Gabriel Boric: otra traición al pueblo
En las elecciones presidenciales, Gabriel Boric alcanzó 4.620.671 votos, llegando a la presidencia con la mayor votación en la historia de Chile. Este proceso se considera un producto directo de las masas revolucionarias que lucharon en las calles de Chile, en contra del neoliberalismo. Boric, tanto como estudiante como político, “apareció” en el escenario político nacional en el contexto del proceso contestatario social del 2012, además de haber demostrado ser un joven prometedor frente a los candidatos de la añeja oligarquía nacional. El joven Boric participó en la organización popular desde el año 2012, para después de las elecciones más importantes de la historia reciente del país, traicionar a todo y a todxs.
Una carencia brutal de materialismo
El nuevo presidente chileno, tan solo pocos días tras la victoria, conversaba con Joe Biden, presidente de EE.UU., en un acto que parecería rebasar una relación protocolar entre dos estadistas. La figura de Biden representa todo aquello en contra de lo que luchaba el pueblo chileno, representa el golpismo estructural de las relaciones imperialistas de EE.UU. con América Latina, representa el Consenso de Washington, y representa también el estatus quo de un mundo supuestamente unipolar. De esta manera, el acercamiento, por más protocolar y diplomático que sea, representa un error estructural en el análisis histórico-material del “presidente más joven en la historia de Chile”. Más allá, este joven lacayo representa -en resumen- el papel irrisorio de la social democracia en las dinámicas de clase en el ámbito global, además de su servilismo explícito a los polos principales del imperialismo occidental.
Cuba, Nicaragua, Venezuela Sí
Aparte del vínculo imperialista de Boric con el capitalismo hegemónico de Occidente, el joven presidente también está sirviendo como uno de los defensores y propagadores principales de la nueva política externa de Biden hacia América Latina. La renovada doctrina norte-americana, corresponde a un intento desesperado de frenar el avance de la influencia de Rusia y China en el continente, en medio de una reciente “bipolarización” del mundo. En medio de este contexto, Cuba, que resiste desde 1959, Venezuela, que lucha a diario contra el golpismo yanqui y Nicaragua, que actualmente está lidiando con un escenario político en el que la oposición ha sido comprada por los EE.UU., tratan de escapar de la imposición de la nueva doctrina imperialista del Norte. De esta manera, y a pesar de las ofensivas incesantes de los EE.UU., China y Rusia pretenden dar una salida socio económica a las imposiciones imperialistas de la “primera democracia del mundo”. La más reciente de estas ofensivas la representa la exclusión tanto de Cuba, como Venezuela y Nicaragua de la Cumbre de las Américas, evento que estuvo marcado por las profundas contradicciones conceptuales yanquis entre democracia y dictadura. La actitud arrodillista que presenta Boric respecto a los estrategia imperial renovada de EE.UU., demuestra una vez más que una sociedad no cambia apenas por las urnas, sino también por medio de la constitución de ideales políticos.
Boric traicionó al pueblo
En definitiva, Gabriel Boric traicionó a su pueblo y a la historia, al demostrar que miles de muertes y décadas de represión no sirvieron para absolutamente nada si se enuncia desde la social democracia. El pueblo latinoamericano no debería esperar que la siguiente generación siga el mismo y vergonzoso camino del progresismo. Este crece de las manos del pueblo, para después arrancárselas.