Adil Belakhdim y la masacre más larga

adil
Domingo 20 de Junio de 2021

“La masacre más larga” es el título del libro escrito por el sindicalista siciliano Dino Paternostro y presentado el pasado 30 de abril en Italia, en el día nacional a la memoria del sindicalista. Cada 30 de abril en el Bel Paese, se recuerda el sacrificio de muchos hombres y mujeres asesinados por la Mafia por defender los derechos de los campesinos y trabajadores italianos. La masacre empezó en el año 1860 en el Bronte, durante la Guerra de Independencia. En el siglo XX. se recuerda otra gran masacre de sindicalistas campesinos en la localidad de Portella delle Ginestre en el año 1947. La masacre sigue a pesar de los avances en términos de derechos y marco legales. Las victimas son siempre las mismas: los sindicalistas italianos.

El último ha sido asesinado el viernes pasado en el norte de Italia, afuera del establecimiento de la cadena de supermercados Lidl. Su nombre era Adil Belakhdim de 37 años, padre de dos hijos y sindicalista del SiCobas del cantón de Novara. Un camión lo ha atropellado y, además, lo ha arrastrado por casi dos metros como un animal en las cercanías de las fábricas de la empresa, en un intento de romper el piquete de la huelga nacional de trabajadores logísticos. El chofer después del asesinato se ha fugado, para ser capturado por los agentes de la Pública Seguridad.

En Italia, los derechos laborales están sancionados en el Código del Trabajo Italiano promulgado en el año 1970. Un código promulgado después de décadas de luchas y muertes. Los códigos del trabajo de cada país del mundo tienen un elemento en común: la sangre de lxs trabajadorxs muertxs y asesinadxs por las clases patronales. Detrás del asesinato de Adil hay la misma lógica perversa de la acumulación del capital, del egoísmo de la clase del patronato que jamás estaría dispuesta a ceder un centavo en defensa de las ganancias y de los intereses de clase. Además, las reformas laborales en Italia y en Europa en las últimas tres décadas han tutelado más al capital que al trabajo, con la aplicación del antiguo lema “divide et impera”.

Las empresas se externalizan, se fragmentan y los trabajadores divididos, explotados y despedidos para ser remplazados por otros a precio de huevo. Estos últimos son los migrantes, los que representan siempre aquel ejército de reserva industrial funcional para la acumulación del capital en cada época. Marx en sus escritos identificaba los componentes de este ejército de la época en los irlandeses que desempeñaban los trabajos que los ingleses ya no estaban dispuestos a hacer. “Se trata de un contingente disponible, que pertenece al capital de un modo tan absoluto como si se criase y mantuviese a sus expensas” (Marx, 1979: 286). Esta historia se repite desde hace siglos.

La masacre más larga, lamentablemente, no es exclusiva de Italia. Según el último informe del Índice Global de los Derechos Sociales de la CSI del 2019, los 10 peores países del mundo para los trabajadores en ese año han sido: Arabia Saudita, Argelia, Bangladesh, Brasil, Colombia, Filipinas, Guatemala, Kazajstán, Turquía y Zimbabue. En estos países, ser sindicalista significa casi un suicidio. Sin embargo, los derechos laborales reclaman siempre su existencia.

Para saber más sobre el asesinato de Adil he contactado a Giuliano Granato, portavoz de Poder Popular de Italia al que he dirigido algunas preguntas:

¿Qué ha pasado?

Asesinato. Este es el término que debería utilizarse para explicar lo ocurrido en la madrugada del viernes 18 de junio a las puertas de Lidl en Briandate, Novara. Adil Belakhdim fue asesinado, atropellado por un camión que quería forzar el piquete de los trabajadores de la logística en huelga nacional para pedir mejores condiciones contractuales, el reconocimiento de los sindicatos y la convocatoria de una mesa de negociación.

Este no es el primer caso que se ha dado últimamente.En las últimas semanas, ya hemos visto un aumento de la violencia empresarial frente a los almacenes logísticos. En San Giuliano Milanese primero, después en Tavazzano (Lodi) y finalmente en TexPrint de Prato, los empresarios habían contratado escuadrones para golpear a los trabajadores en las guarniciones.

¿Cómo se inscribe el asesinato de Adil en la coyuntura italiana?

El asesinato de Adil está inscrito en este cuadro. Y aunque el asesino probablemente será acusado de “asesinato en la carretera”, los trabajadores que protestan organizando piquetes cada vez se arriesgan a juicios y condenas penales porque los decretos de seguridad, solicitados por Salvini y la Lega, recibidos con entusiasmo por el M5S, no han cambiado sustancialmente por el PD. A pesar de las protestas verbales, convirtieron la barricada en un delito.

A lo largo de los años, se ha construido un marco legislativo punitivo para los trabajadores, que exculpa de cualquier responsabilidad a los empresarios.

Evidentemente, en las últimas semanas, los empresarios creen que una recuperación es posible y están literalmente con la sangre en los ojos, negándose a aceptar retrasos y problemas en los trabajos de los trabajadores que simplemente piden trabajar por horas humanas y salarios decentes y nunca más los 7 días de la semana, 12 horas al día, tal vez por 900 euros.

Desde las primeras horas después del asesinato, hubo una movilización generalizada en muchas ciudades, con acciones de solidaridad a menudo frente a los puntos de ventas de la Lidl.

En las plazas de Italia, la respuesta no tardó en manifestarse con contundencia. El 19 de junio en Roma, una marcha en la capital, logró visibilizar la precariedad de la situación laboral de los trabajadores logísticos. Este sector es central para el funcionamiento del capital, pero siempre invisibilizado y empujado a condiciones que con demasiada frecuencia se asemejan a la esclavitud.

 

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