China: a la delantera en la Guerra Comercial de los EE.UU
Entre las conclusiones del artículo “Latinoamérica y el Caribe en el 2019 en la mira de Washington”, publicado en ediciones anteriores, dijimos que Estados Unidos lucharía este año por reducir la presencia económica y comercial de China, por evitar que Rusia pueda cooperar militarmente y reconquistar territorios otrora bajo su tutelaje. Entrando ya en el sexto mes del 2019, es posible verificar que tales conclusiones se han ido cumpliendo en diferentes grados: Estados Unidos decidió desatar una guerra comercial con China, mantener relaciones tensas con Rusia respecto a su cooperación militar con Venezuela, influenciar y presionar políticamente a países de la región para que se alineen a su discurso y decurso de política exterior. Las anteriores son acciones que demuestran, junto a muchos otros desaciertos cometidos por Bolton, Pompeo, Mattis, Pence y Trump - quienes han sido contradictorios y poco coherentes entre sí- que existe desesperación en el Despacho Oval de la Casa Blanca, el Capitolio y el Pentágono.
No sorprende que los Estados Unidos actúen con un doble estándar, por un lado promociona los beneficios del neoliberalismo mientras que por otro aplica medidas proteccionistas y contrarias al libre mercado. China ha crecido hasta convertirse en la segunda economía a nivel mundial y en la primera potencia contrahegemónica retadora de los Estados Unidos y es por ello que es un riesgo para la unión. Las empresas nacionales estatales, mixtas y privadas de China se han convertido en riesgos para su seguridad nacional, según Washington D.C. por lo que han sido sancionadas. Beijing ha respondido brindando todo el apoyo y respaldo a sus empresas, en especial a las vinculadas con el desarrollo tecnológico, tales como Huawei y ZTE. Huawei desplaza a Apple con sus productos de alta tecnología, mientras que ZTE trabaja en el desarrollo de la generación 5 (5G) de transmisión de voz y datos. Empresas americanas han roto sus relaciones con estas empresas creyendo que su dependencia les llevaría al fracaso pero la respuesta china ha sido la de informar sobre sus propios desarrollos e independencia tecnológica. La batalla de la guerra comercial sucedió entre las empresas tecnológicas y quienes vencieron fueron los chinos. Al caer en cuenta de su propio error, Trump y algunas empresas podrían recular pero es demasiado tarde para evitar que la guerra se intensifique.
El gobierno chino ha prestado apoyo a sus empresarios mientras que Estados Unidos amenaza con sanciones a todos aquellos que no se enfilen en sus listas. Sanciones comerciales con China, aranceles hasta por el 25% del valor a las exportaciones mexicanas, expropiación de diferentes empresas venezolanas o activación de la Ley Helms-Burton para recrudecer el bloqueo ilegal e ilegítimo contra Cuba, son algunas de las expresiones que referencian la desesperación de Trump. La ineficiencia e inefectividad de tales acciones empeorará la situación para los Estados Unidos puesto que causará que su extensión natural o “patrio trasero” vuelque más sus ojos y brazos hacia el Dragón Chino. Beijing gana fuerza en Suramérica en donde sigue siendo principal socio comercial de países con gobiernos de derecha como Argentina, Brasil y Chile; gana presencia en Centroamérica en donde países como Panamá y El Salvador han avanzado en el reconocimiento de “Una sola China”; y estrecha sus relaciones con México, país estratégico para la seguridad nacional estadounidense. Estados Unidos presiona, amenaza y rivaliza.
Como observadores podemos ver la serenidad con la que actúa China y la agitación de los Estados Unidos. Cabe preguntarse si ¿la actitud de ambos contendores demuestra quien está venciendo y quien se siente perdido?, ¿en qué lado y de qué manera se irán posicionando los diferentes países de nuestra región?, ¿pesa más la asistencia para el desarrollo y las relaciones comerciales con China o la influencia política y el “neoliberalismo” con los Estados Unidos?, ¿una segunda guerra fría ejecutará sus batallas en términos diplomáticos, económicos, políticos y comerciales?, ¿cuáles son los impactos de la guerra comercial de Estados Unidos contra China para el resto de países del mundo y de la región?, ¿Los Estados Unidos pierden su hegemonía frente a China y el dólar se devalúa frente al yuan?, ¿nuestra región debe mantener una posición unificada o discrecional respecto al tema?, ¿debemos ser neutrales o alinearnos con alguna de las potencias beligerantes?
Son varias las preguntas que podemos formular con la intención de analizar, reflexionar y debatir sobre la coyuntura internacional. Antes de ello, es necesario ser conscientes que un choque de gigantes puede cambiar la historia y modificar el sistema pero siempre va a dejar efectos colaterales en el resto de países y en sus poblaciones. Si China por mérito supera a los Estados Unidos será porque los Estados Unidos se han convertido en una contradicción en sí mismos, atentando contra los derechos humanos, contra la democracia y contra el desarrollo económico de los pueblos.