La vicepresidencia y la repartición del Estado
En la sesión plenaria virtual No. 677 de este viernes, la Asamblea Nacional eligió a María Alejandra Muñoz como la cuarta Vicepresidenta de la República del gobierno de Lenín moreno, con 75 votos a favor, 22 en contra y 32 abstenciones. Muñoz pasa de la Dirección de SENAE a reemplazar a Otto Sonnenholzner, potencial precandidato presidencial impulsado por las élites social cristianas. Sonnenholzner abandonó el cargo mediante la presentación de su renuncia irrevocable el pasado 7 de julio, como un claro cálculo político de deslindarse del actual mal gobierno. Este último entrará a la historia como el que generó una crisis humanitaria del Covid-19 por su agresiva implementación de medidas económicas de choque impuestas por el FMI y el Banco Mundial. Todo esto a cambio de la contracción de una deuda externa insostenible y recortes sucesivos a derechos y presupuestos. Rasgos tan característicos del gobierno de élites. Mismas que pretenden servirse del Estado burgués que lxs representa y conducirlo también a la insostenibilidad y seguida privatización.
Este gobierno es también responsable de los graves atropellos cometidos en contra de los Derechos Humanos en octubre pasado. Durante la jornada popular del 2019, tanto María Paula Romo como Juan Sebastián Roldán, dos de lxs tres integrantes de la terna,que protagonizaron de manera directa en los crímenes de Estado, entre los cuales constan 11 muertes a nombre del gobierno. Así también mediante sus intentos de maquillar la realidad de los sucesos en aquel entonces. Romo había aducido en declaraciones públicas que las muertes -en lugar de ser el resultado del uso desmedido de la fuerza represiva del Estado- se trataban de “accidentes de tránsito”. Roldán por su parte justificaba la incesante persecución política tan característica de este gobierno, para posicionar el discurso de que los decenas miles de personas que participaron en el Paro Nacional habían sido financiadxs desde afuera por el correísmo en conjunto con el “castro-chavismo”. Durante estos meses de pandemia, Roldán había vuelto a relativizar la magnitud de otro atropello a los DD.HH. que es la actual crisis humanitaria. Esta como resultado del desastroso manejo estatal de la pandemia de Covid-19 por un sistema estatal autocolapsado, con alusiones a una campaña de desprestigio en contra del gobierno, causada, una vez más, por el correísmo.
Después de que ni Romo ni Roldán contaran con una mayoría de votos, Muñoz encabezará el cargo de Segunda Mandataria por los últimos diez meses que quedan de la administración de Moreno. Tras las sucesivas votaciones, Romo contó con tan solo 36 votos afirmativos y 87 votos negativos, mientras Roldán había obtenido 12 votos afirmativos de los 70 necesarios. Indudablemente, la negativa a los dos primeros nombres de la terna connota una evidente pugna interna de poder entre los diferentes grupos que integran la élite política actual, la cual representa una suerte de nueva derecha ecuatoriana: una entregada al puro oportunismo y entreguismo, forjadora de alianzas clasistas en defensa de los intereses actuales y medianoplacistas de potenciales candidatxs a la presidencia y a las oligarquías empresariales que lucran de contratos públicos.
Un audio que supuestamente incriminaría a la actual Ministra de Gobierno se publicaba este jueves 16 de julio, a un día de la sesión legislativa que votaría respecto a la designación del cargo de vicepresidentx. En este se constataba un supuesto ofrecimiento de favores respecto a la construcción del hospital de Pedernales, entre el ex asambleista Daniel Mendoza y el asambleista Eliseo Azuero y el cual involucraría a Romo.
Continúan el reparto de los sectores estratégicos del Estado en complicidad con la clase empresarial, la cual dentro del capitalismo salvaje se reapropia de los recursos del pueblo, al mismo tiempo de coartar y conspirar en contra de sus derechos más fundamentales. Todo esto bajo el signo actual de la pandemia del Covid-19, la cual pasó a intensificar las desigualdades creadas por el mercado y exacerbadas por el Estado, profundizando la crisis multidimensional que nos encontramos atravesando. María Alejandra Muñoz es tan solo el peldaño más reciente de la alianza Estado-empresariado más extensa de las últimas décadas que gobierna y ha gobernado siempre las instituciones del Estado burgués.
