Guillermo Lasso y los resultados del enemigo interno
Con el Paro Nacional en su día número 13, existen algunas conclusiones que han quedado claras, entre ellas, el resultado de la construcción del enemigo interno por parte del gobierno. Durante este Paro Nacional, el oficialismo cosechó 3 años de trabajo dedicados a la construcción de un enemigo al que se le pudiera culpar o adjudicar todo el peso del presente mal gobierno de Guillermo Lasso, caracterizado por una política de austeridad neoliberal que no ha hecho más que aumentar la brecha entre ricos y pobres.
Como antecedente, tras el paro del 2019, el gobierno del entonces presidente Lenín Moreno, usó todo el poder de la maquinaria estatal -sobre todo el poder propagandístico- para deslegitimar la lucha y protesta social del paro de Octubre de 2019. Este acontecimiento tiene como base un discurso anticomunista en nombre de la democracia y la seguridad nacional, a partir del paro de 2019 el Estado uso al máximo todo su alcance, influencia, propaganda y sugestión para crear un nuevo enemigo interno: el Movimiento Indígena y la lucha social. El objetivo corresponde a la lógica de colocar la responsabilidad por las “graves” perdidas económicas del paro.
Con todo el poder hegemónico estatal, se instrumentaliza sobre todo el de los medios de comunicación tradicionales y burgueses, que tienen como fin informar solo los acontecimientos convenientes para el gobierno y sobre todo aquello que deslegitime al Movimiento Indígena y la lucha social. Este discurso se materializa en la constante propaganda que criminaliza la organización social, manifestando que atenta contra la democracia y la paz y calificando a este movimiento y sus allegados de vándalos, anarquistas, comunistas, terroristas, ladrones, etc.
Esto da como resultado dos pilares de gran relevancia que marcan el devenir del Ecuador y del accionar político del gobierno de Guillermo Lasso. El primer resultado, consiste en que debido a la crisis económica, política y social creada por el supuesto enemigo interno, este da un pretexto y sobre todo una justificación para que el gobierno enaltezca las fuerzas represivas del Estado y excuse una desbordada -e inmoral- inyección de dinero a la maquinaria represiva estatal. Dejando de lado la prioridad de inversión económica en sectores de gran importancia como el de la salud y la educación.
El segundo resultado de la creación de este enemigo es haber calado de una manera tan profunda en el imaginario colectivo de la sociedad, es decir, haber insertado correctamente el temor y sobre todo el odio hacia el enemigo construido -el Movimiento Indígena y la lucha social-. El temor y odio insertados en el imaginario colectivo se convierten en articuladores ideológicos que dan como fruto una población civil que aprueba el terrorismo de Estado -véase los asesinadxs, heridxs y detenidxs durante el presente paro- al considerar que el terrorismo de Estado es la respuesta para la defensa de la democracia y la libertad.
Las consecuencias de lo anteriormente mencionado son devastadoras, al desprestigiar la lucha social de diferentes organizaciones, pero la peor tajada se la lleva el Movimiento Indígena. Cuando el enemigo construido es un pueblo racializado, el temor -pregonado desde la burguesía- se materializa en discriminación, marginación y atentados contra la integridad de las personas pertenecientes a este pueblo racializado. Se trata de una lógica fascista, que como ha demostrado el materialismo histórico, es la herramienta reaccionaria de excelencia por parte de la burguesía para contrarrestar la organización y articulación del proletariado. Como ejemplo, véase los diferentes acontecimientos marcados por prácticas fascistoides suscitados en distintas ciudades del país, durante el presente Paro Nacional justificados en “querer paz” o “querer trabajar”.
Mediante la creación del enemigo interno, usando todo el poder de la hegemonía estatal, el gobierno burgués logra su objetivo al difuminar la concepción de democracia y convertir la misma en una excusa para defender una agenda neoliberal marcada por la desigualdad social. Todo esto en nombre de la “paz”, transformando así la cohesión -ideología de la clase burguesa- en coerción -dictadura de clase- contra toda organización de izquierda, que represente un mínimo de peligro para sus privilegios.
Todo lo anterior abordado degenera en el mejor resultado del capitalismo: el individuo alienado, que se traduce en grandes sectores del proletariado. Estos han asumido el discurso contra el enemigo interno y son individuos que han sido enajenados de su propia clase social, de su condición obrera y de su rol en la lucha de clases. El individuo alienado y fascistizado que consciente el terrorismo de Estado y perpetua crímenes de odio en nombre de la “paz”, por ello, el individuo alienado es el mejor resultado del neoliberalismo, el resultado de la construcción del enemigo interno por parte de Guillermo Lasso.
Fotografía: Cristian Morocho