La obsesión mediática por la coyuntura
La agenda mediática, tanto de los medios de comunicación tradicionales como de los denominados alternativos o populares, está marcada en gran medida por la coyuntura. Los titulares de “Última Hora”, “Flash Informativo”, “Urgente” y otros que procuran llamar la atención de la audiencia, son elementos fundamentales de las noticias e información generadas por los medios de comunicación.
En ese sentido, cabe cuestionarnos ¿Cuáles son las ventajas y limitaciones de hacer de la coyuntura la comidilla del día de los medios de comunicación? En primer lugar, cabe destacar que la coyuntura no es mala en sí misma, ya que la importancia de estos hechos espontáneos o “no programados” radica en que puedan ser situados y contextualizados en el marco de problemáticas cotidianas, estructurales, regionales y hasta globales.
La complejidad de los acontecimientos “no programados” radica en que pueden establecerse como coyunturas críticas para entender problemas que, en momentos a aparente pasividad, resultan complicados de entender. Por ejemplo, el reciente anuncio del gobierno nacional de aumentar el precio de la gasolina extra y eco-país se convierte en una noticia de carácter coyuntural, la cual, por la agenda e intereses de los medios de comunicación puede perder efervescencia y pasar desapercibida en poco tiempo. Sin embargo, el titular de impacto: “Sube el precio de la gasolina”, nos debería motivar a reflexionar sobre las decisiones de carácter económico que ha asumido el gobierno de Lenín Moreno evidenciando la vuelta de tuerca hacia la derecha y el neoliberalismo.
El efecto efervescente de la coyuntura tiene un efecto semejante en los medios alternativos, independientes o populares; no con la misma intensidad que en los tradicionales, sin embargo, haciendo un ejercicio de autocrítica, las plataformas no convencionales debemos asumir que en ocasiones subsumimos nuestras agendas e intereses colectivos a la coyuntura. Este hecho nos aleja de discusiones elementales y que deben ser de carácter cotidiano como la discriminación en todas sus dimensiones, la violencia, la desigualdad estructural, la alienación por parte de los mass media y el “sentido común”, los problemas diarios de los sectores populares absolutamente invisibilizados, entre otras temáticas poco abordadas por darle mayor atención a la coyuntura.
A pesar de un aparente escenario desalentador que reduce el ejercicio mediático a seguir el rastro de la coyuntura, expresiones y experiencias comunicacionales a nivel regional han demostrado la capacidad de los medios de comunicación para articular los problemas coyunturales con los estructurales. La Garganta Poderosa en Argentina por ejemplo, a pesar de aprovechar diferentes plataformas mediáticas para cuestionar y denunciar hechos coyunturales, no deja de lado en ningún momento su agenda programática y política: visibilizar las condiciones de opresión en las que se encuentran las villas o barrios populares de diversas regiones en dicho país, así como el papel de “los villeros” en fortalecer procesos organizativos populares que surgen de la América Latina profunda.
Entonces, la obsesión mediática por la coyuntura puede pasar de ser un síntoma enfermizo de la condición actual de la comunicación a una herramienta para acercar a problemáticas de diversa índole a diferentes sectores de la sociedad. Para esto es necesario pensar y repensar el lenguaje que utilizamos, las narrativas caracterizadas por una matriz hegemónica occidental, así como una estética que no responde en ningún sentido a las formas de vivir de los sectores populares y formas de relacionarse.
El objetivo de esta reflexión no es desacreditar la difusión, análisis, discusión y problematización de la coyuntura, al contrario, plantea el uso estratégico de los acontecimientos cotidianos “inesperados” para interpretar una realidad compleja y cambiante. En tal sentido, el uso de las redes sociales o de otras plataformas digitales de comunicación, así como de los medios tradicionales, debe estar enfocado en diversificar las formas de comunicar para aterrizar el lenguaje y las discusiones intergalácticas sobre la coyuntura a formas y expresiones populares que aporten a entender sus vínculos con otro tipo de problemáticas comunes con el objetivo de promover la construcción de alternativas colectivas.
