12 de octubre, memoria histórica y saqueo
El discurso oficial hace ver la colonización como un encuentro libre de contradicciones entre realidades del siglo XV totalmente heterogéneas, sin tomar en cuenta las diversidades y relaciones desiguales resultantes producto de la llegada de los colonizadores al continente americano. Para abordar esta temática, conversamos con Juan Paz y Miño, historiador ecuatoriano quien aborda en la siguiente entrevista la memoria histórica y el saqueo económico que impulsó el desarrollo de Europa y la modernidad.
¿Cuáles eran las condiciones y características del modelo de producción económica en lo que hoy conocemos como América Latina previa a la conquista europea?
No es posible generalizar. Había culturas con distintos grados de desarrollo e incluso aquellas que no fueron sometidas por los grandes imperios nativos. La conquista se concentró sobre las regiones donde se asentaron Incas, Mayas y Aztecas, por contar con población abundante y prácticas económicas desarrolladas. Es esos imperios las comunidades rurales fueron la base económica y social, sobre prácticas de reciprocidad. Los Incas tuvieron el “modelo” más organizado: tripartición de recursos, reciprocidad, redistribución, jerarquización y ayllus como base productiva. En general, eran sociedades agrarias, con múltiples cultivos, técnicas de producción muy experimentadas, altos rendimientos y atención estatal a las poblaciones. Mercados e intercambios entre Aztecas. Los Mayas se hallaban reducidos a poblados, pues el “imperio” había desaparecido. Y los Incas no establecieron una sociedad basada en mercados.
¿Cuál fue el impacto de la colonización en ámbitos económicos, sociales, culturales para el continente y para Europa?
Una pregunta demasiado amplia. En lo económico, fueron desestructurados los sistemas productivos aborígenes y se implantaron economías agro-mineras basadas en la propiedad privada, la superexplotación de la fuerza de trabajo indígena y esclava, dependientes de las regulaciones tanto internas como de las que provenían de la metrópoli, y economías complementarias al mercantilismo europeo. Socialmente una estratificación rigurosa, con jerarquías rígidas y legalmente reconocidas, unida a la exclusión social de indígenas y negros. Se impuso el idioma y la cultura de los conquistadores, en la cual jugó un papel rector la religión católica, pero sujeta al enfoque de la subordinación. Todo sometido, además, a las nuevas formas de administración, creadas por el Estado colonial, bajo poder de la capa blanco-criolla.
¿Cuáles fueron los mecanismos a través de los cuáles los colonizadores se aprovecharon de los aborígenes del continente, sus recursos naturales y económicos (cómo operaban y que eran las mitas, los obrajes, los huasipungos)?
Inicialmente la encomienda sirvió de vehículo de subordinación que aprovechó de los antiguos lazos de reciprocidad. A cambio de protección personal y comunal, el encomendero recibía un tributo en servicios (fue abolido tempranamente) y en bienes. La ausencia de salarios y la necesidad del endeudamiento condujo a la adscripción de los indígenas a las haciendas, a través del concertaje. La mita operó en diversas actividades y particularmente las mineras. Suponían un jornal, pero apenas se cumplía y la jornada fue extenuante. También se aprovechó de la minka o minga. La población subordinada, sin dinero, ni jornales, igualmente se enclaustró en las haciendas, bajo formas precarias de trabajo derivadas del concertaje, siendo el huasipungo una de las más graves fórmulas de explotación económica y social, pues a cambio de un pequeño lote para vivir, la familia indígena y campesina debía realizar los más diversos trabajos para el terrateniente. Funcionó sobre todo en la región andina. En el siglo XVII floreció en la Real Audiencia de Quito la producción textil a través de los obrajes o talleres. Se empleó la mita, pero las condiciones laborales eran miserables y de explotación total. No eran talleres “capitalistas”, porque normalmente (excepto los obrajuelos, en las ciudades) estuvieron vinculados a las haciendas. Pero todas estas formas económico-sociales dan cuenta de las actividades en las regiones andinas. En la Costa quítense la situación fue distinta, pues la mita empleada sirvió para que los jornales tengan atractivo, al mismo tiempo que se sujetaba a los montubios y campesinos al poder de los dueños de las haciendas-plantaciones, un fenómeno que empezó a crecer desde el siglo XVII.
¿Cuál fue el papel de los recursos y dispositivos de dominación como la Religión que utilizaron los conquistadores para legitimar el proceso de colonización, saqueó y conquista de América?
Nueva lengua, religión, estructura clasista jerarquizada, valores del sector dominante: señorío, abolengo, propiedad de tierras, además del sistema jurídico-político, crearon el marco de la legitimación de la conquista y del poder de los “blancos” bien de origen español o de los criollos. La ideología de la subordinación fue sancionada con la interpretación religiosa según la cual el orden y las diferencias en la tierra provenían de disposiciones divinas.
¿Cómo se configuraron las relaciones sociales a partir de la intervención colonial?, ¿qué papel asumieron los colonizadores y que papel asumieron los nativos?
Nathan Wachtel fue uno de los pioneros en estudiar las repercusiones de la conquista. Según él, muertos los dioses en el incario y, además, muerto el propio Inca (Atahualpa), los indígenas sufrieron el “trauma de la conquista”. Pero vale entenderlo de otra manera: los indígenas, que fueron la población mayoritaria, sufrieron tal impacto con la dominación, que sus posibilidades de reacción quedaron anuladas, exceptuando los aislados “levantamientos” o “sublevaciones”. Quedó en sus comunidades la resistencia pasiva ante el colonizador, cultivando allí su lengua y sus costumbres. La cultura colonial derivó de la propiedad de las tierras y de la clase terrateniente: conservadorismo, religiosidad, clasismo, superioridad, paternalismo. Recién a fines del siglo XX podemos entender la magnitud y el significado de las culturas indígenas resistentes, porque entonces salen a la luz y ahora los indígenas forman parte activa de la sociedad y del Estado, con sus propias identidades.
¿Para qué fue empleada la riqueza de América Latina llevada a Europa, y ¿qué parte de esas riquezas le correspondía a América?
Entre los siglos XVI y XVIII rigió el mercantilismo en Europa y el coloniaje en América Latina. Bajo esa relación, enormes recursos de las colonias sirvieron para la acumulación originaria de capitales en Europa (Marx). En el siglo XVI oro y plata; desde el XVII en adelante el desnivel comercial con precios de mercaderías importadas ultravalorados, mientras las exportadas fueron subvaloradas. Décadas atrás la teoría de la dependencia permitió comprender esa distinta relación entre metrópolis y satélites. Hoy los estudios han avanzado enormemente. El mercantilismo y la colonización marcaron el proceso de la inequidad y el subdesarrollo en sus orígenes. Las repúblicas hicieron el resto al postergar o rechazar soluciones sociales y desarrollo capitalista, pues hasta bien entrado el siglo XX en amplias regiones de América Latina predominó el régimen oligárquico “pre-capitalista”.
¿Cuáles fueron los impactos de la colonización y cómo inciden estas formas de relacionamiento colonial en la actualidad?
La colonia ya no existe. Hablamos de coloniaje y neocoloniaje en distinto sentido al del pasado. La colonización europea sentó las bases de la economía primaria y precapitalista de América Latina, a la que se sumó la profunda diferenciación social y de riqueza. Las repúblicas no superaron las condiciones heredadas, pero sumaron nuevos procesos que impidieron economías capitalistas y soluciones sociales a la inequidad. Naturalmente otros son los fenómenos y procesos de las sociedades contemporáneas y cuando hablamos de neocolonialidad se entiende que hay relaciones dominante-dominado que fluyen a nivel internacional y nacional, y que impiden la liberación de nuestras poblaciones. Por ello la lucha contra las nuevas formas de colonialidad están presentes en la conciencia latinoamericana y se extienden entre los sectores populares, siempre bajo condiciones difíciles y hasta adversas, porque América Latina tiene burguesías y oligarquías absolutamente resistentes a cambios que puedan promover el mejoramiento social afectando sus intereses.