Dictadura y resistencia armada en Chile
La dictadura militar que azotó al pueblo chileno a partir de septiembre de 1973 es conocida por ser una de las más oscuras, planificadas y meticulosas que hayan existido, y si bien es cierto que destruyó al movimiento popular y desarmó el andamiaje social hasta un punto francamente deprimente, no fue algo que ocurrió de un día para otro, libre de respuestas y resistencias. Interesantes y valerosas expresiones de resistencia popular y ofensiva armada se sucedieron contra el régimen.
Sin embargo, no se puede hablar de la resistencia armada como unos cuantos hechos aislados, salidos de las cabezas de algunos dirigentes. Hay un desarrollo histórico que envuelve y se revuelve como los vientos de un tornado.
A fines de los años 60 y principios de los 70, existía un movimiento popular producto de una historia de acumulación de fuerza social y política, que a pesar de las múltiples dificultades (por ejemplo, la dura represión al movimiento obrero durante el primer gobierno de Ibáñez del Campo, 1927-1931), había tenido cierta continuidad desde fines del siglo XIX.
Este movimiento popular contaba con diversas expresiones organizadas como la CUT (Central Unitaria de Trabajadores) clasista, fundada entre el 12 y el 15 de febrero de 1953; los cordones industriales, que para el golpe militar de 1973 eran 31, y que nacieron en respuesta a los sabotajes organizados por la clase empresarial para desestabilizar el gobierno de la Unidad Popular entre 1970 y 1973; el movimiento de pobladores, que el 30 de octubre del año 1957 se tomó los terrenos del sector “La Feria” y fundó con aproximadamente 2.000 familias la toma “La Victoria”. Por otro lado, estaban el movimiento estudiantil que se venía desarrollando desde comienzos de siglo, y que ya había dado demostraciones de fuerza cuando forzó la renuncia de Ibáñez del Campo en 1931, y el movimiento campesino y rural que también venía dando sus luchas contra el latifundio, las cuales llegaron a puntos álgidos como la revuelta – masacre de Ranquil en 1934 y la revuelta campesina de Cautín entre 1967 y 1973 –.
Respecto a la revuelta campesina de Cautín, es imprescindible mencionar que fue de tal envergadura, que, en 1971, en pleno gobierno de Salvador Allende (Unidad Popular), la sede de Gobierno se tuvo que trasladar desde Santiago a Temuco durante dos meses, a más de 600 kilómetros de distancia.
En este contexto de desarrollo del movimiento popular, en medio del gobierno demócrata-cristiano y del desarrollo de la campaña electoral de Salvador Allende para las elecciones de 1970, se funda en 1965 el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), organización marxista leninista que lucharía por derrocar el capitalismo en Chile.
La fundación del MIR es de importancia, ya que aglutina a un importante número de militantes que declaran que la vía electoral institucional no es un camino seguro hacia el socialismo, tal y como más tarde la violencia de la clase burguesa lo demostraría, y también un rechazo respecto de la concepción etapista de la revolución, posicionando que en Chile las condiciones objetivas permitían el desarrollo de la lucha anticapitalista, sin necesidad de pasar por una etapa de revolución y desarrollo de la burguesía nacional. Estos dos elementos, diferenciarán estratégica y profundamente las posiciones del MIR y el proyecto de la UP, lo que también se expresó en la temprana actividad armada que, similar a los Tupamaros y la Federación Anarquista Uruguaya (FAU), llevó al MIR a realizar asaltos bancarios y otras operaciones de esa índole antes de 1970, y a realizar entrenamiento militar en Cuba a inicios de la misma década (años 70).
A su vez, en 1966 se fundó el ELN chileno (Ejército de Liberación Nacional), convocados por Ernesto Che Guevara, en el cual participarían elementos del Partido Socialista (PS).
La Unidad Popular (UP) gana las elecciones de 1970 con Salvador Allende a la cabeza, momento en el que el MIR decide detener las actividades armadas (no así el entrenamiento), y el PS construye su Aparato Armado y se adjudica el GAP (Grupo de Amigos Personales) para proteger al presidente Allende. El cese sólo duraría hasta 1973, año en que el Golpe Militar cambia con fuego y sangre el curso de los acontecimientos.
Poco se habla del intento de resistencia al Golpe el mismo 11 de septiembre de 1973, pero hay quienes dieron la vida aquel día.
En el centro de Santiago, militantes del frente estudiantil del MIR esperaban el arribo de armamento a la fábrica donde se encontraban, armas que finalmente no llegarían, mientras militantes del zonal centro del PS se desplegaban. En Santiago sur, se formó la “columna de Agustín”, conformada por “elenos” (palabra derivada de las siglas ELN), el aparato armado del PS, quienes se mueven hacia la fábrica INDUMET para juntarse con Miguel Enríquez y otros dirigentes.
Las escaramuzas se sucedieron en diversos y lejanos puntos de la capital simultáneamente, tales como La Moneda, INDUMET, Cordón Cerrillos y la población La Legua.
A pesar de que los aparatos militares mencionados sólo permitieron unirse en la lucha a la población masculina con el servicio militar rendido, los relatos de diferentes testigos y participantes directos describen que cientos de pobladores, hombres, mujeres, niños y niñas estaban deseosos de combatir la arremetida golpista.
Luego de la victoria golpista y la instalación del gobierno militar, comienza una sofisticada represión selectiva para eliminar a todos los elementos dirigentes de la estructura mirista y de los núcleos radicalizados socialistas. A pesar de aquello, a medida que la estructura del MIR iba siendo desgastada por la represión, los actos de sabotaje, tiroteos y ajusticiamientos contra militares se mantuvieron como forma de resistencia contra la dictadura. Hacia fines de la década de 1970, el MIR ya estaba muy debilitado, con muchísimos muertos y exiliados fuera del país.
Dicha situación motiva la implementación de la Operación Retorno, orquestada desde el exilio, con el objetivo de reingresar militantes a Chile clandestinamente y montar un intento de guerrilla rural en la zona de Neltume, enmarcada en la estrategia de Guerra Popular Permanente. Si bien la operación logró montar la columna guerrillera, esta fue detectada por fuerzas dictatoriales y fue aniquilada en 1981.
Paralelamente, desde mediados de la década de 1970 el Partido Comunista venía preparando a la interna la posibilidad de la lucha armada para derrocar la dictadura militar. Es así como finalmente en 1983, luego de años de preparación y entrenamientos, inicia sus actividades el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) como aparato armado del PC, enmarcado en su estrategia denominada “política de rebelión popular de masas”.
Si bien el grupo realizó miles de acciones desestabilizadoras del régimen, entre los hechos destacados que marcaron la cronología de los primeros años del FPMR podemos mencionar:
14 de diciembre de 1983: El FPMR celebra el inicio de sus actividades militares con un apagón eléctrico que afectó toda la zona central de Chile.
Acciones de 1986:
-Ingreso de armas enviadas desde Cuba a través de la caleta nortina de Carrizal bajo. Lamentablemente, debido a errores operativos, la operación fue descubierta y la mayor parte de las armas decomisadas.
-Operación siglo XX, tenía por objetivo el asesinato de Pinochet. Dicha operación consistió en el asalto armado a la comitiva en la que viajaba el dictador en su auto y su escolta desde su casa de descanso hacia la ciudad de Santiago. Se lanzó un cohete al automóvil en que viajaba Pinochet, el cual no impactó de forma directa en la carrocería, por lo que no consiguió el objetivo. Murieron cinco escoltas, pero Pinochet salió prácticamente ileso.
Debido a que estas dos grandes operaciones no resultaron positivas, el PC se distancia aún más de la actividad militar (ya se venían advirtiendo diferencias estratégicas entre el FPMR y las direcciones del PC). Debido a esto los comandantes históricos de FPMR que seguían activos deciden escindirse del partido y conformar el FPMR-Autónomo en 1987.
En 1988, el FPMR-Autónomo lanza la estrategia denominada “Guerra Patriótica Popular”, con la que buscarían catalizar una sublevación de masas contra la dictadura. Como parte de esta estrategia, llevan a cabo la “toma de Los Queñes”, en la que asaltan la comisaría de este poblado rural para obtener armamento militar. La operación fue exitosa, días después son interceptados por carabineros y son encontrados los cuerpos muertos de los máximos dirigentes en el río Tinguiririca.
Ya en 1989 comienza el proceso que daría inicio a la transición democrática en 1990, y las estrategias anti-dictatoriales irían perdiendo sentido. En contraparte, toda la fauna política pactante con la dictadura y la transición pacífica jamás reconoció realmente a estas expresiones guerrilleras en su lucha heroica, prefiriendo el mote de extremistas y subversivos.