Medidas económicas en Venezuela: alternativas soberanas a una situación compleja
El cerco mediático frente a la situación en Venezuela limita las posibilidades para encontrar información que permita contrastar la postura parcializada e intencionalmente difundida por los grandes medios de comunicación. Sin descartar lo compleja que resulta la coyuntura económica venezolana, es necesario plantear una discusión diferente a la impuesta por el discurso de los monopolios de la comunicación.
Cynthia Domínguez de Revista Crisis, realizó una entrevista al economista Pedro Páez Pérez, quien integra la Comisión Presidencial de Asesoría Económica de Venezuela, con el objetivo de conocer las implicaciones económicas, sociales y políticas de las medidas que el gobierno de la Revolución Bolivariana ha tomado para hacerle frente a la crisis inducida tanto por los errores internos, como por la acción de la oligarquía y el imperialismo.
¿Cómo describiría las nuevas medidas económicas aplicadas por el gobierno venezolano para superar la crisis generada tanto por las condiciones internas del país así como por la injerencia externa?
Es un esfuerzo desesperado por lo crítica que resulta la situación. La eficacia de las medidas genera incertidumbre, sobre todo por la falta de claridad en relación a la forma en cómo va a funcionar el anclaje del Petro con el Nuevo Bolívar Soberano. Sin embargo, hay factores positivos que aportan a sostener alternativas en el contexto de una guerra económica contra la oligarquía venezolana y el imperio.
Las medidas asumidas por el gobierno venezolano han evidenciado ya algunas señales alentadoras: a pesar de que empezó a dispararse nuevamente el tipo de cambio, encontró un techo en el cuál se ha frenado; el aumento de los salarios de los trabajadores ha permitido parar el deterioro de la economía, sobre todo en relación al aumento de los precios de bienes de consumo que venía beneficiando a los empresarios, especuladores, contrabandistas, entre otros agentes que están boicoteando la economía.
Espero que estos signos alentadores se mantengan y se generen otros que eviten que la agenda del imperialismo encuentre cabida posibilitando una intervención militar por parte de Estados Unidos, ya sea de manera directa o a través de Colombia y la OTAN.
¿En qué se diferencian las medidas económicas tomadas con anterioridad por parte del Gobierno venezolano con las medidas actuales?
Las últimas medidas anunciadas por el gobierno venezolano son parte del primer intento que se hace en términos de parar la hiperinflación. No es lo mismo un paquete de medidas para responder a escenarios de inflación alta que una respuesta económica a los problemas de estabilización cambiaria y redistribución del ingreso. Sin embargo, la complejidad de la situación requeriría que ciertos actores estén dispuestos a ceder parte de sus demandas para que el Estado pueda responder a las problemáticas de los sectores mayormente afectados por la situación económica actual.
Lamentablemente, las circunstancias actuales de Venezuela denotan que existe manipulación de los mercados, situaciones exógenas como la variabilidad del precio del petróleo, el brutal bloqueo económico por parte de Estados Unidos, lo cual se articula con factores internos que se salen de las manos del gobierno, como las respuestas de la sociedad venezolana frente a los esfuerzos del gobierno bolivariano de promover alternativas productivas desde lo territorial y comunitario con lógicas más asociativas y solidarias. Además, hay una clara agenda de las grandes empresas capitalistas enfocadas en manipular los mercados para provocar escasez y encarecimiento de los productos y bienes de consumo.
Algunos medios de comunicación, se han referido a las medidas como “un paquetazo” – por el aumento de la gasolina y flexibilización del tipo de cambio – ¿es esto realmente así?
No, no hay un paquetazo. Hay un claro esfuerzo del gobierno y de quienes diseñaron la propuesta económica por evitar un ajuste neoliberal con todos los efectos regresivos que genera y la afectación a los sectores más empobrecidos de la sociedad venezolana. Además, se ha implementado un novedoso esquema de protección social para poder llegar a los barrios populares con mecanismos de subsidios y abastecimiento para evitar situaciones de emergencia humanitaria.
Si bien hay un proceso de alineación de los precios relativos como en el caso de la gasolina, este no tiene nada que ver con lo que significaría la actualización de precios en otros países. El precio anterior de los combustibles en Venezuela era irrisorio lo cual daba lugar a dinámicas como el contrabando y el desperdicio de la gasolina, por lo que la mejora en el precio aporta a aliviar la situación fiscal y además tendrá un claro efecto en el plano monetario y de precios debido a que parte de los efectos de esta híper inflación definen una situación en la que la moneda nacional pierde sus funciones. El momento en el que se sube el precio de la gasolina, además de los recursos fiscales que eso genera, aumenta la demanda real por moneda nacional, lo cual reduce el propósito especulativo en la utilización de los bolívares sólo para comprar dólares.
Por otra parte, el aumento de los salarios de los trabajadores venezolanos permitirá contrarrestar los posibles efectos negativos en el plano de la redistribución ya que una parte muy significativa del aumento lo va absorber el Estado durante varios meses, por lo que las medidas económicas van a evitar que haya un efecto negativo sobre aquellos segmentos de la economía popular, de la pequeña y mediana empresa que son los sectores que más empleos generan y los que más empleos podrían crear.
¿Cree que Venezuela pueda superar en un momento determinado el modelo rentístico petrolero y diversificar sus fuentes de ingreso?
Ese es precisamente el gran problema estructural que quiere plantearse como culpa del último gobierno, pero sin duda se ha hecho muchos esfuerzos en este sentido. No todos han tenido resultados alentadores ya que el rentismo petrolero es una característica que atraviesa todos los estratos de la sociedad venezolana desde hace más de un siglo, por lo que es complejo superarlo.
Los procesos de transformación tienen que profundizarse en Venezuela, sobre todo en lo que tiene que ver con la generación de subjetividades en el pueblo venezolano y lo más auspicioso que se ha dado en ese sentido, son aquellos mecanismos de movilización social en defensa de las condiciones de vida y de producción de la gente que se han desarrollado desde el territorio. Por ello una condición esencial es parar y frenar la hiperinflación, ya que es un ambiente muy corrosivo y no propicia la recuperación sobre la discusión del ámbito productivo, que vuelva a poner el tema de las responsabilidades de la producción y del cambio de la matriz productiva en el corazón del debate nacional en Venezuela.
¿Desde la experiencia ecuatoriana, como se podría sobrellevar esta arremetida imperialista?
En el año 2015 hubo un intento de una guerra económica en Ecuador que probablemente la historia no la reconozca como tal. En el año en mención empezaron a subir los precios en un 40% lo cual podía acabar en una hiperinflación. En ese entonces la Superintendencia de Control del Poder del Mercado lanzó una campaña con la novela Ciudad Quinde. Con y sin Comités de Usuarios la gente empezó a tomar fotos, hacer vídeos de como en las perchas de los supermercados se empezaba a retirar la comida o a cambiar los precios de los enseres e inmediatamente se derrotó esta situación en el Ecuador sobre la base de la organización popular.
En su condición de experto: ¿cuál cree que debe ser el camino en Venezuela (en términos económicos) para salir a flote en medio del evidente bloqueo financiero al que es sometida – y en consonancia con el sistema político que ha tratado de construir el chavismo, expresado en el llamado Plan de la Patria?
Los desafíos en Venezuela son enormes ya que el imperio y la oligarquía están utilizando el potencial de las nuevas tecnologías y las dinámicas de la globalización para desestabilizar y subordinar a la sociedad venezolana. Si bien hay errores en la política económica, se está avanzando en la dirección correcta, sin descartar que el resultado final de la aplicación de este modelo económico es aún incierto.
El gobierno venezolano debe trabajar más sobre las cadenas de abastecimiento y la construcción de alianzas fuertes entre procesos organizativos, el territorio y los movimientos sociales en torno a proyectos productivos que integren a la sociedad venezolana y así hacerle frente al boicot económico de la oligarquía y el imperio. La población debe ir construyendo y consolidando alternativas propias de producción y nuevas lógicas en relación a la matriz productiva que a su vez modifiquen las formas de acumulación.