Elecciones en Argentina: Macri y el bolsillo
Con su discurso del pasado 1 de Marzo ante el Congreso de la Nación, el presidente Mauricio Macri dio el puntapié inicial tanto a su campaña presidencial como al año electoral. El calendario de elecciones se presenta cargado en 2019. A partir del 10 de marzo y hasta el 16 de junio, solo tres fines de semana no se votarán cargos para gobernadores en las provincias. Sin embargo, los candidatos presidenciales recién se conocerán en junio, ya que el 11 de agosto serán las PASO (Primarias Abiertas, Simultaneas y Obligatorias), el 27 de octubre la primera vuelta de las presidenciales y de las legislativas nacionales, y, en caso de ser necesario, el 24 de noviembre el ballotage. Todo parece indicar un escenario de fuerte polarización entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner, esto a pesar de tímidas apariciones de terceros candidatos que no terminan de despegar.
Contra todos los pronósticos, e incluso desoyendo consejos de integrantes de su propio partido, el presidente decidió hacer hincapié en la cuestión económica durante su discurso en la apertura de sesiones. Ante la mirada estupefacta de la oposición, aseguró que su gobierno bajó la inflación, se estabilizó la economía y se crearon 700.000 mil nuevos puestos de trabajo privados. Los propios datos oficiales del INDEC desmienten al presidente: en diciembre de 2018, la pobreza había alcanzado el 33,3%, la más alta en una década, lo que significa que 11 millones de argentinos son pobres; el empleo registrado perdió 70.000 puestos mientras que la inflación en 2018 fue la más alta desde 1991, alcanzando el 47,8%. En un contexto donde la mayoría de los mercados emergentes devaluaron, la pérdida de valor del peso argentino respecto del dólar durante el año pasado fue superior al 100%.
Cambiemos es una coalición formada por distintos partidos de corte conservador, cuyos dos principales sostenes son el PRO y la UCR (Unión Cívica Radical). El histórico partido centenario aportó la presencia territorial de la cual la joven formación política del presidente carecía. La mala situación que atraviesa el oficialismo lo ha venido afectando en las provincias. En La Pampa, el candidato cercano a la Casa Rosada perdió contra el postulante de la UCR dentro de la interna de la coalición, mientras que en Córdoba, en la interna a realizarse el domingo 17 de marzo, todo indica que el hombre de Macri no tiene posibilidad alguna contra el intendente de la capital, Ramon Mestre. Esto podría suscitar que la UCR, ninguneada por el gobierno, se le anime al presidente en las PASO, presentando candidato propio. Podría ser, según los pronósticos, Martin Lousteau, el ex ministro de economía de Cristina Kirchner y ex embajador en Estados Unidos del actual gobierno.
Durante la campaña presidencial, Mauricio Macri aseguró en numerosas oportunidades que bajar la inflación era “muy fácil” y no hacerlo demostraba “incapacidad para gobernar”. A su vez, repitió a quien quisiera escucharlo que su gobierno debería ser juzgado por lo que haga para disminuir la pobreza. Si bien el oficialismo sigue culpando al gobierno anterior de la situación, lo cierto es que todos los indicadores económicos empeoraron considerablemente. La coalición gobernante seguramente hará campaña en base a una agenda fuertemente punitivista, a confrontar con el pasado y contando con un poderoso apoyo mediático. Aún están por definirse las candidaturas en la oposición, ya que si bien Cristina Kirchner es quien encabeza la mayoría de las encuestas, los consultores le aseguran un techo bajo en caso de un más que probable ballotage.
El actual mandatario argentino fue el primer político no radical ni peronista en ganar una elección limpia desde la instauración del voto universal, secreto y obligatorio en 1912. A su vez, será el primer presidente no peronista en terminar un mandato ejecutivo desde que lo hiciera Alvear en 1928. Macri y sus colaboradores han demostrado, hasta ahora, hacer lo que hasta entonces parecía inviable en la Argentina. Las campañas del consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba han probado ser efectivas, sin embargo, el mayor escollo que les queda es demostrar que se puede ganar una elección presidencial en un contexto económico paupérrimo, en un país donde como decía el tres veces presidente Juan Domingo Perón, el órgano más sensible es el bolsillo.