 10% de votos. Dentro de este partido, Talvi representaba la renovación con un perfil socialdemócrata. Una figura con poca experiencia política que se enfrenta con el dueño: Julio María Sanguinetti (dos veces presidente de Uruguay).
DM: En América Latina en septiembre se vota en Bolivia y en el próximo febrero del 2021 en Ecuador. Los partidos de los ex - presidentes Morales y Correa encuentran obstáculos para participar a las elecciones. ¿Qué está pasando al respecto? Y ¿Cuáles son los cambios en el escenario global?
RZ: A mí me parece que hay un cambio muy fuerte en el escenario global. El gobierno Trump es parte de esta transformación, pero, aunque gane el demócrata Biden, la política de Estados Unidos no cambia. Bajo el gobierno Trump, el establecimiento de E.E.U.U. tomó la decisión de ir a una guerra comercial real con China y probablemente con Rusia. El boicot a Huawei es un tema muy fuerte que ha generado tensiones a nivel mundial. Estados Unidos ha presionado a la Unión Europea para que salga de los contratos con la grande empresa China que ya había registrado un buen éxito en el Reino Unido. Esta política internacional está marcando un cambio de clima muy pesado con la contraparte representada por China, Rusia e Irán.
Asistiremos a un periodo de 10 - 20 años en el que todo lo que parecía estable, cambiará. Creo que hay dos momentos de inflexión: 1) El ingreso de Trump en el gobierno de Estados Unidos, y 2) La intervención de Rusia en la defensa del régimen sirio de Bashar al – Ásad. Hay una radicalización de las posiciones de E.E.U.U. en el escenario global para contener su decadencia y en América Latina lo que tenemos es la formación de nuevas derechas mucho más conscientes, más alineadas con Estados Unidos, aunque tengan buenas relaciones con China.
DM: Acerca del horizonte de la izquierda hoy en Ecuador y en el continente
RZ: Creo que la izquierda en Ecuador hoy está representada por el movimiento del paro nacional de octubre. Una de las consignas del movimiento era “ni con Moreno y ni con Correa”. Por lo tanto, no pienso que Correa represente la izquierda en Ecuador hoy. Además, el paro de octubre en Ecuador fue el proceso más avanzado de los sectores populares que se movilizaron, encaminando una serie de reivindicaciones muy fuertes. Creo las izquierdas institucionales del continente deben entender que en adelante la política no puede pasar por las elecciones, por el parlamento, sino por la lucha, por las calles. Lo que se consigue en las calles, no puede consiguirse en las urnas. Es una lectura que curiosamente la izquierda no está haciendo. Un momento de ruptura y crisis del progresismo en América Latina, a mí manera de ver, se dio en el mes de junio del 2013 en Brasil. El PT se quedó paralizado, y en vez de salir a la calle con su gente dejó la iniciativa a la derecha. En cambio, es muy importante el octubre en Ecuador, el noviembre en Chile. Correa lo único que hizo fue subirse al levantamiento popular como para aprovechar que cayera Moreno y los indígenas y los sectores movilizados, juveniles no entraron en esta dinámica política.
En Chile, la izquierda en las calles estuvo ausente, las banderas eran las de Chile y de los Mapuche. Además, siempre en Chile, una parte de la izquierda se equivocó cuando le dio aire a Piñera firmando el pacto para convocar una Asamblea Constituyente. Creo que estamos en un periodo en el cual las izquierdas deben reinventarse junto a la gente, sino va a seguir ganando la derecha con o sin trampa. Es cierto que la derecha hace trampa, pero la única forma de eludir esta forma de fraudar es pelear en las calles y no en los tribunales electorales, porque estas son instituciones en mano a la derecha o están muy sumisas a quién está en el gobierno.
Veo una década de gobierno de derecha u ocasionalmente gobiernos de izquierda o más progresistas como los casos actuales de México y Argentina. Veo dos procesos en el futuro: 1) si vuelven a gobernar los progresistas, realizarán políticas más conservadoras, 2) un periodo de ingobernabilidad que afecta a los gobiernos de derecha y de izquierda. Un elemento interesante que no se puede subestimar es la presencia de una sociedad civil más madura que no se deja llevar. Más allá de los partidos, más allá de las instituciones sindicales, hay un empoderamiento de la sociedad civil en toda América Latina en los últimos años. La misma sociedad civil que llevó al poder y sostuvo a los gobiernos progresistas en los años pasados, hoy volvió a tener su propio camino de una forma muy directa y capilar.
En Ecuador, hay un problema de relación de fuerza en la sociedad y eso no va a ser nada fácil. Creo que en todo el mundo, incluyendo a Europa, vamos a un periodo de creciente tensión social y ningún gobierno le va a tener fácil. Será un periodo en la que la gobernabilidad va a estar en cuestión durante un buen tiempo.
DM: Hace unos días, Leónidas Iza y Yaku Pérez aceptaron la precandidatura por la presidencia de la República del 2021 en Ecuador. ¿Cómo ves este binomio, a pesar de las contradicciones existentes dentro del movimiento indígena?
RZ: A mí me gustaría que ganara el binomio Iza - Pérez, pero este es un gusto y nada más. Los dos tienen en común algunos rasgos: vienen de la lucha social, no de las instituciones ni de la academia, pero tengo dudas que este binomio consiga más del 10 % de los votos, también porque cuando hay que poner en marcha una campaña electoral, la situación es mucho más compleja. Presumo que en las próximas elecciones habrá una dispersión del voto. El partido político de Pachakutik, con su trayectoria de 25 años de vida, tiene buena acogida y fuerza en los municipios, en los cantones de la zona central del país, pero otra situación es gobernar a nivel nacional. Si Pachakutik no tuviera una muy buena votación, la historia se va a repetir, las bases sociales van a debilitarse enormemente y no es un tema nuevo porque lo hemos visto en las últimas décadas.
Tengo muchas dudas porque, además, no representan la nueva izquierda que yo quisiera. Una izquierda no hegemónica, no caudillista, no patriarcal y además la transformación de fondo no va a venir por las federaciones de comunidades de abajo para arriba. En el mejor de los casos, puede sacar una buena votación, pero no ganarían y en el peor de los casos va a terminar hipotecando este enorme movimiento anti minero e indígena que hay en Ecuador y subordinarlo a las instituciones. Esto sería terrible porque sería un retroceso muy grande.