El Arca de Noe y Raúl Zibechi en San Pedro de Yumate
Con empanadas y una horchata con agua y flores rebeldes, fue recibido Raúl Zibechi, escritor y periodista uruguayo que viaja por Abya Yala recogiendo y llevando semillas de autonomía y sociedades en movimiento. Lo recibimos en el frente de la resistencia donde se hace, siente y piensa el ALTO a las empresas mineras que ambicionan el páramo andino del Macizo del Cajas, y donde se construyen las comunidades Guardianas del Agua, espacios que sirven de puente entre el campo y la ciudad para juntarnos activamente ante al eminente colapso.
Zibechi nos aclara la tarea: construir miles de “Arcas de Noe” entendidas desde la cosmovisión Kañari encontrar las cuevas de las Guacamayas para salvarnos del “diluvio - colapso del sistema capitalista”. Es que la crisis climática, la guerra por el agua, el agotamiento de las energías fósiles, el despojo, lxs desplazados ambientales, la deforestación masiva, la agroindustria, el extractivismo y demás perversidades e industrias de muerte impuestas por las corporaciones de la Hidra capitalista en alianza con los estados no tienen límites, si nosotres mismos no les ponemos esos límites. Dentro de esos límites territoriales nos toca construir para sobrevivir un arca, una arca humana desde el Ñukanchi Kawsay (nuestra causa) y el Runa Hampi (Mujeres y hombres medicina en armonía con la naturaleza).
Esta arca es un hacer cotidiano de soberanía alimentaria (siembra), salud popular (hábitos de vida y alimentación, parteras, comadronas, mamas, curanderas, brujas), autogobiernos comunitarios (no más jerarquías coloniales, patriarcales e imperialistas), educación emancipadora y auto-gestionada (sin pedirle permiso, ni legitimidad, ni legalidad a los “Ministerios de Educación”), justicia autónoma (colectiva, sanadora y reparadora sin cárceles), guardias no violentas para defender lo construido y espiritualidad propia, libre del dogmatismo religioso y la estampida política de las sectas evangélicas y católicas que promueven un cristianismo sin Cristo.
Por eso volvemos a las lagunas, a convertirnos en sus guardianes, a bañarnos en sus aguas que están heladitas y nos ayudan a templar la consciencia y a la minga para fortalecer los cuerpos con el azadón y el machete, porque si no nos abrazamos para trincar la vida hay solamente dos opciones: sobrevivir en soledad a las bombas del colapso o caer alienados en una vida que no es vida: trabajar para un patrón, consumir sin parar, girar alrededor del dinero, amar sin amar y esperar que algún mal gobierno no sea tan malo y que los votos sean el sinónimo de cambio - risas.
Y se fue Zibechi, sin antes dejarnos un poco de semillas: zapatistas (Chiapas), pueblo Nasa (Colombia), Guardia Indígena (Cauca), mapuches (Wallmapu) y entre otras. Con esas semillas nos comprometimos a levantar un gran maizal y frijolar, una milpa, o como la llamamos en las comunidades andinas una chakra, para tener alimentos para todxs lxs guardianes del agua y para lxs hermanxs que pronto vendrán a vivir en Chidelek, la ciudad entre las nubes, alimentada por las lagunas del Cajas, sostenida y guiada por lxs jóvenes, mamas, parteras y comadronas.
Gracias Zibechi por tu visita, nos sirvió para ampliar la mente y agitar la digna rabia de nuestro pueblo, convencernos más de que la lucha es de abajo y hacia abajo, que subir no es una opción, que las elecciones dividen y distraen el camino de la liberación de los pueblos porque es más fácil que el Estado cambie a la gente que la gente cambie al Estado, acomodando a dirigentes en la democracia burguesa. Salude a nuestrxs compañerxs de lucha, cuénteles que en Río Blanco y en San Pedro de Yumate estamos luchando por lxs renacientes del mundo, por los que vendrán y nos pedirán el agüita de la vida, la misma que heredamos de nuestros ancestros limpia y transparente desde el páramo andino.