La educación pública se defiende desde todos los frentes

15-09-2020 BOADA EDUCACION
Martes 15 de Septiembre de 2020

En estos momentos el arrasador embate neoliberal que estamos viviendo, nos obliga a escoger entre comida o salud, vivienda o educación y demás aspectos básicos de la vida que se han precarizado debido a la crisis económica inducida por el Gobierno nacional. En estos momentos vale la pena preguntarse, ¿cómo es que se posibilita y normaliza la desigualdad en todos los , a tal extremo que incluso después de morir una persona, se prioriza el pago de servicios médicos, sobre la necesidad de un entierro digno?

La naturaleza del neoliberalismo esta orientada a colocar al capital y la producción de ganancia por encima de los seres humanos y la naturaleza, a cualquier costo con el fin de maximizar el beneficio de pocos. Uno de los principales problemas derivados de este modelo, y que hemos venido experimentado estos últimos 3 años y medio es la incesante ola de privatizaciones sobre las instituciones de los diferentes estados en donde este ha golpeado con fuerza.

En Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador y todos los países en donde en los últimos años se ha visto un vuelco de gobiernos progresistas hacia gobiernos alineados con el imperialismo, se ha dado un proceso masivo de privatizaciones que abarcan por igual a las instituciones públicas de: salud, educación, energías, comunicación, hidrocarburos, financieras, etc.

La educación pública gratuita y de calidad es un derecho humano indiscutible que debería ser tomado por los gobiernos como una prioridad del estado. En estos momentos tristemente no es así, por lo que el mismo Estado, en el caso de Ecuador, ha generado los mecanismos que perjudican enormemente a la educación pública, su calidad e incluso llegan a poner en riesgo el mantenimiento del sistema educativo, como lo es la reducción de recursos, sea por la vida presupuestaria o mediante el despido de trabajadores de la educación.

La reducción del presupuesto universitario y para la educación pública, recientemente aprobado, dificulta aún más las condiciones para que el sistema educativo ecuatoriano sea realmente dignas y garantice una educación de calidad para jóvenes, niñas y niños.

El fallo recientemente emitido por la Corte Constitucional, que permite la reducción de alrededor de 98 millones de dólares al presupuesto educativo y la revocatoria de las medidas cautelares que exigían al ministro de finanzas Richard Martínez abstenerse de realizar estas modificaciones, son la clara muestra del nulo interés por mantener la educación pública desde el Gobierno nacional. El debilitamiento de la educación pública tiene un claro beneficiario, la educación privada y los diferentes grupos de poder económicos que convierten a la educación en un servicio privado.

Si nos planteamos defender a la educación pública, debemos entender que igual de importante es defender a las instituciones públicas garantes de derechos frente a la arremetida reaccionaria del Estado. Si queremos luchar contra el neoliberalismo debemos luchar contra todas sus formas y expresiones, contra el desmantelamiento del Estado, contra la política anti derechos, etc.

Ya conocemos casi de memoria los resultados más palpables del neoliberalismo actuando en el país, miles de desempleados, trabajo precario, falta de salud, educación y cualquier servicio público, además de oleadas interminables de gases lacrimógenos, persecución política, detenciones arbitrarias ante cualquier intento legítimo de protesta social. Pero parece que es más difícil ver y comprender los mecanismos por los cuales la derecha neoliberal se ha hecho a la fuerza con el control del Estado y sus instituciones. Solamente con el control de cortes, jueces y diferentes instituciones dentro del Estado, medios de comunicación públicos y privados, es que la derecha puede precarizar la salud, educación y las vidas en general de la población con total impunidad.

Por supuesto que hay que defender a la educación en las calles. Las manifestaciones de toda índole son totalmente válidas y justificadas para exigirle al Estado que cumpla con brindar educación gratuita y de calidad. Pero, así como es de enorme importancia el defender la educación en las calles, también es muy importante defender los servicios públicos del mismo gobierno neoliberal que quiere acabar con ellos. No es pensable si quiera que la derecha neoliberal pueda permitirse el lujo de manejar a su antojo al estado, pues con ello le estaremos permitiendo plenamente acabar con la salud y educación pública.

Por esto, la defensa de la educación, y en general de todos los servicios públicos, debe darse desde todos los frentes posibles. Nos guste o no, si buscamos plantearnos un proyecto opuesto al neoliberalismo, es necesario plantearse una agenda política concebida desde la izquierda, la lucha de clases, el feminismo popular. La historia nos pone una tarea por delante en cada uno de los espacios en que nos encontramos.

 

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