Vicuña: ¿renuncia o expulsión?
Retomando su rol político hegemónico, los medios de comunicación tradicionales y 2.0 – digitales – de la derecha, han tenido una semana sumamente activa en cuanto a denuncias contra los principales del Ejecutivo, articulando sus ataques en el punto débil del gobierno: la corrupción.
La semana comenzó con la noticia de los muebles que supuestamente compró el empresario y representante de diversas firmas chinas, Conto Patiño, para el departamento que utilizó Moreno en la misión diplomática que cumplió en Ginebra y, como el actual presidente, fungió como relacionista público de la empresa que construyó la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair.
Mas el verdadero punto de giro es la situación de la vicepresidenta María Alejandra Vicuña, quien accedió a inicios del 2018 al puesto a través de una serie de amarres políticos, y quién al parecer saldrá como entró, por la ventana.
Según las denuncias presentadas la noche del 26 de noviembre por el canal Teleamazonas, uno de los principales articuladores de la estrategia comunicacional de la oligarquía, se establece que un ex colaborador de Vicuña depositó en las cuentas personales de la ahora vicepresidenta más de 20.000 dólares, tal como la ahora ex asambleísta y sindicalista Norma Vallejo, dando la sospechas de un posible caso de colusión, crimen que podría costarle el cargo.
Por su parte Vicuña, sin entender la dinámica política de transición y al verse rápidamente acorralada, este martes 27 de noviembre, en sus cortas declaraciones demostró una postura endeble e ingenua al señalar que todo es una infamia que deberá ser tratada en la justicia, aparato controlado justamente por la oligarquía que ya no la quiere en el cargo.
Pero sus desafortunadas declaraciones no quedan ahí, sino que se dio manera para proyectar el error y profundizar la antipatía que causa al espectador, al establecer que estos hechos no tienen importancia porque es un medio de comunicación quien lo denuncia en un “muy elaborado y cuidado reporte”, cuando hay muchas otras cosas para preocuparse en el país, aunque claro, el televidente medio sabe que ella no tiene competencia alguna sobre aquellos asuntos.
Sin perder tiempo, como si se tratase de una cuidadosa estrategia política, el aparato de justicia, ya comenzó sus labores y la fiscal encargada Ruth Palacios señaló que se iniciaran las investigaciones respectivas del caso, tomando en cuenta que Vicuña tiene fuero de corte, lo que implica que el balón regresa a la ya gastada cancha de la Asamblea Nacional.
Para que la fiscalía pueda sustentar la acusación en la Corte Nacional de Justicia el Pleno de la Asamblea, con dos tercios de sus miembros deberá dar paso al enjuiciamiento penal, a la vez que, por colusión, se la deberá enjuiciar políticamente para, posiblemente, retirarla del cargo. El cuestionamiento es: ¿será que pueden? o, este es el tan temido escenario de crisis institucional contemplado en el artículo 148 de la constitución.
Dicen que lo que mal comienza, mal termina. Al parecer todas las fichas se siguen moviendo hacia un escenario de muerte cruzada.