Nuestras palabras, nuestra Revolución

MARIEL

El lenguaje ha sido comparado – metafóricamente- con una danza en la que las palabras son las bailarinas. Ahora, en este mundo capitalista en crisis ¿Quién pone la música? ¿Son acaso las clases dominantes quienes deciden el ritmo de nuestro lenguaje? Quienes creemos en la necesaria transformación del mundo actual, ¿Cómo hablamos / escribimos / comunicamos? ¿Son nuestras palabras danzarinas de un concierto tocado por otros o estamos conscientes de que son ellas armas de la Revolución.

Probablemente sea necesario afirmar las dos últimas premisas. En tiempos de inmediatez, de construcción de matrices de opinión, de mercantilización de la información y de todo un entramado que sustenta la dominación inconsciente de los individuos a través de los medios de comunicación, es imprescindible despertar del letargo que se nos impone y comenzar a actuar de manera creativa en la construcción y manejo del lenguaje con el objetivo de crear conciencia, conciencia de que el mundo debe ser no solo interpretado, sino transformado.

El pueblo organizado es el sujeto llamado a protagonizar esta transformación, y es justamente en su seno que se encuentran las valiosas armas con las que puede enfrentarse el gran aparato de construcción de ideología -  entendiendo esta última como lo señaló Marx, es decir  “Ausdruck, expresión de lo que los hombres creen que es la realidad” (Citado en Silva Ludovico. 1975. p.103)- que son los medios de comunicación.

Quienes desde la izquierda pretenden ser parte de un proceso de cambio profundo, no pueden obviar esta consideración, es decir, el desconocimiento -  y peor aún -  el desprecio del lenguaje y tradiciones populares son incompatibles con una lucha de esa categoría.  Un claro ejemplo del poder de la palabra expresada con absoluto conocimiento y respeto de la historia, tradición, lenguaje y manifestaciones artísticas de su pueblo, fue Hugo Chávez, quien sin dejar nunca de estudiar, analizar y citar  a “los grandes pensadores” tuvo la capacidad de transmitir sus ideas al pueblo, utilizando su mismo lenguaje, en discursos de calle, alocuciones televisivas, escritos, etcétera, que siempre tuvieron una forma “artístico-popular” de ser dichas: en canciones, declamación de poemas y hasta relatos humorísticos que convirtieron sus discursos en una vía de comunicación directa con ese pueblo que debía ser organizado para convertirse en el protagonista de sus luchas y proceso de transformación. 

Es así que el conocimiento de lo que somos (y de lo que no somos) determina la forma en que comunicamos. Una vez se asuma conscientemente que no se debe plegar a la ideología dominante ni a sus formas de expresión, sino que debe hacerse el ejercicio de reflexionar acerca de las formas de poner en evidencia las contradicciones del sistema burgués, siendo capaces de analizarlas y reflejarlas de una manera comprensible, con un lenguaje reconocible  y aceptado por el pueblo; una vez ahí se habrá dado un paso vital en la lucha contra el sistema capitalista.

Las palabras, esas armas maravillosas de la batalla por una mejor humanidad, deben ser siempre pueblo. Como dijo el poeta ruso Vladimir Maiakovski en 1930:  “Es que, camaradas,  las palabras que yo uso son las que se utilizan en la vida, por eso forman parte tanto de la poesía como de la prosa y sin ellas es imposible construir el socialismo”, o como escribiera el venezolano Víctor Valera Mora en su poema Comienzo, de 1961:

 

La lucha de clases. Los grandes monopolios imperialistas

(…)

La libertad de morirse de hambre doblemente.

(…)

Esto nos obliga a hablar

el más terrible de los lenguajes.

Hacer de la poesía un fusil airado, implacable

hasta la hermosura.

No hay otra alternativa,

la caída de un combatiente popular

es mas dolorosa que el derrumbamiento

de todas las imágenes.

 

Bibliografía.

 

Engels, Frederick & Marx, Karl. La Ideología Alemana. Bogotá: Ediciones Arca de Noé, 1975.

________________________ Tesis sobre Feuerbach y otros escritos filosóficos. Caracas: El perro y la rana. 2008.

Maiakovski, Vladimir. Una bofetada al gusto del público. Sevilla: Mono Azul Editora. 2009.

Silva, Ludovico. La plusvalía ideológica. Caracas: Ediciones de la Biblioteca de la UCV. 1975.

Valera Mora, Víctor. Nueva Antología. Caracas: Monte Ávila Editores, 2004.

 

Categoria