El entramado imperialista detrás de la ocupación a Palestina

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Lunes 6 de Noviembre de 2023

El genocidio contra el pueblo palestino continúa. Periodistas militantes locales reportan que la madrugada del 6 de noviembre de 2023, ha sido el momento más crítico de los bombardeos perpetrados por el Estado sionista de Israel. “Una noche de violencia sin precedentes”. Las cifras ascienden a más de 10.000 palestinos ejecutados como parte de la limpieza étnica comandada por Netanyahu, de lxs cuales al menos la mitad son niñas y niños. Lejos de ser un accidente imprevisto o “daños colaterales”, el comportamiento genocida del Estado de Israel, responde a una política de exterminio del pueblo palestino, para la total ocupación de su territorio, apropiación de sus recursos y reforzamiento de su posición geopolítica. Israel se presenta como el as bajo la manga del decadente imperialismo yanqui-occidental, convirtiéndose en su nuevo corredor de circulación de capital, por fuera del control de los Brics.

El apoyo irrestricto de los Estado Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea al Estado de Israel no es una novedad. Por el contrario, el proyecto sionista de ocupación del territorio palestino nace en el corazón de Occidente, inclusive antes de la declaración de Balfour de 1917. Para Occidente posicionar a un Estado totalitario, teocrático y supremacista blanco en el seno de Medio Oriente, le aseguraría una posición estratégica. Israel se convirtió rápidamente en el proyecto colonial más relevante del imperialismo occidental en términos geopolíticos. En este preciso momento, el papel del Estado de Israel le asegura a Occidente no solo el sostenimiento -apenas logrado- de su influencia mundial, sino que además asegura la permanente acumulación de capital por medio de su industria favorita: el extractivismo. En un contexto en que el dólar pierde fuerza poco a poco, el mercado del gas es un diamante en bruto para los EE.UU.

El entramado bélico-político que envuelve a la guerra de Ucrania y al genocidio palestino tiene como epicentro el conflicto inter-imperialista entre el decadente Occidente y los repotenciados Brics. Eliminar del mercado europeo de gas y petróleo a Rusia e Irán se había convertido en un objetivo estratégico para Occidente. Esto inevitablemente obligó al Viejo Continente a comprar gas de EE.UU. a mayor precio, a costa de la precarización de la vida de la clase trabajadora europea. Por otro lado, el plan perverso del imperialismo yanqui para apropiarse del gas y petróleo de Medio Oriente había empezado ya su ejecución con la Guerra del Golfo, y se reforzó profundamente con invasión a Afganistán en 2001, seguida por la invasión a Irak en el 2003 y continuada por la invasión a Libia en 2011 y la explosión de la guerra en Siria el mismo año. En este contexto, en el 2010 se descubre un enorme yacimiento de gas en las costas orientales del Mediterráneo. Mismo al que tendrían acceso el Líbano, Palestina en Gaza y Egipto. No es una coincidencia en absoluto que la explotación de gas de este campo esté en la lista de interés del Estado de Israel.

En términos ideológicos en cambio, el sionismo en alianza con Occidente ha sabido aprovechar e instrumentalizar el holocausto judío perpetrado por el Nacismo durante la Segunda Guerra Mundial. No solo que sistemáticamente se ha logrado minimizar, sino ocultar por completo el hecho de que otros pueblos y minorías sufrieron su propio holocausto bajo el Nacismo, como los pueblos Sinti y Roma, las disidencias sexuales y por supuesto, comunistas y anarquistas. Todo un entramado mediático ha logrado posicionar al genocidio perpetrado en contra de los pueblos judíos, como el único y más relevante genocidio a lo largo de la historia. De ninguna manera es este un intento de minimizar el genocidio perpetrado contra los pueblos judíos, todo lo contrario, es un intento de evidenciar el carácter racista y colonial de la historiografía oficial. ¿Qué vidas importan y cuáles no? La respuesta es una muestra más de la vigencia del supremacismo blanco y de la alianza imperturbable entre colonia-capital. ¿Qué tanto menos relevantes parecen los genocidios perpetrados por el fascismo de Franco y Musolini contra la resistencia comunista, anarquista y partisana? Pero todavía más ¿qué tanto menos relevantes han permanecido en la historia el genocidio Amerindio que se perpetúa en el tiempo, el genocidio Armenio, el genocidio de Ruanda o el genocidio de Bosnia? De algunos ni siquiera hemos oído hablar.

Ahora mismo las vidas árabes, musulmanas y marrones de lxs palestinxs parecen valer menos que un centavo. El genocidio más atroz de nuestros tiempos está siendo televisado y aplaudido por Occidente y buena parte de su población. La campaña de deshumanización en contra de los pueblos árabes se ha ejecutado por décadas -sino siglos- y la islamofobia ha tomado todas las formas posibles bajo el sol. Y sin embargo, con la infinidad de recursos que el imperialismo yanqui y todo Occidente han inyectado para sostener este complejo entramado perverso, no han logrado fabricar un consenso. Los pueblos del mundo entero se vuelcan por miles a las calles en repudio al genocidio palestino y al infame Estado de Israel.  A pesar de la represión y criminalización que los Estados de Occidente han colocado sobre las demostraciones de solidaridad con Palestina, cada día son miles y miles más quienes se niegan a aceptar de brazos cruzados y bocas cerradas esta atrocidad. Detrás de la resistencia palestina están millones de trabajadoras y trabajadores del mundo entero.

Este es quizás el momento histórico más importante para el pueblo palestino. Para lxs palestinxs esto siempre ha sido una cuestión de vida o muerte. Desde que los primeros asentamientos sionistas ocuparon sus tierras, tiraron sus casas y prendieron fuego a sus olivos, no existe otra alternativa más que la lucha por la liberación. No habrá paz hasta que todo sionista sea expulsado de tierras ocupadas, ni habrá justicia hasta que el proyecto histórico de liberación nacional de Palestina triunfe. Estas son las consignas inclaudicables e innegociables de clase trabajadora internacional.

Recordemos las palabras de Lenin cuando planteaba que la mejor forma de internacionalismo -la más pura- es profundizar los procesos organizativos y revolucionarios en cada territorio. Esta es ahora la principal tarea de la clase trabajadora internacional, en solidaridad con el pueblo palestino y todos los pueblos que ahora mismo lucha por la vida digna.

 

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