Nua Fuentes: La violencia hacia las mujeres y diversidades continúa vigente
Nua Fuentes es co-directora de proyecto Transgénero, vocera nacional de Pacto Transecuador, vocera del nuevo Proyecto de Ley Género Universal, participante en la editorial Máquina Púrpura, y de las colectivas Marcha de las Putas y Aborto Seguro. Trabaja el tema del transfeminismo, la disidencia sexual, la población trans y el trabajo sexual.
¿Por qué es necesario hablar de feminismos populares y diversos?
En la historia han llegado momentos en los que se han generado los feminismos populares, los feminismos alejados de lo que hegemónicamente era el feminismo más blanco, más de clase alta, más heterosexual. Ya en los años 80 en América Latina se hablaba de feminismos autónomos, de feminismos decoloniales, que forman la base de la mayoría de feminismos diversos que hoy conocemos. Comienzan a desarrollarse el feminismo afro, el feminismo indígena, el feminismo comunitario y el transfeminismo.
Los feminismos desde las periferias toman importancia en la medida en que existen actores que necesitan tomar voz para hablar de sus problemáticas y necesidades. Fue una necesidad histórica la que empujó a estos sectores.
Nua señala que la posición de la mujer trans en el ámbito político cobró mucha importancia a raíz de la penalización de la homosexualidad, pues eran ellas las más afectadas. Es así que a partir de los 90 en el Ecuador, mujeres trans se organizan y empiezan a recoger firmas para luchar por la despenalización de la homosexualidad, a luchar por sus derechos, a luchar por sus vidas y para darle voz también a quienes históricamente han sido opacadas, silenciadas, invisibilidades y violentadas.
¿Qué significa ser una mujer trans en esta sociedad?
“El ser feminista me permite ser consciente de esa estructura violenta de poder que existe, toda esa desigualdad que se vive actualmente, pero principalmente el transfeminismo me permite tener un mecanismo para hacerle frente a esas problemáticas que existen actualmente”.
En el transfeminismo se resignifica la palabra trans, que originalmente hace referencia a “transición” que es un término biológicamente usado; pero nosotras desde el transfeminsimo; cuando hablamos de la palabra trans, nos enfocamos en la trasgresión que existe al ser una identidad sexo-género diverso. No todas las personas trans somos una crítica viviente a la composición sexo-género, pero es importante como personas trans asumir esas críticas que existen sobre el sistema de poder, el patriarcado, tomando en cuenta que nuestra presencia nos permite reflexionar de otras cosas que han estado fuera del análisis.
Por ejemplo: ¿cómo funciona la violencia?, ¿cómo se repliega la violencia a los cuerpos feminizados? Entonces como mujeres trans vivimos diariamente eso.
Resalta Nua, que cuando ella realizó su transición de cuerpo masculino a femenino, “me pude dar cuenta de cómo funcionan los privilegios en esta sociedad”. Cuando eres hombre tienes ciertos privilegios y cómo cuando te conviertes en mujer, tienes que vivir violencia, acoso, culpabilidad, entre otros. “Yo personalmente lo asumo políticamente y no pienso que perdí privilegios masculinos, yo los rechazo y rechazo los privilegios de clase, raciales, de género, entre otros dentro de las esferas sociales”.
¿Cómo el transfeminismo es relevante y aporta al movimiento feminista?
El transfeminismo es relevante en medida en que visibiliza un espacio históricamente opacado de las personas trans, de las mujeres trans, de las personas intersexuales. El transfeminismo es decolonial, es parte de los feminismos autónomos y nos invita a pensar otras maneras de entender la identidad, el género y el sexo, entender las categorías hombre-mujer, poder pensar nuevas propuestas sobre el cuerpo y la identidad. Por ejemplo, las personas trans no binarias, critican este sistema binario, patriarcal, heterosexual y pone en presencia estos “nuevos” sujetos que siempre estuvieron invisibilizados y que su mera existencia implica una crítica a la manera en la que concebimos lo masculino y lo femenino, que siempre ha estado basado en una situación de poder, lo masculino, lo femenino, el hombre superior a la mujer, lo masculino como lo fuerte, lo femenino como lo débil. En este sentido el transfeminismo permite ir más allá.
¿Cómo son las condiciones materiales para el acceso a la educación, a la salud, a la vivienda, al trabajo, para las personas trans?
Ese es un tema súper más profundo, en términos de discriminación cuando hablamos de la población trans, hablamos únicamente de la violencia física que se da, pero no se habla de la violencia sistémica estructural, que es cuando no se nos permite acceder a ciertas cosas como educación, salud, justicia, entre otras y eso le pasa a la población trans.
Si a mí un estado no me reconoce mi identidad femenina y soy víctima de violencia por mi identidad, el parte policial no reconoce mi identidad femenina y sería más factible que se vaya a la impunidad el acto de violencia.
Los duros datos
Solo el 0.05% de los casos de violencia contra personas trans llega a tener sentencia y no siempre es favorable, lo cual refleja la condición de injusticia para las personas trans.
Todos los derechos están interconectados, en palabras de Nua “si no tengo derecho a la identidad, posiblemente se me arrebate el derecho a que se me respete y no se me discrimine en espacios como el educativo, el laboral, dificultad al acceso a la educación. Hasta en la familia, en donde me botan por mi identidad de género y tendría que dedicarme al trabajo sexual y mi salud se deteriore y el sistema de salud también me discrimine”.
Las personas tienen una esperanza de vida de 35 años y está relacionado a una desigualdad estructural y a condiciones hostiles dentro de áreas como la salud, la educación y el trabajo, lo que implica que se enfrenten a adversidades más fuertes. Se debe identificar la importancia del componente económico en la población trans, por ejemplo el 80% de la población trans está dedicada al trabajo sexual porque su identidad de género le ha empujado a hacer esa actividad y esto está relacionado a una serie de problemáticas; los chicos trans trabajan en temas de construcción. Existen estereotipos laborales de género y esto genera una casta que no les permiten salir de ese escalafón social, por problemas y desigualdades sociales se limitan a esas actividades.
“Mucha gente nos hemos cansado del pedir, ahora estamos exigiendo algo que es lógico, nuestros derechos relacionados a responder a esa situación más hostil, tener más empatía y entre las mujeres sobre todo, tener sororidad, a mí el feminismo me ha dado mucha fuerza. Si estamos incómodas, nos organizamos y a quienes no quieren entender, que tengan más empatía y entiendan que exigimos se respeten nuestros derechos”, concluye.