Informe de la CIDH sobre Colombia
Este miércoles 7 de julio, la CIDH presentó las observaciones y recomendaciones de su visita a Colombia, la cual se mantuvo entre el 8 y 10 de junio pasado. La misión concentró su visita en las localidades de Bogotá, Cali, Tuluá y Popayán. La visita se dio en el marco del estallido social antineoliberal, iniciado el pasado 28 de abril, en rechazo a la maquinaria de muerte impuesta por el uribismo durante décadas. Durante la visita, la CIDH recogió 302 testimonios de más de 2.800 pedidos de testimonio, reuniéndose primero con autoridades gubernamentales y agentes de las fuerzas represivas.
La visita de la CIDH fue precedida por una visita oficial de la Vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, el pasado 24 de mayo, al Secretario General de la OEA, Luis Almagro, en Washington. A esta visita le sucedería un viaje de congresistas uribistas del partido de gobierno Centro Democrático – entre lxs cuales se encontraron el cuadro predilecto del uribismo para las presidenciales de 2022, María Fernanda Cabal, a pocos días de la visita oficial de la CIDH a Colombia. Estas reuniones se mantuvieron después de que este país diese su negativa a extender una invitación a la CIDH por casi un mes.
Dentro de sus limitaciones, las observaciones y recomendaciones de la CIDH constituyen un documento que crea un precedente respecto a la violación sistemática de Derechos Humanos en Colombia. Este documento podría resultar en su discusión en el pleno de la OEA en 2022, cuando el gobierno de Iván Duque haya dejado el poder. Hasta el momento, desde Temblores ONG se contabilizan al menos 4687 casos de violencia policial, 82 mutilaciones oculares, 28 víctimas de violencia sexual por parte de las fuerzas represivas, 2005 detenciones arbitrarias, además de 44 asesinatos y 29 homicidios en proceso de verificación, incluidas en el documento de la CIDH. En definitiva, el neoliberalismo es la punta de la lanza de la necropolítica y el capitalismo salvaje en contra de los pueblos.
Entre las recomendaciones al Estado colombiano consta la separación de la Policía Nacional de la jerarquía del Ministerio de Defensa. Por tal efecto y hasta la actualidad, los crímenes de lesa humanidad y violaciones a Derechos Humanos perpetrados por las fuerzas represivas de Colombia no son juzgados por la justicia ordinaria. La CIDH concluyó que en el marco del Paro Nacional, las fuerzas represivas incurrieron en el “uso excesivo y desproporcionado de la fuerza”.
Ciertamente, al pertenecer la CIDH al sistema continental de la OEA, se encuentra directamente ligada y forma parte del sistema institucional imperialista de los EE.UU. Al ser Colombia un socio estratégico de importancia fundamental en términos de comercio y geopolítica, se prevé que los EE.UU. protejan a su socio por encima de las acusaciones en su contra, evitando cualquier posible sanción en su contra.