¿Qué es el comunismo científico?
“Lxs filósofxs no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, de lo que se trata es de transformarlo”.
Karl Marx (Tesis sobre Feuerbach)
El comunismo científico, compuesto por el materialismo dialéctico y el materialismo histórico, es el aporte metódico más relevante para la transformación del sistema capitalista, además de suponer el fundamento de la crítica más profunda y completa al capitalismo. Por ello, frente al panorama actual, dentro del cual el capitalismo -como sistema global- ha caído en abierta decadencia, y ante la profundización de sus crisis múltiples, estructurales y periódicas, se vuelve fundamental la comprensión y aplicación del este método. El método materialista dialéctico-histórico constituye las bases analíticas y filosóficas del comunismo.
La teoría de la praxis, parafraseando a Antonio Gramsci, representa el eslabón metódico mediante el cual, generaciones de revolucionarixs, analizamos e interpretamos el mundo; y es un instrumento central para la acción colectiva revolucionaria anticapitalista. Este es, en definitiva, el aporte más valioso que el pensamiento crítico ha desarrollado como instrumento para entender las leyes internas que rigen el sistema de clases, además de servir como una guía para la transformación. No cabe la menor duda de que sin teoría, jamás existiría la praxis revolucionaria.
En términos generales, la genealogía del concepto se remonta a dos elementos centrales que lo componen: el materialismo dialéctico y el histórico.
Por una parte, al materialismo, como corriente filosófica plantea que el mundo y sus condiciones materiales, determinan la consciencia y organización de la sociedad. Esta corriente es contraria al idealismo, según el cual, la idea o la consciencia definen y determinan el mundo material. De esta manera, uno de los preceptos del comunismo científico enuncia que: “no es la conciencia de la persona la que determina su ser, sino que, a la inversa, es su ser social el que determina su conciencia”.
Por otra parte, la dialéctica de Hegel -el máximo exponente del idealismo-, invertida por Marx y Engels en una concepción materialista, se basa en el análisis de tesis, antítesis y síntesis. En este sentido, el materialismo dialéctico se basa en efectos causales acción-reacción. Dentro de esta lógica, existe la tesis o acción: el sistema capitalista. La antítesis o reacción se enceuntra dentro de las relaciones de producción y dominación capitalistas, donde se evidencia una contradicción abierta -en forma de antagonismo de clase- entre explotadorxs y explotadxs. La lucha de clases como el motor de la historia, intensifica las contradicciones de clase, conforme el capitalismo se profundiza. Producto de esta lucha, la contradicción entre tesis -capitalismo- y antítesis – lucha y antagonismo de clases- pasa a encontrar su resolución con la síntesis: la revolución. En términos históricos y en las propias palabras de Marx, el materialismo dialéctico es la “concepción del mundo del proletariado”.
Un segundo instrumento metódico central, además del materialismo dialéctico, es el materialismo histórico. Este constituye un análisis de la realidad material en términos históricos, aplicando el método de análisis del materialismo dialéctico a la historia del mundo y sus luchas, constituyendo así, la filosofía de la historia desde el comunismo científico.
Enmarcándose en el análisis específico de procesos históricos, el materialismo histórico analiza a cada evento en el tiempo, partiendo de una visión y expresión de la lucha de clases. Como tal, cada proceso es irrepetible y único en tiempo y espacio, a la vez de ser un producto de su momento histórico. Por tal razón, las experiencias específicas de revuelta y revolución son irrepetibles: la Comuna de París, la Revolución de Octubre de 1917, la Revolución China, la Revolución Cubana, Mayo del 68, la victoria absoluta sobre el imperialismo en Vietnam, ni Octubre del 19, son ni serán replicables.
En este sentido, cualquier método no dialéctico termina siendo ahistórico, ya que, al ignorar los procesos históricos y su especificidad como expresiones de la lucha de clases, caen en el determinismo. A manera de resumen, el comunismo científico con el materialismo dialéctico e histórico, cumple la doble función de teoría y método de acción.
En el proceso del desarrollo del comunismo científico, su variante clásica, plantea las siguientes fases sistémicas: sociedad primitiva esclavista, feudalismo, mercantilismo, capitalismo, con el imperialismo como fase superior en forma de capitalismo monopólico, socialismo y finalmente comunismo. Sin embargo, desde el comunismo científico contemporáneo, reconocemos que en las periferias del sistema capitalista e imperialista coexisten varias de las fases sistémicas de forma simultanea. Así - por ejemplo-, en América Latina podemos definir la existencia de un capitalismo monopolista, con la simultaneidad de rasgos feudales, esclavistas, semicoloniales y un claro monopolio imperial.
En definitiva, ante la espiral autodestructiva del capitalismo, que de continuar su lógica, podría sirnificar la posibilidad real de la extinción de la humanidad y toda vida sobre la tierra, el comunismo científico, representa el método analítico y el arma ideológica más completa de la historia. En la actualidad, el método se encuentra más vigente que nunca. En este sentido, el comunismo científico representa la indumentaria para la crítica y superación del capitalismo, y es el método por excelencia para la construcción de mundos mejores posibles: la sociedad comunista.