Centros culturales en la mira: Atropello a la Casa Pukará
Tiempo de logros pero también de ataques, un día se celebra un triunfo y al siguiente se suscita un ataque al pueblo; siendo esta vez, el blanco, los centros culturales. No es la primera vez que los llamados agentes del orden, abusan de su autoridad para irrumpir en un espacio privado, sin una orden dictada por un juez, usar amenazas y procedimientos totalmente irregulares. Dicha “modalidad actual” esta vez afectó al Centro Cultural Casa Pukará, un lugar que ha llevado más de diez años en funcionamiento apoyando a la cultura, brindando un espacio para que artistas de toda índole puedan dar a conocer su trabajo, no solo en el ámbito musical, sino también diseño, actuación, declamación, escritura, graffiti, danza, etc.
Un espacio mantenido bajo la colaboración de varios colectivos y de proyectos individuales de personas que se han sumado a procesos durante este tiempo, los cuales, lamentablemente se encuentran paralizados en estos momentos debido a una clausura arbitraria por parte de las autoridades, suscitada el pasado sábado 11 de mayo, fecha en la cual se llevaba a cabo un concierto de Punk en las instalaciones del Centro Cultural. Lamentablemente el organizador del evento, quien es una persona particular, no sacó los permisos requeridos para realizar dicha actividad, motivo por el cual la policía procedió a dar por terminado el evento.
Tiempo más tarde, la policía continuaba en las afueras de lugar, a pesar de que ya se había suspendido el evento y dentro solo se encontraban unos pocos miembros de la casa realizando una limpieza del lugar. La Comisaria, acompañada de la Policía Nacional, decidió ingresar a la fuerza bajo amenazas, ya que todas las puertas se encontraban cerradas, sin contar con ninguna orden respaldada por un juez y faltando al principio de intimidad, incluso usando la violencia para lograr su ingreso y luego emitir un parte lleno de calumnias y tergiversación de los echos suscitados.
Durante todo el proceso, las mal llamadas autoridades, procedieron de manera incorrecta, arbitraria y violenta, vulnerando los derechos de compañeros que forman parte de la Organización de la Sociedad Civil, Ecuador Cannábico, al irrumpir las oficinas que funcionan en el segundo piso. Lugar al cual no tenían por qué solicitar el ingreso ya que su motivo era constatar que no haya ninguna actividad o persona relacionada al concierto, que cabe recalcar, solo se llevaba a cabo en el espacio del primer piso.
El allanamiento de la casa, de las oficinas de la organización y la detención arbitraria del compañero, sin una clara acusación de inicio e impidiéndole todo tipo de comunicación y defensa durante casi 24 horas, muestran claramente todas las irregularidades que se cometen dentro de los principios procesales, vulnerando y violentado los derechos que se supone el Estado y los miembros de las fuerzas del orden deberían proteger y no infringir. Con este echo, más los que se han venido suscitando y los que se darán, como pueblo, nos deja ese mal sabor de boca de la injusticia, esa sensación clara de inseguridad y desconfianza hacia aquellas entidades que en teoría deberían ejercer justicia, considerando los derechos humanos, una posibilidad de defensa y el respeto hacia el individuo y al espacio en el que funcionan lugares que promueven el arte y la cultura de una manera abierta y sana.