Feministas contra feministas, la actual tendencia en redes
En los últimos años se ha desatado un fenómeno dentro de los distintos movimientos feministas, el cual se ha visibilizado aun más en redes sociales. Antes veíamos a activistas feministas mantener largos debates con personas no feministas acerca del por qué aún es importante y vigente la lucha por la igualdad de género, cuáles son nuestras demandas como mujeres, qué es el patriarcado y cuál es su alianza con el capitalismo en la explotación de los cuerpos femeninos y la apropiación del trabajo de cuidado no remunerado realizado por mujeres.
Actualmente estos debates han dado un giro, lo que ahora se ve en redes sociales son intensos y violentos enfrentamientos de feministas contra feministas. Vemos a las lesbofeministas invitando a las feministas heterosexuales a tener relaciones sentimentales únicamente con mujeres y acusándoles de ser aliadas de opresores si se niegan a hacerlo. Vemos a las feministas radicales transexcluyentes enfrentándose constantemente con transactivistas y feministas trans, porque el ser mujer para ellas está marcado por los genitales. Por otro lado están las abolicionistas en una guerra abierta con las trabajadoras sexuales autónomas, exigiendo que el Estado les niegue su única fuente de ingresos y señalando abiertamente a sus representantes como proxenetas aliadas de puteros.
Existe entre las feministas actuales un modelo de persecución al estilo cacería de brujas, ya no estamos denunciando y exponiendo públicamente a agresores y violadores, ahora el escrache nos lo hacemos entre nosotras, ahora las acusadas somos las feministas y las acusadoras son otras feministas. Mientras nos dividimos y peleamos entre nosotras los hijos sanos del patriarcado se unen, reclutan personas y avanzan en su cometido, que es deslegitimar y destruir nuestra lucha, trabajo que nosotras mismas les estamos facilitando.
¿Por qué está pasando esto? ¿En qué momento la lucha feminista se convirtió en un campo de batalla de todas contra todas? ¿Es realmente esto el feminismo? ¿Qué ganamos con esto?
Lo que está ocurriendo actualmente es que no existe un verdadero conocimiento acerca de la lucha feminista, de sus reivindicaciones, de sus logros a lo largo de los años, muchas personas empiezan a acercarse al movimiento por diversas razones, todas ajenas a un verdadero compromiso con la equidad de género y la inclusión social.Es tan fácil para muchas usar el feminismo ya sea como plataforma política, para hacer nuevxs amigxs, para obtener fama, reconocimiento y popularidad, es decir, hoy tenemos una nueva feminista, la figureti. Es fácil reconocerla, es la que no sabe por qué lucha pero está encabezando todas las marchas, la que usa el feminismo para agredir y después victimizarse, la que trata de imponer sus ideas violentamente sin el menor respeto hacia quienes no comparten sus postulados, quien es el reflejo de que no hay sororidad para quienes no piensan igual, ¡hay violencia!
Las feministas figureti son personas que no están realmente comprometidas con la lucha, actúan de manera contraria a lo que predican, marchan contra la violencia pero violentan a sus compañeras, utilizan el “Yo te creo” para acusar falsamente a otras y exigir que se les respalde, su discurso cambia dependiendo del espacio en el que se encuentran, callan a las que no piensan igual, generan campañas de desprestigio y escrachan a compañeras en lugar de enfocar sus energías en combatir las dinámicas de opresión y violencia que se manejan contra todos los cuerpos femeninos, feminizados, masculinos contra hegemónicos y no binarios.
En medio de todo este embrollo y de cada vez nuevas figuras que entran al movimiento sin tener idea de lo que realmente se trata. Es de vital importancia la constante formación y capacitación en temas de género de las personas que están liderando los nuevos espacios, y más importante aún que lo anteriormente señalado, es interiorizar dentro de nosotras mismas que la base del feminismo es el amor entre mujeres, no me refiero únicamente al amor lésbico, sino al amor sororo, al amor de compañeras de lucha, de sentirnos como mujeres identificadas unas con otras. Más allá de nuestras diferentes posturas políticas existe un sistema de opresión que nos jode a todas, independientemente de si somos blancas, negras, gitanas, indígenas, lesbianas, trans, abolicionistas o putas.
Entre nosotras no debemos buscar al enemigo, la división y las peleas internas que hemos estado teniendo nos debilitan y hacen que quienes están fuera del movimiento se crean en el derecho de señalarnos y juzgarnos porque entre nosotras mismas lo hacemos. Es urgente tomar conciencia de lo que estamos provocando con estas confrontaciones para poder crear alianzas basadas en el mutuo respeto y la sororidad. Recordemos siempre que quien nos quiere enemigas es el patriarcado y que juntas somos podemos lograr mucho más.