Que a cada CEO le llegue su Luigi

El capitalismo esta conmocionado por que un pibe de 26 años -de familia pequeño burguesa-, ajusticio al CEO de UnitedHealthcare. Los delincuentes de la prepaga mas grande Estados Unidos y el mundo es la 5ta empresa en Fortune 500. Es la quintaesencia del proletariado, es el efecto de las políticas deshumanas del capitalismo.

En los últimos días, la noticia de que un CEO habría muerto en manos de un usuario del sistema de salud enojado, conmocionó al mundo. Brian Thompson era el director ejecutivo de UnitedHealthcare, la aseguradora del proveedor de servicios de salud UnitedHealth Group, la mayor aseguradora de salud privada en EE.UU. En los casquillos de las balas que lo mataron estaban escritas las palabras “deny” -negar-, “defend” -defender- y “depose” -deponer- en alusión a “las 3 D del seguro”, la táctica que usan las empresas para rechazar los reclamos de pago de los pacientes. 

El sistema de salud estadounidense es una compleja infraestructura donde los costos sanitarios resultan prohibitivos para los usuarios. Acceder a la salud es imposible con cualquier tipo de seguro, incluso con los que son financiados por el gobierno. Las personas acumulan deudas médicas porque no pueden pagarlas y Estados Unidos se enfrenta a una crisis de deuda médica, al estilo de Chile con su deuda universitaria. Las políticas neoliberales de vaciamiento del Estado en favor del privado, dejan a las personas en situación de desamparo, teniendo que enfrentarse solas frente al gran mercado.

Las empresas aseguradoras evaden los pagos por tratamientos para aumentar sus ganancias, denegando la cobertura de tratamientos, amparándose en la autorización previa para negar la cobertura. UnitedHealthcare y otros proveedores de seguros han enfrentado demandas, investigaciones periodísticas y gubernamentales por estas prácticas.

A esta altura, resulta ridículo tener que plantear una y otra vez que el derecho a la salud es un derecho humano. Desde que nacemos existimos en un cuerpo vulnerable que requiere cuidados del comienzo al fin de la vida. El sistema capitalista utiliza y explota nuestra fuerza de trabajo sin contemplar muchas veces ese cuidado. Y en los casos en los que está, hay que preguntarse ¿para quiénes está garantizado ese cuidado?

El cuidado aparece cada vez menos en la cuenta. El Estado como articulador de la vida se va desligando de las demandas sociales básicas y el mercado va ganando terreno a medida que construye una industria por cada plano de la existencia y complejos artilugios para eliminar “lo humano” -como si eso fuera posible-. Incluso desde una lógica utilitaria, es estúpido por parte del mismo capitalismo explotar a los trabajadores sin darles acceso a cuidados básicos porque se va a quedar sin explotados. (Incluso las máquinas con las que intentan desplazarnos requieren trabajo humano en su construcción y producción).

Si sabemos que el ser humano nace con un cuerpo vulnerable, la política de existencia en esta vida debería contemplarlo de base. ¿Pueden la vulnerabilidad y la interdependencia ser los puntos de partida para pensar una política del cuidado? 

Cuidar de otres, cuidar de une misme, proteger a otres, practicar lo comunitario, ¿pueden ser métodos de protesta anticapitalista?

¿Y si hay potencia política en el malestar?

Mientras más nos empujen al abismo, mientras nos nieguen todo, nos enojen o nos cansen, seguirán naciendo los Luigis porque mientras sigan haciendo de esta vida una dificultad y un sufrimiento más grandes crecerán las ganas de inventar otras formas de vida posibles. Sigan negándonos la vida digna, después no se quejen cuando un Luigi los venga a buscar.

Addendum de Revista Crisis:  Los y las Luigis organizadxs, tenemos mas potencialidad de bajarnos a todos los CEOs del mundo, en un acto profundamente transformador: la Revolución Comunista. La acción directa desde la acción individual tiene un valor movilizador de la consciencia de extrema importancia, como hemos visto a lo largo y ancho del mundo con Luigi. La respuesta esta en la organización popular clasista.

ARTÌCULO ORIGINAL, por Camila engaña, por lxs compas de Agitación