Lasso: el mejor guerrero de la oligarquía
La perpetuación y profundización neoliberal sigue su curso. El pasado sábado, el presidente Lasso anunciaba la eliminación progresiva del Impuesto a la Salida de Divisas -ISD-, que iniciará en el sector turístico, con las aerolíneas como primeras beneficiarias. Al mismo tiempo, desde el Gobierno Nacional se asegura que uno de los beneficios centrales de la eliminación del ISD, es que existirá “apertura para firmar un acuerdo con Estados Unidos sobre este tema”. Toda política macroeconómica del gobierno parece estar enfocada a favorecer los intereses estadounidenses, y a complacer al viejo y nuevo amo imperial. Los tentáculos del imperialismo se inmiscuyen en la espina dorsal de la política del Estado burgués.
Uno de los preceptos neoliberales por excelencia es el libre tránsito de bienes y servicios, pero sobre todo de capital. Mientras menos obstáculos encuentre el capital global para ingresar -y fugarse- de mercados y economías, más “eficientemente” se asignará su posición predilecta. Esto es lo que entienden las élites económicas como concepto de libertad, -además de la libertad de la propiedad privada, fundamento de la sociedad capitalista-.
Otro aspecto central del neoliberalismo es la liberalización comercial, como el anuncio del ingreso a la Alianza del Pacífico, además de Tratados de Libre Comercio -TLC- con EE.UU. y China. Estos instrumentos de libre comercio, al pretender integrar mercados extremadamente desiguales, terminarían por propiciar un tiro de gracia al sector campesino nacional, como en Colombia, Perú o México. La inundación del mercado ecuatoriano por productos subvencionados en sus países de origen, presupondría una desventaja fatal para el sector agrario nacional.
Este fin de semana también se anunciaba la reforma arancelaria, la cual contempla la eliminación de 667 subpartidas en un total de 81 industrias. Esta medida representa un beneficio directo para el sector oligárquico importador, además de contribuir a establecer un marco propicio para la firma de los TLCs mencionados. La liberalización agresiva en términos comerciales y económicos, forma parte fundamental de la doctrina del shock, la cual prima como política de Estado en Ecuador.
La política exterior del Estado burgués al mando de la banca privada, confluye en un solo mantra: la liberalización completa de todos los componentes macroeconómicos. Habiéndose apoderado del Banco Central del Ecuador mediante la mal llamada Ley de “Defensa” de la Dolarización, convirtiéndolo efectivamente en un banco privado -manejado por sus representantes-; las élites económicas se sirven del Estado burgués como si este fuese su emprendimiento propio. Cuando las circunstancias no se ajustan al funcionamiento perfecto del libre mercado, la banca y la oligarquía confabulan para generar estas condiciones por cuenta propia, desde las entrañas de su instrumento de imposición de intereses de clase: el Estado neoliberal.
Simultáneamente a la liberalización económica -por medio de la eliminación del ISD- se propicia un escenario potencialmente catastrófico, si la intención es garantizar la dolarización. En la actualidad, más de 30 mil millones USD se encuentran en paraísos fiscales, representando el patrimonio de la banca privada, sectores oligárquicos ligados a la importación y exportación, además de tenedores de la deuda externa ecuatoriana. Estos tres sectores se encuentran intrínsecamente ligados entre sí y confluyen, generando una triple alianza que se intrinca en las instituciones estatales. La eliminación del ISD facilita la fuga de capitales en proporciones peligrosas.
Al mismo tiempo el gobierno neoliberal de Lasso prepara una consulta popular, en la cual bien podría plantear la privatización -parcial o total- del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, acción que ya se intentó ejecutar durante la presidencia del socialcristiano Sixto Durán-Ballén. Los medios burgueses hegemónicos, ligados desde siempre a la banca y a la industria, han promovido la imagen de un mal funcionamiento y administración del IESS, a causa de su naturaleza pública. Guillermo Lasso planteó en campaña que los fondos de pensiones del IESS podrían llegar a ser privados, en la misma línea que las AFP en el laboratorio histórico del neoliberalismo: Chile. La prensa burguesa se esmera en generar la opinión pública propicia para la entrega del IESS a la banca privada.
Al manejar los flujos económicos, la banca financia y propicia la especulación y evasión tributaria, que facilita y desemboca en la fuga de capitales a paraísos fiscales. Se presume que el presidente Lasso cuenta con una serie de propiedades ubicadas en el paraíso fiscal más grande del mundo: Estados Unidos. Con un patrimonio declarado de 40 millones USD, Lasso obvia sus propiedades inmobiliarias en la Florida, que sumarían un total de 30 millones USD adicionales a su patrimonio. A esto se suman las 49 empresas off shore que Lasso y sus testaferrxs manejan.
El eslogan del Gobierno del Encuentro: “Ecuador en el mundo, y el mundo en el Ecuador”, adquiere una lógica pérfida, al favorecer la inversión extractiva, los TLCs y bloques comerciales, la liberalización total y la privatización de todas las áreas del Estado. Estas medidas económicas y comerciales se encuentran enmarcadas en una rampante deuda pública del Estado ecuatoriano, acumulando un total de 63.525 millones USD en abril de 2021, 11% mayor al año pasado. El 71% del total de la deuda pública representa la deuda externa, siendo de 45.415 millones de USD. Se prevé que para septiembre, el FMI desembolse 800 millones USD adicionales a Ecuador, después de una revisión técnica que se llevará a cabo este mes. El país se encuentra atrapado en el círculo vicioso de endeudamiento externo, “gracias” al cual se legitiman despidos, privatizaciones, concesiones y una austeridad más agresivas a manos de la oligarquía político-empresarial.
Así, con la eliminación gradual del ISD, Lasso no solo le hace un regalo en bandeja de plata a su clase; sino que también el banquero presidente termina beneficiando su propia evasión tributaria y acumulación personal. Termina siendo evidente que la banca en el poder, maneja al Estado desde un neoliberalismo franco, propiciando y garantizando la acumulación privada ilimitada a costa de las clases populares. Con el gobierno de la banca, se multiplican las fortunas de la oligarquía, las privatizaciones, la fuga de capitales y la precarización agresiva de la vida. Guillermo Lasso es el mejor guerrero de la banca contra el pueblo.