El pueblo palestino está dispuesto a seguir luchando por una vida digna
La activista palestina Jaldía Abubakra habló con La tinta sobre la situación crítica que se vive en la Franja de Gaza, un territorio arrasado por los bombardeos israelíes.
Las bombas que Israel lanza sobre la Franja de Gaza no tienen nada que ver con la defensa de una nación en peligro. El fin de los ataques masivos es profundizar una colonización que ya lleva siete décadas. Las cifras que se suman a la larga lista negra de Tel Aviv están escritas con el frío gélido del horror: 212 palestinos y palestinas muertas, de las cuales 61 son niños y niñas. Según el Ministerio de Salud de Gaza, los heridos ascienden a 1.400, entre ellos, 400 menores de edad. Estos números, cuando este artículo sea publicado, seguramente hayan crecido de forma desoladora.
Las razones públicas de Israel para desatar este nuevo ataque son múltiples, pero ninguna tiene un fundamento real. En la génesis de los bombardeos sobre Gaza está la ideología expansionista, racista, segregacionista y de un fuerte chovinismo nacionalista que le dio vida al Estado israelí en la década de 1940: el sionismo.
Mientras los palestinos y las palestinas lloran a sus muertos queridos, la denominada “comunidad internacional” reitera las declaraciones altisonantes y una inmovilidad cómplice. Pero no es solamente Estados Unidos –que en apenas unos días vetó tres veces las resoluciones presentadas en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) para detener los ataques a Gaza-, sino que a la Unión Europea (UE) y a la propia dirección de la ONU se las puede escuchar balbucear palabras como “paz”, “violencia” o “diálogo”, sin que esas combinaciones de letras tengan algún sentido.
En diálogo con La tinta, Jaldía Abubakra -integrante del movimiento de mujeres palestinas Alkarama y del Comité preparatorio de la Conferencia de la Ruta Palestina Alternativa- aseguró que todos los ataques israelíes contra Gaza tienen un común denominador: la utilización de “la fuerza bruta contra los civiles para castigar a la resistencia palestina e intentar doblegarla, asesinando a civiles como una medida de castigo colectivo”.
Para la activista palestina, la forma de actuar de Israel ya es algo común, que tiene como objetivo que "el pueblo culpe a la resistencia". A esto, se le suma que el gobierno de Tel Aviv "cuenta con la impunidad por parte de la comunidad internacional, sobre todo de los gobiernos", afirmó Abubakra.
“Es cierto que hay una amplia respuesta por parte de los pueblos, mediante manifestaciones y concentraciones, pero hay que seguir presionando a los políticos para exigir sanciones por estos crímenes de guerra”, indicó la activista.
En Cisjordania, uno de los dos territorios en los que está dividida Palestina, “hay una respuesta por parte del pueblo palestino contra estos ataques y también en apoyo a nuestra gente en Jerusalén”, remarcó Abubakra, en referencia a las protestas en contra de los desalojos de familias palestinas por parte de los colonos judíos y las fuerzas militares israelíes.
Al ser consultada por las posiciones de la ONU ante la actual masacre en Gaza, la activista aseveró que “Naciones Unidas es una institución dominada por las grandes potencias, en especial, por Estados Unidos”, por lo cual “las grandes potencias tienen sus propios intereses y actúan de una forma muy hipócrita. Por un lado, reivindican que defienden los derechos humanos y la legalidad, pero miran para otro lado cuando la entidad sionista incumple con la legalidad y viola los derechos humanos de una forma tan descarada”.
Cuando Abubakra se refiere a la sociedad israelí y sus posturas con respecto a los palestinos, sus esperanzas son mínimas: para ella, quienes viven en Israel llevan “años sometidos a una manipulación para fomentar el odio hacia los palestinos. Además, disfrutan de tantos privilegios, que les da ese estatus supremacista, que no sienten y no ven a las personas palestinas como iguales y, en muchas ocasiones, ni siquiera como seres humanos”.
Por último, la activista resumió que “la situación en Palestina lleva más de siete décadas siendo critica, desde la resolución de la partición del territorio e incluso antes. Pero aun así, nunca nos hemos rendido, no hemos dejado de luchar por la liberación. El precio de la libertad es muy alto, el pueblo palestino está dispuesto a seguir luchando por una vida digna en toda su tierra, desde el Mar hasta el Río Jordán”.
Fotografía: Mahmoud Qaddoha