Furia marika y resistencia trans
Vivimos la tercera marcha trans entre colores, baile, arte, acompañamiento, amigues y comunidad.
Con las sobrevivientes y lxs que han ido llegando, se abre el espacio para aprender y discutir. La comunidad a veces es tan dolorosa como el patriarcado y por eso en nuestras manos cae la responsabilidad de no seguir reproduciendo las violencias de los machos y los fachos entre nosotres.
La furia marika se oye por toda la ciudad y la resistencia trans va dejando mensajes en las calles, va dejando legados en los ojos de quienes nos ven. Por la 10, por la Patria, hasta llegar al CAC dónde todo se vuelve un verdadero festival. La feria con sus productos disidentes, con sus feriadorxs disidentes, la olla comunitaria del arroz con venao' (combinao' con zanahoria, arvejas, etc...), las performances, los talleres, los abrazos y los besos entre queers. Todo es una traición al capitalismo, al patriarcado, al cistema, somos traidores y en esta traición nos abrazamos y nos recordamos unxs a otrxs. Existe la posibilidad de vivir fuera de lo normado, crear nuevos y mejores mundos dónde la libertad y el orgullo de ser quienes somos es posible.
Pero además de la fiesta, recordamos, la deuda histórica que tenemos con las trans, con las Coccinelle. Escuchamos las demandas, nos cuestionamos, entendemos que necesitan nuestra ayuda para seguir sobreviviendo en un país transfemicida. Yo reafirmo cuánto me falta aprender sobre las identidades de género, cuánta deconstrucción aún tengo por delante y con gratitud espero volver el próximo año siendo de mayor ayuda para mis hermanes trans.
Un mundo mejor es posible y necesario.